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Mario Vargas Llosa: el día que llevó su luna de miel al estadio Maracaná para ver a Pelé

Universitario, Pelé y Real Madrid: conoce el lado futbolero de Mario Vargas Llosa

El domingo 13 de abril se apagó una de las voces más influyentes de la literatura latinoamericana. Mario Vargas Llosa, nobel de Literatura, autor de novelas imprescindibles y eterno defensor del pensamiento crítico, dejó también una herencia insospechada y entrañable: su amor por el fútbol. Una pasión que lo acompañó desde la infancia y que lo llevó, entre otras cosas, a cambiar el cliché del «intelectual alejado del balón» por el de un hincha comprometido, cronista mundialista y socio honorario del club de sus amores, Universitario de Deportes.

Mario Vargas Llosa y Patricia Llosa.

Mario Vargas Llosa y una luna de miel en el Maracaná

No muchos pueden decir que su luna de miel fue en el templo del fútbol sudamericano. Vargas Llosa sí. En más de una entrevista contó, entre risas, cómo sorprendió a su esposa Patricia Llosa llevándola al mítico estadio Maracaná apenas llegaron a Río de Janeiro. ¿El motivo? Ver jugar a Pelé en un Brasil-Alemania. «Mi mujer siempre se burla de mí por eso», confesó. El amor, al parecer, también se escribe con balón.

De calichín crema a cronista del Mundial

Hincha confeso de Universitario, Vargas Llosa no solo alentó desde las gradas. En su juventud vistió la camiseta crema como parte del equipo calichín, los juveniles del club. Jugó incluso en el estadio Nacional de Lima y compartió alineación con algunos de los ídolos que después se convertirían en leyenda, como el mítico Lolo Fernández y Toto Terry, a quienes siempre recordó con orgullo.

Su vínculo con el fútbol no quedó en la infancia. En 1982, fue enviado como cronista al Mundial de España. Desde las páginas del diario El País, el nobel relató con entusiasmo y aguda observación partidos como el inaugural Bélgica vs. Argentina.

«Ahora basta, ha llegado el rey, han salido los equipos, se ha declarado inaugurado el mundial, el partido comenzó. Basta de escribir, vamos a divertirnos un poco», escribió, dejando que el fan superara por un momento al literato.

El fútbol es «emocionante y vacío», pero universal

Lejos de asumir una postura elitista, Vargas Llosa defendía al fútbol como un fenómeno cultural tan legítimo como cualquier otra expresión artística. En sus artículos lo definía como un espectáculo «emocionante y vacío», pero al mismo tiempo lo elogiaba por su capacidad para unir a personas de todas las clases y niveles educativos. «El inteligente y el tonto, el culto y el inculto lo pueden gozar por igual”, sentenció en una de sus columnas más citadas.

El Real Madrid le rinde homenaje

En 2007, el Real Madrid creó una cátedra universitaria que lleva su nombre, y tres años después, en diciembre de 2010, tras recibir el Premio Nobel de Literatura, el club le rindió homenaje invitándolo a realizar el saque de honor en el Santiago Bernabéu. Aquel día, Vargas Llosa se paró en el centro del campo junto a Iker Casillas y Joaquín Sánchez. Sonrió, saludó al público y tocó la pelota. Era un gesto simbólico, pero también un reconocimiento a una pasión que nunca escondió.

En el 2010, tras conseguir el Premio Nobel de Literatura, Varguitas fue homenajeado por el Real Madrid en el Santiago Bernabéu.

En un mundo que a veces enfrenta deporte con cultura, Vargas Llosa demostró que ambas pueden convivir en armonía. Para él, el fútbol fue siempre más que un juego: fue parte de su historia personal, un puente hacia lo popular y un motor de emociones que incluso llegó a inspirar algunas de sus mejores reflexiones.

Hoy que el escritor ha partido, el fútbol pierde también a uno de sus hinchas más ilustres. Pero quedan las anécdotas, los artículos y ese saque inicial en el Bernabéu. Y queda también la certeza de que, entre las muchas canchas que supo recorrer con la palabra, también hubo una con líneas blancas, tribunas llenas y un balón rodando al centro de la vida.

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