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Adiós a la máquina de sueños

La Máquina de Arcilla ha sido, finalmente, destruida. Aun cuando la realidad nos indicaba que terminaría degradándose totalmente, este final -violento e inesperado- se convierte en un referente desalentador para el arte contemporáneo del Perú.

La noticia de su destrucción me ha traído a la memoria lo que significó esta escultura. Asimismo, una reflexión de la indiferencia, por parte de las instituciones públicas y de la sociedad misma con respecto a esta obra enmarcada en la corriente artística del Land Art (arte del paisaje). 

La Máquina de Arcilla fue una obra de arte contemporáneo edificada por el arquitecto Emilio Rodríguez Larraín (1928-2015) en el marco de la tercera bienal de arte contemporáneo de Trujillo (1987-1988). La escultura se incrustó en el espacio que separa Huanchaco de Huanchaquito, alterando el paisaje que es utilizado por los pescadores ancestrales de Huanchaco desde tiempos inmemoriales. 

Desde entonces, su presencia transformó el paisaje del balneario de Huanchaco, quedando –entre otras cosas- como un referente de ubicación para los veraneantes. 

La escultura fue edificada con la técnica del tapial, la cual es utilizada con ciertas variaciones y adaptaciones en diferentes partes del planeta. En líneas generales, el tapial es una técnica de levantamiento de un muro o pared utilizando tierra húmeda compacta. Estos muros son usados para la edificación de estructuras habitacionales, edificios públicos, privados o como límites de parcelas.  Para el tapial se utiliza tierra húmeda compactada. El resultado final le otorga una serie de ventajas estructurales, ambientales y estéticas. No obstante, sin el mantenimiento constante, su degradación es inminente. 

Recuerdo que, durante las clases de Conservación del Patrimonio, dictadas por el doctor Ricardo Morales, tuvimos un taller dedicado a las tecnologías y técnicas constructivas en tierra. El taller se realizó en las instalaciones del proyecto arqueológico Huacas del Sol y de La Luna, valle de Moche. El contacto la tierra fue determinante para mejor comprender el proceso constructivo de nuestras huacas milenarias.

Taller del proceso constructivo de un tapial. Proyecto arqueológico Huacas del Sol y de la Luna. Foto © Víctor Corcuera Cueva, 2015.
Taller del proceso constructivo de un tapial. Proyecto arqueológico Huacas del Sol y de la Luna. Foto © Víctor Corcuera Cueva, 2015.

Si bien su uso es bien conocido en el Perú, hay que tomar en cuenta que, en Asiria, hace 5 000 años, ya se edificaban templos con esta técnica. Su uso se ha expandido en todos los continentes. En Marruecos, por ejemplo, el conjunto arquitectónico de la ciudad de Ksar de Aït Ben Haddou está edificada básicamente en tapial. Si bien la ciudad data de inicios del siglo XVIII, su ocupación constante, y reciente inclusión en la lista mundial Unesco, han logrado su conservación y puesta en valor.

Ksar de Aït Ben Haddou. Inscrita en el año de 1987 y declarada como Patrimonio Mundial en el 2004. Foto © Víctor Corcuera Cueva, 2020.
Ksar de Aït Ben Haddou. Inscrita en el año de 1987 y declarada como Patrimonio Mundial en el 2004. Foto © Víctor Corcuera Cueva, 2020.
Vivienda en Ksar de Aït Ben Haddou. Foto © Víctor Corcuera Cueva, 2020.
Vivienda en Ksar de Aït Ben Haddou. Foto © Víctor Corcuera Cueva, 2020.

El proyecto de la obra arquitectónica de la Maquina de Arcilla era mucho más amplia que la escultura edificada. La altura original debía alcanzar 13 m con rasgos piramidales, emulando a los templos de adobe que se ubican en el valle de Moche. Sin embargo, el proyecto no prosperó y tuvo que adaptarse al área que ocuparía. 

Ficha técnica de la escultura la Máquina de arcilla. Documento descargado de internet - 2022.
Ficha técnica de la escultura la Máquina de arcilla. Documento descargado de internet – 2022.

La escultura que fue edificada estaba constituida por siete tapias paralelas con ejes Este – Oeste, perpendiculares a siete estructuras de forma cúbica. Todas estas estructuras estuvieron enlucidas, luciendo la coloración natural de la arcilla. El conjunto de la escultura se apropió de este espacio ubicado entre la línea de playa, el área de pescadores ancestrales y la carretera distrital. 

Si la memoria no me falla, locales y foráneos, le dieron más de un uso a la Maquina de Arcilla. Todos estos, de acuerdo al nivel de su autoestima. Recuerdo que, durante mi infancia, con mis hermanos solíamos jugar en el laberinto de cubos y muros de esta escultura.  La organización ortogonal era perfecta para poder esconderse y correr sin parar hasta, finalmente, sumergirse en las olas. Al igual que otros niños, supongo, nos apropiamos de ese espacio. Con el tiempo se convirtió para nosotros en la máquina de sueños. 

El mar, los caballitos de totora y la Máquina de Arcilla formaban una unidad paisajística en nuestras aventuras. Al final del día, con el sol cayendo, la poesía se materializaba en esa unidad. 

El Paisaje de la máquina de sueños. Foto © Víctor Corcuera Cueva, 2009.
El Paisaje de la máquina de sueños. Foto © Víctor Corcuera Cueva, 2009.

Tres décadas y media, después de su inauguración, la Maquina de Arcilla generó un nuevo paisaje que, por sus características constructivas y los factores físicos de degradación —características inherentes al tapial—, dieron por resultado una degradación generalizada. La corrasión causada por la fuerza del viento dio por resultado el desprendimiento del enlucido. La humedad constante y exposición a la brisa marina activó el salitre y por consecuencia la pérdida de masa y material de sus estructuras. 

Finalmente, el factor antrópico aceleró su degradación natural. Lo que las inclemencias del tiempo no pudieron destruir, el uso como letrina clandestina –entre otros- hizo que esta escultura sea percibida negativamente por la mayoría de la población. 

En más de una oportunidad el peligro ha estado latente para su destrucción. Sin embargo, su utilización como letrina clandestina y soporte de publicidad ha sido el más común. Foto © Víctor Corcuera Cueva, 2008.
En más de una oportunidad el peligro ha estado latente para su destrucción. Sin embargo, su utilización como letrina clandestina y soporte de publicidad ha sido el más común. Foto © Víctor Corcuera Cueva, 2008.
Cargador frontal removiendo el entorno inmediato. Foto © Víctor Corcuera Cueva, 2008.
Cargador frontal removiendo el entorno inmediato. Foto © Víctor Corcuera Cueva, 2008.

Desconozco cuál habrá sido el propósito final del artista Rodríguez Larraín con respecto a su obra. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que el Land Art, corriente artística que enmarcó la obra en mención, se caracteriza por ser efímero. Por lo general, las obras artísticas del land art deben seguir un monitoreo y registro visual de su proceso, el cual pasa de la erosión hasta la transformación en la naturaleza que lo rodea. 

No solo el olvido ha golpeado a la Maquina de Arcilla; sino, también, el enajenamiento de la población hacia un arte que sigue siendo exclusivo de una elite intelectual. Nos queda en la memoria los momentos vividos y disfrutados en el laberinto de la máquina de sueños. Los escombros se transformarán y volverán a la playa de los pescadores ancestrales de Huanchaco.