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Youtuber quiso comer gratis y recibe un maretazo de críticas que originan el cierre de su canal

El popular y, a la vez, polémico generador de vídeos Borja Escalona aparece en redes al borde de las lágrimas para pedir que cesen los ataques que ha provocado su conducta en un pequeño restaurante.

Mediante un vídeo publicado en su canal de YouTube, Borja Escalona se hizo viral tras negarse a pagar en un local de empanadillas, ubicado en la ciudad de Vigo (España). Según el generador de contenido, había “acordado comer gratis” a cambio de promocionar el restaurante en la plataforma que cuenta con aproximadamente 35 000 seguidores.

Sin embargo, la mujer que lo atendía afirmó en el video que no se había pactado ningún trato con el influencer, quien la amenazó. “¿Te tengo que pagar? Pues entonces te tengo que cobrar la promoción que acabo de hacer. Y te va a salir más caro”. El hombre intentaba que la trabajadora cambiase de postura, incluso, señaló que le impondría una factura de 2500 euros por la supuesta promoción gratuita que estaba realizando. Los hechos se remontan al 9 de agosto, pero han sido revelados por los medios en las últimas semanas.

Las redes sociales no perdonan

El influencer publicó el video con el fin de ser apoyado, pero recibió el rechazo de sus seguidores, quienes, por el contrario, aplaudieron la actitud de la trabajadora que en todo momento actuó con calma y respeto frente a la presión de Borja Escalona. La mayoría de comentarios atentaban contra el youtuber recriminando su actitud.

Ha sido tanta la avalancha de denuncias masivas que YouTube ordenó el cierre de su cuenta (segunda vez que lo cancelan). De la misma forma, procedió Twich. El restaurante donde ocurrió el incidente anunció que iniciará acciones legales. En el vídeo se evidencia actos de intimidación hacia la camarera debido a que utiliza su imagen para menoscabar su intimidad y para vulnerarla.

Y esto recién empieza

Frente a ellos y lejos de ofrecer disculpas sinceras, Borja Escalona publicó un video en su cuenta de Twitter, en el cual se victimiza y pide que cesen las hostilidades en su contra.  “Ha sido un vendaval de odio que he recibido. Tengo la sensación de que son un poquito desproporcionadas las reacciones, las amenazas, la cantidad de bullying que estoy recibiendo”, consideró.

¿Quién es?

Borja Escalona, autodenominado ‘Dios del marketing’, nació en Sevilla y reside en la ciudad de Madrid, España. Es un youtuber popularmente conocido desde el 2016 por crear vídeos polémicos (desde colarse en el metro y vacilar al personal de seguridad, hasta retar al cantante Omar Montes). Y decimos polémicos porque en diversas ocasiones ha sido criticado por sus seguidores por arremeter fuertemente contra empresas y ciudadanos son su contenido que consiste en molestar a la gente para ver la reacción que produce en ellas.

En el año 2020, Borja Escalona denominó a la población de Canarias como ‘alcatraz africano’ y la acusó de recoger desechos de África. Por si fuera poco, también se refirió a los ciudadanos de la región occidental de Extremadura: “La Unión Europea le da subvenciones a España por tenerles, así que nos los hemos tenido que quedar”. Además, llamó a los asturianos “chiquitos” y pidió una “subvención para aguantarlos”.

Pese a que estos casos parecen estar alejados, la realidad es que los navegantes han denunciado otros videos del youtuber, en los que aparentemente atenta contra la integridad y seguridad de los ciudadanos. Como el suceso que se registró el año pasado cuando le fracturó la nariz a una mujer, tras perseguir a un transeúnte que se negó a pagarle una cuchilla de afeitar dañada. La víctima tuvo que recibir asistencia médica

Escalona amenazó en redes sociales al tiktoker Dani Alpe, quien lo ayudaba a que aumente el número de seguidores en su canal, pero luego dio marcha atrás al ver el tipo de contenido que Borja creaba. Esto disgustó al influencer al tope de enviarle mensajes violentos como insinuar que le iba a “pegar dos bofetones” o a “romper la cara”. Tras la denuncia y el juicio, Borja fue condenado como autor de un delito leve de amenazas.