Escribe Ryan Oliva Carranza
En una de las urbanizaciones más tranquilas del distrito de Casa Grande, provincia de Ascope, ocurrió, la noche del 9 de noviembre, un acto de terror. Bajo la luz del cartel de la sandwichería Las Matarinas, un hombre vestido de negro disparó dos balazos en la cabeza a uno de los comensales, en una nuevo acto de sicariato en el valle de Ascope.
Jorge Ramírez Jara, de 31 años y natural del anexo de Roma, se encontraba cenando junto a su acompañante. En el vídeo de vigilancia, que circula por varios medios, se puede observar como el asesino, que viste una casaca oscura y guantes quirúrgicos, se acerca desde los interiores del negocio y rápidamente desenvaina su arma. Al instante, dispara dos veces a quemarropa contra la víctima para después huir corriendo.
Los vecinos se quedan inmóviles ante el sangriento acto y una madre con su bebé se arroja al piso en una reacción instintiva. En el fondo se pueden escuchar los gritos de pavor, mientras que la acompañante de la víctima llora y se refugia en una de las casas cercanas.
Sicariato y miedo
La incertidumbre y el miedo son las emociones que expresan las palabras de Tocha, como le dicen sus vecinos a la dueña de la sandwichería Las Matarinas, testigo ‘privilegiada’ del suceso. “Ha sido horrible, fue de un momento a otro, nunca había pasado algo así aquí”, declara María, con una evidente mirada perdida. “En el ambiente se siente el miedo, solo esperamos a la Policía que nos diga algo”, añade la mujer, quien se reservó brindar su apellido por temor a represalias.
El hecho significó un espasmo en medio de la calmada noche, cuando la señora Hilda, mujer de la tercera edad que tiene una bodeguita justo en frente, se encontraba durmiendo. “Yo estaba en mi cama descansando cuando el sonido de los gritos y la gente llorando me despertó”, dice con una voz tímida.
Temor en el vecindario
Lo cierto es que casi 24 horas después de lo acontecido, el miedo persigue a los vecinos. Así nos lo hace saber una mujer, que vive a pocos metros del la sandwichería. “En ese momento yo me encontraba trabajando, normalmente cierran temprano pero cuando regresé, tarde ya, las mesas y sillas estaban afuera todavía, por lo que me pareció extraño”, comenta y se disculpa por no identificarse frente a inminentes represalias.
El último asesinato en Casa Grande ocurrió hace tres semanas, cuando dos sujetos asesinaron a un comerciante de verduras a plena luz del día en las inmediaciones del mercado.
Sin embargo, es la primera vez que sucede un acto así de violento en la zona de Paz y Amistad. Los vecinos esperan que sea un acto aislado y no el comienzo de una nueva ola de violencia. Por lo cual están expectantes de la respuesta de la Policía para identificar y capturar a los autores materiales e intelecturales del crimen, a fin de que la sensación de tranquilidad y seguridad vuelvan a sentirse.
Casa Grande es uno de los distritos de la provincia de Ascope en el departamento de La Libertad. Su población asciende a más de 30 mil habitantes. La principal actividad económica se centra el la agricultura y el trabajo en la fábrica azucarera, que pertenece al Grupo Gloria, y que lleva el mismo nombre de la localidad.
