Tras difundirse los mensajes extorsivos que le enviaron Los pulpos a la mamá de Paolo Guerrero, el delantero peruano recibió una recomendación del ministro del Interior, Víctor Torres, de contratar seguridad privada para su respaldo.
Según Julio García, abogado del jugador de César Vallejo, el ministro dejó claro que la asignación de efectivos de la Policía Nacional del Perú a su protección personal no era viable, dado que Guerrero no es una autoridad pública.
Paolo Guerrero: la Policía no podía brindarle protección
Tanto Richard Acuña como César Acuña, padre y presidente de César Vallejo, el club que recientemente contrató a Guerrero, habrían mantenido conversaciones con Dina Boluarte, la presidenta de la República, y el primer ministro para discutir esta preocupante situación.
La veracidad de estas conversaciones, según García, queda documentada por medio de comunicaciones escritas.
La llegada de Guerrero a César Vallejo, anunciada a principios de febrero, se canceló tras las amenazas de extorsión que recibió como su madre Petronila González, conocida como Doña Peta.
¿Qué pasará con Paolo Guerrero?
El futuro de Guerrero, y por extensión, de su reciente contrato, se ve amenazado ante este clima de intimidación y la aproximación del cierre de los libros de pases en Perú y otros países sudamericanos. Si la situación legal no se resuelve antes del 26 de febrero, Guerrero podría perder la oportunidad de jugar en cualquier liga este año.
A pesar del clima de violencia, Guerrero recibió una carta del club instándolo a entrenar y a honrar su contrato firmado, situación que lo decepcionó profundamente. “Me siento decepcionado de Richard Acuña, quien me envió este documento, me pone entre la espada y la pared (enfrentar el clima violento o dejar de jugar fútbol para siempre). Lo consideré un amigo”, declaró Guerrero.
La decisión actual de Guerrero de no unirse a César Vallejo podría llevar a acciones legales por parte del club, aunque no haya sanciones estipuladas en el contrato para tal eventualidad. Guerrero tiene intención de enfrentar cualquier proceso legal, mientras busca continuar jugando en otro destino de su elección.
“Me siento decepcionado de Richard Acuña, quien me envió este documento, me pone entre la espada y la pared (enfrentar el clima violento o dejar de jugar fútbol para siempre). Lo consideré un amigo”
Julio García se mostró preocupado ante el hecho de que César Acuña, que inicialmente pareció comprender la gravedad de la situación, ahora niega conocimiento de las amenazas.
Esta descoordinación en el club llevó a la desconexión de Richard Acuña, que ahora solo busca comunicarse a través de abogados. Guerrero finalizó lamentando la situación actual.
“Ahora me siento muy decepcionado. Desde que Richard me expresó el interés del club hacia mí, le hemos tratado con mucho respeto. Pero, hoy, al ver cómo están manejando la situación, siento que me están forzando a entrar en una situación complicada de inseguridad, o renunciar al fútbol para siempre”.