La violencia y la sangre son su marca registrada. El Tren de Aragua, una temida organización criminal proveniente de Venezuela, ha desatado su ambición delictiva en territorio peruano, expandiendo su dominio a lo largo y ancho del país. Ahora, su objetivo principal es apoderarse de Lima, la capital. Su fórmula criminal ha sido replicada con éxito en otros países como Chile, Ecuador, Colombia y Bolivia.
A pesar de los últimos golpes propinados por las autoridades peruanas en años recientes, los integrantes de esta red criminal internacional continúan con determinación, reagrupándose rápidamente para mantener sus operaciones en pleno funcionamiento. La extorsión, el sicariato, la explotación sexual, el narcotráfico y la minería informal son solo algunos de los delitos en los que se involucran, enfrentándose a otras bandas peruanas y extranjeras en una lucha por la hegemonía.
Siembran miedo en la capital
En menos de cuatro años, el ascenso meteórico del Tren de Aragua en el mundo del crimen ha dejado perplejos a las autoridades y especialistas en seguridad. Su éxito radica en la abundancia de sicarios y su impresionante arsenal de armas de guerra. Han sembrado el terror y saben cómo capitalizarlo a su favor.
Según la Policía Nacional, esta peligrosa banda y sus facciones más sanguinarias están presentes en varios distritos de Lima, como Lince, San Juan de Lurigancho, Ate, San Juan de Miraflores, Villa El Salvador, Los Olivos, Independencia, Comas y Puente Piedra. Pero su ambición no se detiene ahí. Ahora también extorsionan a mototaxistas, “llenadores” de combis, ambulantes, pequeños comerciantes y dueños de bodegas o panaderías.
Tren de Aragua incursiona en La Libertad
Desde hace varios meses, esta organización criminal opera con impunidad en La Libertad. Sus integrantes han encontrado campo abierto en las zonas controladas por la minería informal. Es más, exhiben triunfantes armas de guerra con la que se han apoderado de varios socavones en donde se extrae oro en Pataz y Bolívar.
También han ganado terreno en Trujillo, en donde se han unido con bandas locales para cobrar cupos. A mediados de mayo se conoció que dos funcionarios de la municipalidad del Alto Trujillo renunciaron a sus cargos debido a las amenazas de muerte que recibían de parte de esta red criminal.
Ni el Congreso se libra de estas lacras
Incluso el Congreso de la República ha sentido la furia del Tren de Aragua. Un trabajador de la Oficina de Participación Ciudadana del poder del Estado ha recibido amenazas desde el pasado 6 de mayo, donde se hace mención explícita a la banda y su letalidad.
Desde su llegada al Perú a fines de 2019, los integrantes del Tren de Aragua han encontrado un terreno fértil para expandir su maquinaria criminal. Uno de los primeros actos que marcaron su presencia fue el asesinato del proxeneta peruano conocido como Cholo Isaac en un local de comida rápida en el centro comercial Risso, en Lince. Los sicarios de Los Gallegos, una facción del Tren de Aragua liderada por José Luis Rodríguez alias ‘Mamera’, fueron señalados como los responsables.
Otro personaje clave en esta trama es Héctor Prieto Materano, alias Mamut, quien llegó desde Venezuela con la intención de arrebatarle a Mamera y su grupo el control de la explotación sexual en la zona de Risso. Mamut se hizo cargo de Lima norte, pero su reinado llegó a su fin cuando fue capturado a principios de este año y enviado al penal de Challapalca. Ahora, se sospecha que Mamera y otros grupos intentan tomar el control de las zonas operativas de Prieto Materano, pero estas siguen protegidas por sus leales secuaces.
