Solo una cruz y una lona verde indican que estamos cerca de la zona. Alrededor no hay más que tramos de arena gruesa, como si la hubieran removido recientemente para construir. De la Máquina de Arcilla solo se cuenta con la referencia que arroja el mapa en el celular, pero su acceso es difícil. Mejor dicho, una propiedad a un costado de la carretera la vuelve invisible al caminante. Sin embargo, se continúa. El mar se escucha cada vez más cerca y un primer rastro humano se aproxima a la orilla: es solo un pescador. De pronto, grandes trozos de piedra y barro dan cuenta de lo que en algún momento fue una majestuosa obra de arte. Finalmente hemos llegado y la indiferencia se siente igual de fría que un sábado de mayo.
Murallas que han pasado a ser desmonte, pedazos de adobe y totora desperdigados por la arena y bolsas de basura ondeando como banderas en territorio desolado. Este es el panorama desolador que, a primera vista, impresiona sobre la Máquina de Arcilla, la pieza de arte del escultor Emilio Rodríguez Larraín que fue destruida a finales de marzo.
En el 2022 se cumplirían 34 años desde la construcción de esta pieza de land art para la III Bienal de Arte de Trujillo. Sus característicos muros y siete cubos construidos de adobe buscaban homenajear la arquitectura Chimú, principalmente a las altas murallas de Chan Chan, a pocos kilómetros del lugar. Asimismo, fue un referente del land art —tipo de arte que se caracteriza por su sintonía con el paisaje— en Latinoamérica.
Cuando se reveló la destrucción de parte de la obra por, supuestamente, la constructora que ejecuta trabajos en un terreno —en litigio— colindante, la indignación fue abrumadora. Artistas, colectivos culturales y oportunistas se pronunciaron por el evidente atentado contra la cultura de La Libertad. Brindaron entrevistas, organizaron coloquios y materializaron su enojo en redes sociales; pero, como tantas veces, luego de unos días, el malestar se diseminó y todo quedó en el olvido.
Sin interés
En su momento, Buenapepa pidió a la Municipalidad Distrital de Huanchaco conocer las acciones que se realizaron luego de la destrucción; pero, el personal del área de Comunicación de esta dependencia edil, no cumplió su promesa de brindarnos información. Frente a ello, este medio invocó la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública y presentó una solicitud para que la comuna entregue los planes o estrategias (debidamente documentadas) de intervención (mantenimiento y promoción) de la Máquina de Arcilla de los últimos tres años. Asimismo, las acciones que ejecutó luego de la destrucción ocurrida a finales de marzo. La solicitud fue contestada el 16 de mayo.
La Subgerencia de Educación, Deportes y Juventudes del municipio huanchaquero informó que no contempla acciones relacionadas con la Máquina de Arcilla en su plan operativo. La Subgerencia de Turismo sí incluye en la ruta turística del distrito a la obra de Rodríguez Larraín, “debido a que posee una calidad artística sin comparación, de admirable valores debido a ciertas particularidades que la hacen única e insustituible”.
Por su parte, la Procuraduría municipal citó un informe del 13 de abril que entregó al alcalde Estay García Castillo, en el cual detalla las acciones que ejecutó luego del daño a la obra, entre ellas la denuncia presentada en la comisaría de Huanchaco. Además, del oficio enviado a la Dirección Desconcentrada de Cultura de La Libertad, mediante el cual informan de lo sucedido.
Estos datos revelan que la comuna no cuenta con planes para proteger y aprovechar la magnitud de la obra que se edificó en su jurisdicción. Además, es evidente de que luego de la destrucción solo se ejecutaron acciones de denuncia en primera instancia y no se ha realizado el seguimiento necesario para garantizar que se castigue a los responsables y —tal vez, lo más importante—, se inicien gestiones para su reconstrucción. La tumbaron y ya no hay nada que hacer, parece ser el sentir de la comuna.
Poco o nada
Sofía Rodríguez-Larraín, hija del artista, comentó que hasta el momento no hay ningún avance claro para el rescate de la obra de su padre, pero que se están gestando algunas ideas. Sin embargo, prefirió brindar declaraciones cuando estas estén mejor concebidas o ya en marcha.
El fotógrafo y artista José Carlos Orrillo refirió que estas ideas podrían indicar una posible reconstrucción de la Máquina de Arcilla en una locación distinta de Huanchaco. “La recomendación es no hacerla en el mismo lugar, porque desalojar la invasión que está cerca va a ser un tema bastante largo”, declara el artista. Por parte de la Dirección Desconcentrada de Cultura, el hecho que la ‘Máquina de Arcilla’ no sea un patrimonio cultural de la nación origina que las acciones para su rescate sean limitadas.
No se ha realizado el seguimiento necesario para garantizar que se castigue a los responsables y —tal vez, lo más importante—, se inicien gestiones para su reconstrucción.
Sin embargo, el tema aún no despierta pasiones en la población. Para los vecinos, la destrucción de la escultura también pasa con indiferencia, quienes, según Orrillo, no se muestran interesados porque no se ha emprendido ningún esfuerzo por preservar la pieza de land art. “No se puede apreciar lo que uno no conoce”, manifiesta con decepción. Por este motivo, era muy común que las murallas de la obra de arte se vieran deterioradas, con pintas e intervenciones de vandalismo. Además, para muchos pobladores, la zona era un lugar peligroso.
Para despertar el debido interés, una obra debe convertirse en símbolo. Esta es la perspectiva de Orrillo, quien involucra al resto de artistas en la conversación por la destrucción de la Máquina de Arcilla. En el 2015, el milenario geoglifo Triple Espiral fue arruinado por presuntos traficantes de terreno en la Quebrada de Santo Domingo, Laredo.
A pesar de que la reconstrucción física tardó años en realizarse, el fotógrafo ejecutó una serie de intervenciones artísticas a modo de reconstrucción simbólica que ubicó al geoglifo en la mente de todos los trujillanos. “Como artista y como ciudadano puedo luchar para que la memoria de la figura destruida no se pierda ”. Lo mismo, sostiene, puede ocurrir con la Máquina de Arcilla antes de que sea demasiado tarde.