Vivimos en una época donde la nostalgia vende, series inspiradas en los 80; remake, reboot u otros productos que nos traen de vuelta a viejos héroes, quienes llegan a tocar una fibra sensible de nuestros recuerdos. Pero, ¿todos funcionan?
Power Rangers: Ayer, hoy y siempre (Charlie Haskell, 2023) es un especial lanzado en Netflix que nos traen de vuelta, después de 30 años, a los originales pupilos de Zordon, quienes al tratar de encontrar a su mentor regresan a la vida a su archienemiga Rita Repulsa, quien elimina a un miembro del grupo. La villana tiene planes casi eficaces, pero la aparición de una nueva ranger, destruirá sus sueños de destrucción.
Hasta este punto nos encontramos ante una versión más de las innumerables historias del grupo de superhéroes. La gran diferencia es que en lugar de presentarnos a nuevos adolescentes solo tenemos a una que desea venganza por la muerte de su madre, mientras está rodeada/cuidada por una tira de ancianos que lucen cansados, lentos y poco verosímiles en su faceta de peleadores.
No es que la serie original sea creíble del todo en sus aventuras, pero pasar de un grupo de niños peleando con monstruos que lucen como personas disfrazadas de forma muy simple a ver un grupete de personajes que superan los cincuenta años peleando con esas amenazas que jamás podrán lucir aterradoras.
No es que tenga un mal recuerdo de los rangers, fueron una sensación por años, pero traer de regreso a varios de ellos y no con el fin de brindarles un merecido homenaje, sino para hacer el ridículo frente a la pantalla, destruye algo más que ese recuerdo de haber visto el primer capítulo de toda una franquicia.
No funciona como producto, no se acerca ni si quiera a transmitir cierta emoción de aventura. Es triste ver como nuestros héroes envejecen —si es el proceso natural de toda persona—; pero nuestros ídolos merecerían un poco de respeto, tal vez, envejecer al estilo de mentores o como un refuerzo trascendental, pero no tratando de comportarse como los chiquillos que fueron.
Jugar con el tema de la nostalgia no funciona más allá del homenaje ofrecido a los rangers caídos, esa mención póstuma significó mucho, a diferencia del desastre que mostraron los que participaron en este especial. La nostalgia mal manejada llega a un extremo que solo muestra la precariedad de un contenido mal pensado y peor realizado. Como ya se mencionó, formas de rendir homenaje a nuestros héroes hay muchas, y este especial no es uno de ellos.