En la antesala de Halloween, festividad que cada vez más se vuelve más popular en Perú, el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) desveló una curiosa estadística: algunos peruanos llevan en sus identidades un toque de horror, con nombres evocativos de personajes siniestros del cine, la literatura y hasta las leyendas bíblicas.
Halloween: nombres de ‘terror’
Según los datos proporcionados por Reniec, entre los nombres ‘terroríficos’ más comunes en Perú se encuentran Damian con 13 572 registros y Jason con 3648. Le siguen nombres femeninos como Tifanny y Merlina, con 444 y 264 respectivamente.
Menos comunes pero aún presentes están Anabelle, alusivo a la muñeca diabólica, con 198 registros y Lucifer con apenas 14. Casos aún más excepcionales son Frankenstein y Chucky, con 8 y un solo registro respectivamente.
Y lo que es aún más interesante, hasta Ritual, Satan, La Monja y Largo aparecen en los documentos del Reniec, aunque normalmente como apellidos.
A pesar de su creciente popularidad, especialmente entre los jóvenes, Halloween no es una celebración que tiene raíces profundas en la cultura peruana. Sin embargo, la adopción de esta festividad es una muestra de la creciente influencia de la cultura popular occidental y las tendencias globales.
Reniec: los nombres nos definen
En Perú, las celebraciones de Halloween suelen consistir en fiestas temáticas, concursos de disfraces y la decoración de calles y comercios con motivos comerciales.
Por otra parte, la costumbre de otorgar nombres no convencionales o asociados a personajes populares no se dirige exclusivamente a las festividades de Halloween. Durante el partido de las Clasificatorias Sudamericanas para el Mundial de 2026 entre Perú y Argentina, Reniec reveló que muchos peruanos llevan el nombre del famoso futbolista argentino Lionel Messi y otros jugadores de ambas selecciones.
A nivel general, los datos ofrecidos por Reniec ofrecen una ventana a la forma en que la cultura popular y las tendencias globales influyen en las decisiones más personales e íntimas de las personas, incluso en lo que respecta a la elección de los nombres de sus propios hijos.
