El mundo camina hacia una sociedad más globalizada y cimentada en la información. En ese contexto, la alfabetización se presenta como una habilidad fundamental para el éxito en la educación, el trabajo y la vida diaria. El conocimiento, el conocimiento, incluso básico, es fundamental para aprovechar las ventajas de la modernidad.
Desafortunadamente, las brechas educativas en el Perú son anchas y lacerantes. Hay una gran cantidad de personas, especialmente mujeres y madres, que carecen de habilidades de lectura y escritura adecuadas.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el 2021, el 19,9 % de las mujeres de zonas rurales no sabe leer ni escribir. La cifra es aún más desalentadora al notar que representa tres veces la tasa de analfabetismo masculino en la zona. La educación, nos duela, siempre ha sido un criterio de discriminación. Se educan pocos, y casi siempre son ellos y no ellas.
Sabido es que la participación de las madres en la educación de sus hijos e hijas influye en su rendimiento académico y en su desarrollo socioemocional, así como en mejoras en la nutrición y la salud familiar. El estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 2015, Los primeros años encontró que en los hogares donde las madres tienen mayor nivel educativo, los niños tienen una mejor salud, mayor autoestima y son menos propensos a sufrir violencia.
Educación con todo los propósitos
El gerente de operaciones de la Fundación Dispurse, Ruth Anastacio, expresó que este contexto tiene consecuencias en el desarrollo personal de los niños y niñas, debido a que las madres que no saben leer ni escribir tienen inmensas dificultades para participar en el proceso educativo de sus hijos.
“Es fundamental trabajar en políticas y estrategias que promuevan la igualdad de oportunidades y el acceso a la educación especialmente para las mujeres, quienes enfrentan mayores barreras para su desarrollo personal y profesional. Solo así podremos construir una sociedad más justa e inclusiva para todos”, consideró.
Las cifras de la INEI resaltan la importancia de programas y proyectos que se centren en lograr que las madres y mujeres en Perú mejoren sus habilidades de lectura y escritura. En ese sentido, la especialistas recomienda cinco acciones:
- Permitir el acceso y la permanencia a la educación para todos los niños y niñas en zonas rurales. Para ello, se puede concientizar y generar incentivos para que las familias permitan y apoyen la educación de sus hijos, además de sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de la educación y la igualdad de género.
- Ejecutar programas de alfabetización para mujeres adultas, con una metodología adaptada a su realidad, contexto y necesidades, que sea funcional para sus vidas y que promueva una alfabetización crítica.
- Facilitar herramientas de comunicación y acceso a la tecnología a las mujeres rurales, para que puedan tener acceso a información que les permita participar activamente en la vida social, económica y política.
- Potenciar el contexto alfabetizado de las comunidades rurales que posibilite el ejercicio de la lectura y desarrollar espacios y prácticas lectoras pertinentes con el contexto y la cultura local.
- Suscribir alianzas entre el gobierno, las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado, para diseñar e implementar programas y proyectos que aborden de manera integral y eficiente la problemática del analfabetismo en el país.
Las cifras de la INEI resaltan la importancia de programas y proyectos que se centren en lograr que las madres y mujeres en Perú mejoren sus habilidades de lectura y escritura
Es vital que se ofrezcan oportunidades y recursos para mejorar las habilidades de lectura y escritura de las madres. Las iniciativas de alfabetización, como las ofrecidas por la Fundación Dispurse, que se centran en las necesidades específicas de las mujeres y las madres, pueden tener un impacto relevante en el futuro educativo y profesional de ellas y de sus hijos.
La tecnología Focus impulsada por Dispurse permite a las mujeres estudiar en lugares y momentos que se adaptan a su contexto y ritmo de vida. Además, a través de la Escuela Comunitaria Abierta y los Espacios de Lectura, la fundación sueca asegura la sostenibilidad del aprendizaje de la lectoescritura y promueve la continuidad educativa.