Cartuchos de dinamita que detonan en las puertas de viviendas y mensajes intimidantes que envían a los dueños de decenas de negocios se ha convertido en pan de cada día en La Libertad. Pese a lo grave de la situación, solo un reducido número de víctimas decide denunciar el hecho ante las autoridades.
Unas 180 denuncias por extorsión recibió la Policía Nacional en esta región del norte del Perú en los meses de enero y febrero, un promedio de tres denuncias al día.
Trujillo es la provincia que concentra el 65 % de casos reportados, es decir, 117, seguido de Pacasmayo y Virú.
De la mira del hampa organizada no se libra nadie, ni pequeños negocios como bodegas, ferreterías, restaurantes; ni autoridades (alcaldes distritales y regidores). Todos han sido víctimas de este flagelo.
Siembran el miedo en La Libertad
En los primeros dos meses del 2023, la Policía Nacional detuvo a 88 delincuentes, entre adultos y menores, implicados en delitos de extorsión y cobro de cupos.
“Este año tenemos 180 denuncias por extorsión. Recibimos todo tipo de denuncias por esta modalidad. Las víctimas reciben audios intimidantes, videos. En La Libertad tenemos dos delitos de impacto: el homicidio por sicariato y la extorsión”, explicó el coronel Javier Méndez Yupanqui, jefe de la División de Investigación Criminal (Divincri) de La Libertad.
Indicó que el último lunes 28 de febrero se detuvo a tres personas, un adulto y dos adolescentes, quienes extorsionaban a un ingeniero encargado del proyecto de electrificación del distrito de Angasmarca, provincia de Santiago de Chuco, ubicada a cinco horas de Trujillo.
“Le exigían el 1 % del total de la obra, eran 40 mil soles lo que le pedían. El señor ha denunciado en la Policía, se montó un operativo y se detuvo en flagrancia al sujeto y los menores. Tenían en su poder el manuscrito extorsivo y el dinero”, contó el jefe policial.
Méndez Yupanqui consideró que, al parecer, las bandas conciertan los montos que exigen a sus víctimas, pues en los últimos casos conocidos públicamente, el dinero que exigían era de entre 40 000 y 50 000 mil soles.
“Parece que hay una situación concertada de los delincuentes para fijar los montos, todos piden 50 mil soles. Ese es su monto mínimo. Por eso es importante que denuncien. La Policía actúa a mérito de la denuncia. Se les recomienda a la población que pongan la denuncia porque acumulamos esa información, registramos los números, analizamos el contenido de las amenazas y actuamos”.
El 2022, La Libertad registró unas 1600 denuncias por extorsión, de las cuales, según explicó el coronel, casi el 90 % fueron resueltas.
Unidos para delinquir
El analista en seguridad y presidente de la Asociación Pro Seguridad Ciudadana (Aprosec), César Ortiz Anderson, indicó que existe una cifra negra de personas que prefieren no denunciar y ceden a las amenazas de los delincuentes, por miedo a sufrir atentados contra su integridad.
“Hay organizaciones criminales extranjeras, donde predominan la delincuencia venezolana y colombiana, que extorsionan y también ejecutan sicariato y secuestros planificados. Hay también bandas mixtas entre peruanos y extranjeros que exigen pago de cupos de seguridad para brindar una supuesta protección. Son pagos semanales de 50 soles, pero son miles de pequeños comerciantes y emprendedores que pagan, incluso el transporte público donde ni los mototaxistas se salvan”, afirmó.
Ortiz Anderson instó a la población que es víctima de extorsión a no responder los mensajes intimidantes, además de no contestar llamadas de números desconocidos. “En Aprosec recomendamos jamás contestar llamadas del extranjero, y si hay un acoso constante es mejor realizar la denuncia, no esperar que le llegue un sobre con balas, un arreglo fúnebre, que baleen su casa o detonen un artefacto explosivo”.
Además, cuestionó el poco interés que tiene el gobierno por combatir la inseguridad ciudadana a nivel nacional, pues esto se ve reflejada en el alto índice de corrupción en la Policía Nacional.
“En Aprosec recomendamos jamás contestar llamadas del extranjero, y si hay un acoso constante es mejor realizar la denuncia; no esperar que le llegue un sobre con balas, un arreglo fúnebre”.
“No hay una política seria de parte del Ministerio del Interior para combatir este problema. Ninguno de los últimos ministros ha repotenciado la Policía. Han comprado patrulleros para robar durante el proceso de compra. Eso ocurrió durante el gobierno de Humala, por ejemplo. Eso afecta la lucha contra la inseguridad”.
“Así como la pandemia desnudó las carencias de nuestro sistema de salud, no invertían en salud porque se robaban el dinero y eso pasó factura, lo mismo se ha hecho en seguridad ciudadana. La piedra angular del problema en el Perú es la corrupción e impunidad”, sentenció.