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La “Jabonera by María Herrera”: la firma peruana que le ganó la batalla a la multinacional Carolina Herrera

Tras un periplo legal que se prolongó por meses, la justicia le dio la razón a la artesana. Conoce su historia en esta nota.

En el corazón del distrito limeño de Ate, una mujer logró lo que pocos podrían imaginar: vencer en una disputa legal a una de las casas de moda más emblemáticas del mundo. María Carolina Herrera Herrera, conocida ahora como la “Carolina Herrera peruana”, no solo ha sido reconocida por su trabajo artesanal, sino también por su coraje al enfrentar a la poderosa firma internacional Carolina Herrera.

Todo comenzó en 2021, cuando María Carolina, en la tranquilidad de su hogar en las afueras de Lima, decidió convertir su pasión en un pequeño negocio. Con un modesto taller en su casa, empezó a elaborar jabones artesanales de diferentes formas y fragancias, inspirados en la vasta tradición peruana.

La Carolina Herrera peruana y su lucha legal

Al principio, los vendía solo a familiares y amigos, pero pronto decidió dar un paso más allá y registrar su marca, La Jabonera by María Herrera, con la intención de formalizar su emprendimiento y expandir su mercado.

Lo que María Carolina no esperaba era que su nombre, tan común en su país, se convertiría en el centro de una batalla legal. Según relata la propia artesana, cuando solicitó el registro de su marca ante el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), su solicitud fue inicialmente aceptada.

Sin embargo, poco después recibió una notificación que cambiaría el rumbo de su emprendimiento: la firma internacional Carolina Herrera ltd, representada por el estudio de abogados Barreda Moler, especializado en propiedad intelectual, había presentado una oposición.

El argumento de la casa de moda era que el nombre “Carolina Herrera” ya estaba vinculado a productos de clase 3 en la nomenclatura oficial, que incluye jabones no medicinales y productos de perfumería. Según ellos, la marca La Jabonera by María Herrera podría generar confusión entre los consumidores, al asociar el apellido Herrera con sus productos de lujo.

la firma internacional Carolina Herrera ltd, representada por el estudio de abogados Barreda Moler, especializado en propiedad intelectual, había presentado una oposición PARA REGISTRAR EL NOMBRE EN PERÚ.

Lejos de amedrentarse, María Carolina, con el apoyo de su hijo abogado, decidió apelar la decisión. El caso fue cubierto por el programa Panorama, que puso en evidencia la complejidad del proceso y la desigualdad de recursos entre una artesana local y una multinacional de renombre.

A pesar de las dificultades, la defensa de María Carolina logró demostrar ante Indecopi que su uso del apellido Herrera no tenía intención de aprovecharse de la fama de la casa de moda, sino que era una legítima representación de su identidad personal.

Finalmente, tras un periplo legal que se prolongó por meses, la justicia peruana le dio la razón a la artesana. Indecopi falló a su favor, permitiéndole registrar su marca y continuar con su emprendimiento. Esta victoria no solo representó un triunfo personal para María Carolina, sino que también se convirtió en un símbolo de resistencia para los pequeños emprendedores peruanos.

María Carolina y su apoyo a los perros abandonados

Hoy, María Carolina Herrera Herrera continúa elaborando sus jabones con la misma dedicación y pasión que la llevaron a iniciar su negocio. Orgullosa de su apellido y de su identidad, la artesana ha encontrado en esta experiencia una motivación adicional para seguir adelante. Además, su hija la ayuda a promocionar sus productos en redes sociales, lo que ha permitido que su negocio alcance una mayor visibilidad.

Pero el triunfo en los tribunales no es el único logro de la “Carolina Herrera peruana”. Inspirada por el apoyo que ha recibido, María ha decidido dedicar parte de sus esfuerzos a una causa que le apasiona profundamente: el cuidado de los perros callejeros.

En las calles de los distritos más pobres de Lima, donde los animales abandonados son una realidad cotidiana, María rescata perros, los lleva al veterinario y los esteriliza, con la esperanza de encontrarles un hogar. Ahora, con la fuerza de su nombre y el impulso de su negocio, podrá expandir esta labor solidaria.