David Gennell Saldarriaga y las tres maestras shipibo —Cordelia, Olinda y Silvia— regresan a Trujillo luego de pasear por Huanchaco. Entonces, empezó a llover, a caer del cielo esa agua que el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) estimó golpearía en Trujillo y por el cual ubicó a la provincia en alerta naranja porque se esperaban aguaceros de moderada a fuerte intensidad.
“Me asusté”, confiesa el curador y gestor cultural, cuando, en un momento, el tamaño de las gotas aumentaron. “Pensé que todo se arruinaría y que solo unos cuantos gatos vendría a la inauguración”.
Lejos de esas preocupaciones se encontraban las maestras de la Amazonía peruana, para quienes la lluvia no es motivo de ninguna ansiedad, más aún una garúa como la que cayó el jueves 30 por la tarde en Trujillo. Regresaban orondas de conocer el principal balneario de La Libertad. También, estaban expectantes por lo que ocurría horas después.
Non Axebo es una bendición
Horas después, en la galería Impromptu de El Cultural, en la urbanización El Recreo, ya con la lluvia como un sencillo recuerdo, decenas de trujillanos llegaron para participar en la ceremonia de inauguración de la exposición itinerante de arte shipibo konibo Non Axebo. Fue una fiesta de color, fuerza, empuje y de un Perú que poco o nada se conoce: el arte de la selva.
Ese es el espíritu de la exhibición: traer la cultura amazónica a espacios donde nunca o pocas veces ha llegado. En ese caso, son las expresiones shipibo konibo, un arte declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación. Y Trujillo las recibió bien.
“A la montaña (selva) siempre la hemos visto lejana. Ellas (las maestras) han viajado mucho, por Europa, pero no conocen Trujillo y el trujillano ignora lo que es este arte. Hay una falta de voluntad de aprender más. La gente cree que lo que sabe es suficiente y lo que es lejano no lo quiere aprender”, expresó Alberto Gil Henríquez, presidente del Consejo Directivo de El Cultural, lugar donde se desarrolla el evento cultural.
Minutos antes, el curador de la muestra David Gennell, ya con el susto por la lluvia disipado, pondera la importancia de difundir el arte tradicional en el Perú. “Es extraño que en otros países este arte sea tan aclamado y tan pedido y en nuestras regiones casi no lo conozcamos. Por eso hemos querido darle un enfoque educativo a la muestra. En el catálogo, los textos están en un lenguaje muy simple porque queremos llegar a jóvenes y niños”, señaló.
Las maestras Cordelia Sánchez García, Silvia Ricopa Chocano y Olinda Silvano Inuma siguen orondas porque están cumpliendo el sueño —se lo dijeron a BuenaPepa el martes— de conocer Trujillo y de traer su arte a un Perú que lo ignora por completo.
“Estamos muy felices. Esto es para nosotros un sueño, el venir acá a una ciudad del interior del Perú para que conozcan nuestro arte, nuestra cultura, nuestra manera de entender el mundo”, contó Cordelia Sánchez García.
Talleres para niños
Non Axebo ganó un estímulo económico del Ministerio de Cultura. Por eso su presencia, en abril en Trujillo y, en mayo, en Piura. Reúne el trabajo de 16 artistas de la selva.
La muestra tiene un componente educativo. Además de la exhibición de piezas artísticas, ofrecen talleres impartidos por las maestras.
El último de ellos será, el sábado 1 de abril a las diez de la mañana en El Cultural, urbanización El Recreo. Estará dirigido para niños de 7 a 13 años. “Se trata de un aprendizaje vivencial y contacto con la cultura viva en el sentido más estricto de la palabra”, destacó David Gennell.
La muestra estará abierta hasta los últimos días de abril.
