La campeona laureada de marinera María del Carmen Olórtegui Risco considera que no existe voluntad en la Municipalidad Provincial de Trujillo para revertir la situación que ha provocado que el emblemático Concurso Nacional y Mundial de Marina ya no se organice en tierras trujillanas.
“Ha sido una decisión inesperada y poco pensada”, señaló sobre la disposición de la autoridad de no ofrecerle los permisos al Club Libertad para el desarrollo de la edición 63 del certamen, considerado un patrimonio de Trujillo.
“Se ve falta de voluntad de parte de la autoridad. Acabo de escuchar (al alcalde Arturo Fernández Bazán), que está poniendo ciertas condiciones muy personales, como tener injerencia en la elección de los jurados, lo cual es improcedente”, consideró Olórtegui, quien ha ganado ocho veces el concurso que organiza el Club Libertad, el más importante de los certámenes del baile nacional.
Además, es la primera laureada (título que se le otorga a la participante que ganá tres veces la categoría campeón de campeones). Incluso, el Ministerio de Cultura, en el 2017, la consideró como Personalidad Meritoria de la Cultura por, entre otras razones, perfeccionar el baile de la marinera.
Sin permisos
El lunes 16, el Club Libertad anunció que el Concurso Nacional y Mundial de Marinera se desarrollará, este 2023, en Lima, debido a lo que consideran un abuso de parte de la municipalidad provincial y del alcalde Fernández al no otorgarle los permisos.
Desde la comuna trujillana informaron que no se ha podido expedir los permisos porque el local del Club Libertad y el Coliseo Chimú, establecimientos donde se realizan las principales actividades del concurso, no cuentan con la medidas de seguridad. “¿Qué quieren que exista un nuevo Utopía?”, justificó el alcalde Fernández, usado como referencia la tragedia, en la década del 90, ocurrió en una discoteca limeña.
Olórtegui lamentó el daño que está provocando esta decisión en miles de competidores y sus familias, en especial, de aquellos que ya han llegado a Trujillo desde otras ciudades del Perú, incluso, del extranjero. “Esas personas ya están instaladas en Trujillo, ya han pagados sus pasajes, sus hospedajes y ahora, cómo harán para trasladarse a otra ciudad. Tendrán que seguir invirtiendo”, deploró. “El daño principal no será para los grandes hoteles o los grandes de negocios, sino para los pequeños”, explicó.
De la misma forma, dijo que los pequeños empresarios de Trujillo serán afectados de manera considerable. “Muchos hoteles y comerciantes han invertido, han hecho préstamos para ofrecer buenos servicios y productos durante el concurso. ¿Y ahora? ¿Qué pasará con ellos?”, se preguntó. “Como trujillana y como campeona laureada me duele mucho que se esté haciendo esto con Trujillo”, deploró
María del Carmen Olórtegui y los momento de paz
“El concurso de marinera de este año es una excelente oportunidad para alcanzar la paz. Salimos de una feroz pandemia, de una cris política lamentable, ahora vivimos momentos de violencia y tragedia en el país. Entonces, la marinera, con su simbolismo de los pañuelos blancos es sinónimo de esperanza, de que queremos la paz; pero estas decisiones (el cambio de sede) es un golpe”, manifestó.
Horas antes, en sus redes sociales, ahondó en esta idea: “Los pañuelos blancos son también del color de la esperanza, y es con ese deseo, que pido por un momento de reflexión, en nuestros corazones, y que sepamos anteponer a Trujillo y a una de nuestras tradiciones más importantes, a cualquier apreciación o subjetivismo que pueda empañar el verdadero significado que afecte a nuestra danza nacional en cualquier forma”.
Finalmente, Olórtegui exhortó que si, finalmente, el concurso no se desarrolla en Trujillo este año, que “vuelva lo más pronto, que vuelva a su cuna. Así como dicen que la marinera es de todos, entonces que se agoten los esfuerzos para que regrese muy pronto”, añoró.