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Lenin Tamayo llega a la BBC de Londres: “El quechua pop no es un género musical”

La música en Perú está viviendo una revolución vibrante. El compositor Lenin Tamayo acaba de debutar en la estelar cadena británica BBC de Londres en un episodio de “In The Studio”.

El peruano exhibe su proceso de creación y las motivaciones a fin de sentar este nuevo arte entre dos culturas con orígenes, aparentemente, distintos. 

Para llegar hasta ese nivel y llamar la atención de la importante cadena de Europa, el peruano ganó exposición internacional, gracias a sus videos virales en TikTok.

En esos contenidos concitó la atención de millones de personas, gracias a la combinación de géneros y la mezcla de quechua y español en sus letras. Habia nacido el k-pop.

El peruano exhibe su proceso de creación y las motivaciones a fin de sentar este nuevo arte entre dos culturas con orígenes, aparentemente, distintos. 

Para entender el propósito de este nuevo movimiento, el considerado “artista visionario” por la revista Rolling Stone postula que el quechua pop es un espacio ideal de memoria regional en la era de la globalización.

—¿Con qué finalidad te atreviste a combinar el k-pop con una lengua originaria como el quechua?
— El quechua pop no es un género musical. Es una plataforma que he venido construyendo un poco más de un año y cuatro meses. Esta iniciativa me ha permitido poder desarrollar muchas cosas. Una de ellas es abrazar mis raíces quechuas y no ser ajeno a la modernización.

Esta unión de ambas culturas —o ambos mundos— genera una sinergia muy interesante porque se vuelve parte un discurso o una protesta porque estamos hablando de un idioma; una cultura que siempre es relacionado como algo fuera de la globalización.

Lenin Tamayo

Esta unión de ambos mundos es lo que hace que mi propuesta musical tenga tanta fuerza y no lo digo yo, lo dicen los medios nacionales e internacionales. Esos factores hacen que mi música tenga tanto impacto y que la llamen la revolución del k-pop en quechua.

—¿Cuáles son las temáticas que se pueden encontrar en tus canciones?
—Entendida la música pop como un fenómeno social, mi música trata de formar parte de la vida de las personas. En este caso, surjo en un contexto muy específico de Perú.

Por ello, toco algunos temas que son necesarios para los adolescentes, jóvenes o adultos de este país. El tema del racismo, la discriminación, la lucha por tus sueños o el emprender son temas muy recurrentes en mi música y es porque nace en función de las necesidades de mi región.

El mensaje de mi música es amor y libertad; amor para unir pueblos y libertad para ser uno mismo. El idioma quechua se habla en muchos países de Latinoamérica y es independiente de las fronteras. Al final lo que buscó con mi música es la liberación personal.

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— En una nota para la BBC mencionas que aportas el respeto al k-pop para convertirlo en quechua y que la gente mediante el baile no solo vea perfección, sino que vea de dónde vienes. Podrías contarnos más sobre este asunto.
— Estoy inspirándome en el k-pop como industria y como ejemplo de difusión cultural idiomática y de un país al mundo, pero termina teniendo otras características. Si fuera muy similar al k-pop, tal vez sí se sentiría artificial. Porque por más que tuviéramos similitudes, estamos hablando que son dos realidades diferentes.

Entendida la música pop como un fenómeno social, mi música trata de formar parte de la vida de las personas. En este caso, surjo en un contexto muy específico de Perú.

Para la coreografía y los bailes, me inspiro en nuestra cosmovisión o tradición y darle visibilidad en el vestuario, la letra y la música. Estoy tratando de dar una identidad al q-pop para que pueda sostenerse independientemente a través del tiempo.

—¿Qué proyectos se vienen próximamente?
—He lanzado la primera parte de mi álbum Amaru. Anuncie todos los medios que iban a ser tres partes. Entonces, la segunda y tercera parte tendrían que ser estrenadas este año.

De ahí, me es difícil saber que pueda pasar en unos meses porque de lo único que sí doy fe es de que la propuesta musical está empezando a tener mucho impacto y a veces da miedo. No miedo porque no sepa qué hacer con ese poder, sino miedo de saber hasta dónde va a llegar todo aquello.

Mi música es honesta, no estoy vendiendo un personaje, porque hubiera sido sumamente sencillo y, tal vez, más rentable venderte al personaje del idol que canta en quechua y hablar como un idol y no salir de la norma, pero es reforzar estereotipos y estigmas. Yo estoy en contra de eso.

—¿Cuál es tu opinión sobre el trato, a veces duro, que tiene la industria del k-pop con jóvenes que aspiran a hacer idols? El camino es de muchos sacrificios y que a veces te conlleva a no tener una vida social.
—Hablando de hechos de los cuales he sido testigo, en mi primer TikTok, me hago viral. A la semana estoy en un canal de televisión abierta a nivel nacional y hasta en dominicales.

Estoy viviendo lo que es la fama y ser famoso, cualquiera se puede hacer viral con un TikTok, pero lo viví muy rápido y pude entender como el espectáculo de mi país —que puede ser muy rudimentario— existen patrones y presiones que ejercen en los artistas.

¿A qué me refiero? Desde el momento que me hago viral haciendo quechua con k-pop, me veo como un joven que parece casi menor de edad con su casaquita jean, con su pantaloncito jean, su huaraca; bailando como si fuera carnaval, se despierta en esta industria cierto estereotipo de lo que debería hacer frente a la cámara. Y esa expectativa que debo cumplir hace que me detenga como artista y refuerza, inclusive, ciertas imágenes discriminatorias.

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—¿Alguna experiencia sobre estas situaciones?
—En una nota de un dominical, el camarógrafo hizo un comentario que fue una falta de respeto a algo de mi cultura. Entendí que es la ignorancia de esta persona porque no tiene esa sensibilidad cultural.

En vez de ponerme a pelear u ofenderme, lo que hice cuando el camarógrafo me pidió que grabara algo como siempre: “a ver, graba algo, sé el muñeco que baila”, puse Cutimuni que es una de las últimas canciones y el mensaje de la canción es muy directo y la pretensión es clara.

Es de alguna forma darle esta sensación profunda y espiritualidad a la música quechua. Cuando hice esto, sentí que el camarógrafo empezó a tener más cuidado.

Es un proceso de sensibilización. Quiero pensar que es concientización. Pero al menos sensibilizado, él estuvo. El arte te ayuda a sensibilizar y la gente empieza a cuestionarse o, inclusive, empieza a entender de que la cultura andina quechua no necesariamente es una fotografía.

—A lo largo de tus entrevistas siempre recalcas que tomas inspiración del k-pop. ¿Cuáles son los desafíos que esta comunidad se plantea entre sus miembros y la relación con marcas y empresas?
—El nicho del k-pop es real. Los jóvenes escuchan y consumen k-pop. Solo que es un nicho que necesita ser trabajado. Pero, muchos productores lo tocan de manera muy superficial, no quieren trabajar el nicho.

A nivel comercial eso pasa mucho y, probablemente, por eso es que siempre los eventos de k-pop terminan teniendo en la misma temática. Ni siquiera se trata de inversión, no quieren apostar. Por el medio de la incertidumbre al fracaso; lo cual es irónico porque si quieres que el nicho crezca, necesitas arriesgar.

El nicho del k-pop es real. Los jóvenes escuchan y consumen k-pop. Solo que es un nicho que necesita ser trabajado. Pero, muchos productores lo tocan de manera muy superficial, no quieren trabajar el nicho

También parte de nosotros, demostrarles que somos gente capaz, que somos un nicho que no es una moda o si es una moda no es una moda que va a durar uno o dos años no; tiene más de diez años y durará más años todavía porque el k-pop no es de hoy ni de hace un año o de hace cinco años. El k-pop llega desde el 2010. En la primera ola haiyu con las con los doramas.

—¿Qué mensaje o consejo le darías a los jóvenes que aspiran a ser artistas de k-pop?
—Este mundo es muy complicado y requieres de personas claves que te acompañen hasta que se vaya abriendo. Es error y acierto…

Lo único que puedo decirles a todos los chicos que se inspiran en el k-pop es que tienen dos opciones: irse a Corea, si tienen los recursos y buscar la manera de alcanzar esos estándares. Si quieren hacer música aquí tiene su porcentaje de complejidad.

Se requiere entregar un poco de ti y sacrificar algunas cosas personales. Por eso, para mí, esto es una aventura, pero no es un juego. Yo no te estoy jugando al artista. Estoy demostrando con hechos que mi música está teniendo el impacto.

Surjo en una sociedad desigual y un artista que quiere abrazar con convicción su arte va a tratar de hacerlo imposible para seguir avanzando.

Entrevista Johan Fiestas Chunga

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