Por Iveth Yamunaqué
La palabra migrante es más que ocho letras. Ser migrante significa dejar atrás una patria, aquella que, al parecer, no resultó ser una madre amorosa con sus hijos, obligándolos a mendigar por pan en otros lares. También significa dejar atrás sueños, aquellos a los que un día muchos se aferraron; pero se los arrebataron de las manos.
La palabra migrante viene pintada de muchos colores, sentimientos, deseos y esperanza. Esta llega como una avalancha de emociones, pesares y llena de ilegalidad que juega con la seguridad de esos hijos heridos que buscan cobijo en un hospedaje que brinde oportunidades laborales y mejores estilos de vida.
Aun cuando no existe una definición jurídicamente convenida, las Naciones Unidas definen el migrante como alguien que ha residido en un país extranjero durante más de un año independientemente de las causas de su traslado, voluntario o involuntario, o de los medios utilizados, legales u otros.
De Venezuela a Perú
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), Perú es el segundo país de destino a nivel mundial para las personas refugiadas y migrantes venezolanas, con más de 1.7 millones, y el primer país anfitrión para solicitantes de asilo de la misma nacionalidad.
El Perú, preso de su convulsión política y económica, se vio sorprendido por la llegada de extranjeros que, en su mayoría, pedían consuelo a una madre patria rojiblanca que los acogió con brazos de solidaridad y comprensión; sin embargo, la situación migrante no fue tan fácil, pues les era imposible incorporarse a las actividades económicas, sociales, culturales y políticas.
Así como empezaba a brotar la desconfianza por todos los rincones del país, aumentaban las malas noticias y decepciones respecto a los sucesos que involucraban a algunos extranjeros en problemas con la justicia. Los hijos heridos, ahora buscaban renacer, a su manera, en una patria que ya tenía niveles altos de criminalidad y delincuencia; entonces sembraron el miedo y la zozobra que los peruanos, de cierta manera, aprendían a controlar.
Malos elementos
Según el reporte otorgado por el Sistema de Denuncias Policiales (Sidpol), en el periodo enero-marzo 2023, en todo el Perú, el total de extranjeros detenidos por la comisión de diversos delitos fue de 1475, una cifra menor en comparación a similar periodo 2022 que alcanzó 1585.
En los meses de análisis, febrero (554) y marzo (619) de este año reportaron mayor número de detenidos. El año anterior se registraron 6525 intervenciones de extranjeros. En promedio, según las estadísticas que recoge la Policía a nivel nacional, entre 15 y 20 extranjeros son detenidos a diario por delinquir.
Entre la confianza y la inseguridad
“Buscar trabajo fue duro. Al ser venezolano me trataban como delincuente, hasta que les demostré que yo sí quería salir adelante”, manifiesta Jesús Gonzales, natal de Caracas, una ciudad azotada por la delincuencia, en un país golpeado por el gobierno, aquejado por el hambre y el desempleo.
Gonzales tiene 25 años, un hermano de 15 y muchos sueños. Salió de su ciudad un 29 de octubre del 2020 para buscar mejores oportunidades; dejó su carrera de profesor, por la que había luchado tanto para ser un profesional y de esta manera hacerle frente a un gobierno manipulador, como él le llama.
“Yo quería estudiar, aún tengo ese deseo, quiero demostrarle a mi hermano y mi mamá que yo puedo. Me tocó estar acá, trabajando por ellos”, señala el joven, con los ojos vidriosos.
Lolo, apodo que se ganó en la tienda de ropa donde trabaja, lleva una cruz a cuestas. Las decisiones llenas de valentía que tuvo que tomar junto a una mochila con pocas pertenencias y unos cuántos ahorros, fueron pieza clave para demostrarse que él podía con todo.
La situación no la tuvo fácil, fueron largos días de caminar, tantos, que no quiere recordar la cantidad de pasos y caídas que tuvo que pasar. Con una mano temblorosa se aparta el cabello que cae por su frente y sonríe ante un cielo nublado, de esa manera puede representar la vida sin su familia, gris, pero con un atisbo de brillo de perseverancia.
“Yo vine con ganas de trabajar ¿sabes?, pero los compas acá te miran feo, creen que les voy a robar o cosas así”.
La escritora Alice Kellen sostuvo que a veces hace falta caer, porque el mundo se ve diferente desde el suelo. “Entonces el golpe provoca que abras los ojos, tomes impulso y te levantes”, agrega.
Y el vivo ejemplo de esta expresión es Jesús, un joven que, como muchos peruanos, también trabajan incansablemente para llevar dinero a sus hogares, cumplir metas y tener, al menos, una mejor condición de vida.
“Pensé que sería fácil, pero tengo al señor Luis, don Luchito me dio trabajo y confió en mí, él me brindó apoyo y le soy agradecido”, comenta Jesús, mientras toca un rosario que lleva en su cuello, dirige su mirada al señor que le brindó una nueva luz en el camino y refleja la gratitud en su mirada.
Según Carlos Cáceres Torres, docente investigador de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), alrededor del 90 % de ciudadanos venezolanos que arriban al Perú, huyendo de la crisis económica y social que atraviesa su país, son profesionales y técnicos lo que implica que 9 de cada 10 de inmigrantes venezolanos, entre 25 y 45 años, vienen con experiencia para trabajar en diversos ámbitos.
Como Jesús hay muchos extranjeros que se ganan la vida honestamente y buscan las cosas por su cuenta, sin dañar al prójimo. Sin embargo, muchos de estos, obran tan mal que terminan por morder la mano al que les da de comer.
Vida de rey
Unos trabajan y otros se la llevan tan fácil, viven de lujos y ocupan vida de rey. Las armas sobre la mesa, las extorsiones, asesinatos y un arsenal de hechos delictivos son los que colocan a Cristopher Joseph Fuentes Gonzales, alias Maldito Chris como uno de los sicarios venezolanos más temido en los últimos años.
Fuentes llegó de Cumaná a Perú en 2020, formó parte de la banda criminal Tren de Aragua, la cual se originó en la prisión venezolana de Tocorrón. Empezaron con la extorsión de internos, para luego dar pase a una estructura jerárquica que infunde terror en toda Latinoamérica.
Cristopher siempre ha tenido una aliada, su motocicleta, aquella que con la que recorría las calles de la capital y buscaba el blanco perfecto para cometer sus fechorías. Tras una persecución en abril del 2022, fue detenido con 16 celulares y objetos de valor, horas después de haberlos robado en un restaurante en el distrito de Los Olivos.
Se le atribuye el asesinato del suboficial PNP Jhonnathan Puga Macedo, quien cumplía como seguridad a la parlamentaria andina Leslye Lazo Villón, en el distrito de San Martín de Porres. Además, del doble crimen en La Molina, en enero pasado, en la que dos ciudadanos venezolanos fueron asesinados de disparos en la cabeza.
De esta manera la Policía Nacional del Perú iba tras los pasos de este sanguinario delincuente que irrumpía la tranquilidad de una capital atemorizada por el rosario de crímenes que ocurrían diariamente.
El pasado 16 de junio, la Policía abatió a Christopher Fuentes. Su actividad delictiva habría empezado a los 17 años, cuando fue detenido en 2015 por homicidio y hurto en Cumaná, Venezuela.
Delitos cometidos por extranjeros
Según reportes de la PNP, en el periodo enero-marzo 2023, se registró mayor cantidad de extranjeros detenidas por la comisión de delitos contra la seguridad pública (544); contra el patrimonio como: hurto, robo, estafa, apropiación, entre otros (313), delito contra la vida, el cuerpo y la salud (93) y delito contra la libertad (88).
Choque de nacionalidades
El fenómeno migratorio es uno de los diversos cambios que la región Latinoamericana ha tenido que afrontar. Perú es un país rico en gente bondadosa y con un corazón tan sensible que apoya a quien lo necesita.
En estos tiempos ya no se habla netamente de Perú con cinco letras, sino de una conjugación de nacionalidades. Peruzuela, Perudor o Perulombia, son palabras que salen de un ciudadano preocupado que no sabe cómo reaccionar ante la intensa ola migratoria, la cual lo ahoga en un sinfín de costumbres y creencias que se convierten en un gran choque cultural.
La seguridad se entiende como ese espacio de tranquilidad y armonía en la que un individuo se comporta como un colectivo y forma parte de un nosotros que logra poner frente al miedo infundido por las amenazas. Sin embargo, esta tranquilidad se ha visto sacudida por la gran tormenta de una inseguridad ciudadana que no solo roba, sino que también asesina.
Venezolanos, colombianos y ecuatorianos
Según el Sistema de Denuncias Policiales (Sidpol), en el periodo enero-marzo 2022, fueron detenidos 1445 ciudadanos venezolanos, 115 colombianos y 25 ecuatorianos. En comparación al mismo periodo 2023 se dio un incremento de individuos de nacionalidad colombiana (178) y ecuatoriana (46) y un descenso de venezolanos (1251).
La mayor cantidad de extranjeros detenidos en el periodo enero-marzo 2023 se registraron en Lima (640), siguen La Libertad (208), Lambayeque (140), Arequipa (72), Ica (54) y Piura (45).
¿Qué pasa si extranjeros cometen delitos en Perú?
Según Alonso Chorres, abogado penalista, si un extranjero comete un delito en Perú, los procesan penalmente y si se demuestra su responsabilidad son sentenciados con pena privativa de la libertad efectiva o suspendida, depende del delito.
En el Código Penal Peruano (CPP) en el artículo 30° contempla la pena restrictiva de la libertad de expulsión, la misma que se aplica a ciudadanos extranjeros luego de que el condenado cumple la pena privativa de libertad o cuando han obtenido un beneficio penitenciario y queda impedido de reingresar al territorio de la República.
Para muchos, este sería una solución, sin embargo, esta pena no está determinada para cualquier delito, solo para el tráfico ilícito de drogas, conforme como se aprecia en el catálogo de delitos que tipifica el Código Penal.
Es por ello que, los ciudadanos piden que se apliquen penas como la expulsión para de esta manera garantizar su tranquilidad y seguridad.
Además, la mayor cantidad de extranjeros detenidos en el periodo enero-marzo 2023 se registraron en Lima (640), siguen La Libertad (208), Lambayeque (140), Arequipa (72), Ica (54) y Piura (45).
Por otro lado, la presidenta del Perú, Dina Boluarte, aseguró, en su mensaje a la Nación, que incorporará al código penal la figura de la expulsión de los extranjeros que viven en el país en casos de ser detenidos en flagrancia durante la comisión de un delito.
Así mismo, pretende modificar el artículo 30° del Código Penal que permitirá aplicar como pena, la figura de la expulsión a los extranjeros que hayan sido condenados a una pena suspendida o condicional.
Justos pagan por pecadores
Cuando un castigo o una medida correctiva es puesta para algún individuo que forma parte de un colectivo determinado, todos empiezan a ser vistos de la misma manera que aquel que cometió la falta y recibió la pena.
Lo mismo pasa con algunos extranjeros en Perú, la ola delictiva está cada vez a la orden del día, ahoga y envuelve a muchos en sus aguas tenebrosas.
Para Carlos Cáceres Torres, docente-investigador de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), la ciudadanía va generando una sensación de rechazo respecto a la llegada y permanencia de venezolanos y otros extranjeros al Perú.
El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) reveló que, de acuerdo con los resultados de la II Encuesta dirigida a la Población Venezolana (II ENPOVE) 2022, el 57,4 % de la población refugiada y migrante de Venezuela en el Perú tiene entre 20 y 49 años de edad; mientras que, 6,4 % son menores de 15 a 19 años, 28,3 % tienen de 0 a 14 años de edad; y 7,7 % son venezolanos entre 50 y 79 años.
Así mismo, de la población venezolana de 5 y más años de edad que llegó al Perú, el 70,4 % manifestó no haber experimentado discriminación, mientras que, el 29,6 % ha sufrido discriminación. De ellos, 31,0 % son mujeres y 28,1 % hombres.
Según el lugar donde ha sido discriminado, el 67,4 % ocurrió en la calle o lugares públicos, 38,3 % en el centro de trabajo, 14,0 % en el transporte público, 9,6% en la comunidad/barrio, 8,3 % en institución educativa, 3,5 % en establecimientos de salud y 0,4% en oficinas de migración.
En cuanto a los motivos de discriminación, estos se encuentran en su gran mayoría asociados a la nacionalidad (94,5 %); luego a la “raza y forma de hablar” (12,3 %) y a la condición migratoria (5,4 %).