La salud sexual y reproductiva en Perú ha sido un tema de creciente importancia en las últimas décadas. A medida que el país avanza —a regañadientes— hacia una mayor conciencia sobre los derechos sexuales, es crucial examinar el estado actual de la salud reproductiva, las estadísticas relevantes y las opiniones de expertos en el campo.
Menores embarazadas
La situación de los embarazos adolescentes en Perú durante 2023-2024 es alarmante y refleja una problemática de salud pública que requiere atención urgente.
Según datos del Ministerio de Salud (MINSA), en el primer trimestre de 2024 se registraron más de 17,000 partos en adolescentes de entre 11 y 19 años. Se estima que se superará los 40,000 partos en este grupo etario al finalizar el año.
De acuerdo a la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (2020), el 13.6 % de las adolescentes entre 15 y 19 años han estado embarazadas al menos una vez. Si vemos esta cifra en la actualidad, los casos se han incremento en un 3 %.
Uno de los factores que contribuyen al aumento de los embarazos adolescentes es la falta de educación sexual integral. A pesar de los esfuerzos realizados por las organizaciones alineadas, muchas adolescentes no reciben la información adecuada.
Según datos del Ministerio de Salud (MINSA), en el primer trimestre de 2024 se registraron más de 17,000 partos en adolescentes de entre 11 y 19 años. Se estima que se superará los 40,000 partos en este grupo etario al finalizar el año.
Según un estudio de la Universidad de Lima, titulado Embarazo Adolescente en el Perú: El Rol de la Información y Comunicación, más del 70 % de los embarazos en adolescentes de 15 a 19 años no son planeados, lo que indica una clara falta de acceso a métodos anticonceptivos y educación sobre su uso.
Esta desinformación no solo aumenta el riesgo de embarazos no deseados, sino que también expone a las jóvenes a infecciones de transmisión sexual.
La Organización Mundial de la Salud advierte que las madres adolescentes tienen un mayor riesgo de sufrir eclampsia, infecciones y complicaciones neonatales. En Perú, esta característica se complica por el ambiente inestable y constante de la economía y la crisis política.
Además, el MINSA ha reportado que las tasas de violencia sexual siguen siendo alarmantes con un 30 % de mujeres en Perú reportando haber sufrido algún tipo de violencia sexual en su vida.
Además de los riesgos para la salud, esta problemática tiene repercusiones en la educación y el desarrollo personal. Muchas adolescentes se ven obligadas a abandonar la escuela, lo que limita sus oportunidades laborales y asegura ciclos de pobreza.
Según un estudio de la Universidad de Lima, titulado Embarazo Adolescente en el Perú: El Rol de la Información y Comunicación, más del 70 % de los embarazos en adolescentes de 15 a 19 años no son planeados
Un estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) destaca que el costo económico del embarazo adolescente en Perú asciende a aproximadamente 66.7 millones de dólares anuales.
Así mismo, un estudio de El Comercio Data sobre los presupuestos regionales para prevenir el embarazo adolescente revela que, en promedio, las regiones destinan S/ 9,3 por adolescente, aunque lo ideal sería al menos S/ 55.
Tumbes (1.4 %), Amazonas (0.7 %) y Tacna (0.7 %) poseen la peor eficiencia en presupuesto per cápita.
Viejos avances
Son contados los avances que han tenido un impacto real, luego de políticas plasmadas en un papel como Las Guías Nacionales de Atención Integral de la Salud Sexual y Reproductiva, publicadas en 2004, que unifican los criterios de atención en dicho tema.
“La falta de recursos y la escasa capacitación del personal de salud son obstáculos que deben ser superados para garantizar el acceso a servicios de calidad”, afirma la reconocida doctora Ana María Rodríguez, del Comité de Salud Sexual y Reproductiva.
Un alentador suceso fue la reglamentación del aborto terapéutico en 2014, tras años de debate y movilización de diversos actores. Aunque limitado a casos de riesgo para la vida o salud de la mujer embarazada, este cambio normativo representó un paso importante en el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos.
En 2017, la Defensoría del Pueblo realizó una supervisión a 91 establecimientos de salud que cuentan con servicios diferenciados para adolescentes. El informe reveló avances en áreas como la capacitación de proveedores de salud y la garantía de confidencialidad en los servicios.
No obstante, no fueron categorías destacables para concluir un logro evidente en dicha área. Se hallaron deficiencias en la falta de medicamentos, la disponibilidad y la calidad de los servicios.
Desafíos persistentes
Uno de los principales retos es la falta de educación sexual integral en las escuelas.
Según un estudio realizado por la Universidad Peruana Cayetano Heredia en 2023, solo el 30 % de los colegios a nivel nacional cuentan con programas de educación sexual, dejando a la mayoría de estudiantes sin conocimiento sobre sobre derechos, salud sexual e higiene.
La persistencia de tabúes en torno a la sexualidad también representa un obstáculo significativo. Un sondeo del Instituto de Opinión Pública de la PUCP en 2024 reveló que el 45 % de los peruanos considera que hablar de sexo con los hijos es “inapropiado”.
Esta falta de apertura, sumada a la ignorancia informativa, contribuye a que muchos jóvenes tomen decisiones riesgosas y nocivas sobre su sexualidad.
Otro desafío apremiante es el acceso desigual a servicios en zonas rurales y de pobreza. Según datos del INEI (2023), solo el 60 % de establecimientos de salud en áreas campestres ofrecían métodos anticonceptivos modernos, en comparación con el 90 % en zonas urbanas.
La falta de personal de salud también es un obstáculo. Un estudio del Colegio Médico del Perú en 2024 encontró que solo el 35 % de médicos y enfermeras habían recibido entrenamiento en consejería en planificación familiar. Esta carencia de competencias afecta la confianza de los usuarios informarse sobre sus dudas personales.
De acuerdo al Presupuesto General de la República (2024) se asignaron solo 120 millones de soles al Programa Presupuestal de Salud Sexual y Reproductiva, lo que representa menos del 1 % del presupuesto del sector salud.
Un sondeo del Instituto de Opinión Pública de la PUCP en 2024 reveló que el 45 % de los peruanos considera que hablar de sexo con los hijos es “inapropiado”.
Hablan tres expertas
La doctora María del Carmen Calle, secretaría ejecutiva del Organismo Andino de Salud–Convenio Hipólito Unanue, ha destacado la necesidad de priorizar la salud sexual y reproductiva en las políticas públicas.
En un informe asociado a su organización, enfatizó que “para responder a las necesidades y expectativas de los adolescentes, es fundamental actualizar las normas y protocolos de consejería, así como capacitar al personal de salud en habilidades comunicacionales y el uso de tecnología”
La notable doctora Patricia Salas, especialista en salud pública, enfatiza la importancia de la educación sexual integral desde una edad temprana.
“Es crucial que los jóvenes aprendan sobre su cuerpo, derechos y la importancia del consentimiento. Solo así podremos reducir las tasas de violencia y embarazos no deseados”, sostiene.
La doctora Ana María Rodríguez, del Comité de Salud Sexual y Reproductiva del Colegio Médico del Perú, ha expresado su preocupación por la escasa regulación normativa.
“La morbilidad y mortalidad maternas en el país se deben en gran parte a la falta de educación y recursos en salud sexual”, señala.
Rodríguez resalta que es crucial desarrollar políticas que garanticen el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, sobre todo, en poblaciones más vulnerables.
Escribe Johan Fiestas Chunga
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