En medio de la recesión económica que golpeó duramente a la industria cervecera peruana el año pasado, la ola de calor que afecta a diversas regiones ha dinamizado la venta de cervezas en el país, elevándola hasta en un 50 % más de lo que se solía vender.
A pesar de la caída del 5,1 % en la producción cervecera entre enero y septiembre del 2023, la reciente subida en las ventas ha sido una pequeña bonanza para las bodegas, ya que las ventas de cerveza representan alrededor del 25 % de sus ventas totales.
Yo quiero cerveza hasta que explote la cabeza
El clima cálido ha impulsado a muchos a buscar refresco en bebidas alcohólicas frías. Según Andrés Choy, presidente de la Asociación de Bodegueros del Perú, “ahorita estamos en campaña de verano y el calor está fuertísimo y hay mucha gente que consume cerveza para poder refrescarse. Nuestras ventas se han incrementado en campaña de verano a un casi 40 a 50%”.
Sin embargo, una inminente nube se cierne sobre esta recuperación: la aplicación del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) que, recientemente aprobado, busca desalentar el consumo de ciertos productos al incrementar su precio para el consumidor.
“Estamos en campaña de verano y el calor está fuertísimo y hay mucha gente que consume cerveza para poder refrescarse. Nuestras ventas se han incrementado en campaña de verano a un casi 40 a 50%”
El ISC amenaza las ventas
El temor es que se desencadene un efecto dominó que termine desalentando las ventas. “Cada incremento de precio que hay, ya sea de costo de fabricación o impuesto, siempre va a base de que haya gente que diga ‘prefiero no consumir tanto porque ya subió el precio”, dice Choy.
Este impuesto recae directamente sobre los consumidores, y su impacto puede ser notable en una economía donde las ganancias de los microempresarios se miden en centavos.
El presidente de la Asociación de Bodegueros del Perú, expresó su preocupación por este incremento, citando que S/ 0,20 de aumento pueden representar un costo severo para el consumidor promedio. Además, existe el temor de un posible nuevo incremento del ISC, que originalmente estaba programado para 2023.
Los productores temen que la acumulación del impuesto pueda conducir a un mayor aumento en los precios, que podría efectivamente frustrar cualquier avance logrado con la reciente ola de calor.
Como anda el clima, no está claro el impacto total del ISC en el precio final de la cerveza y, en consecuencia, en las ventas. Con la actual incertidumbre económica, los bodegueros de Perú enfrentan un futuro incierto, agudizado por la presión combinada de la recesión, el aumento de impuestos y la volatilidad del clima.