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Crisis hídrica en Julcán: pobladores de caseríos consumen agua sin tratar

Pobladores de Julcán caminan horas para recolectar agua de manantiales, que es turbia y posiblemente contaminada.

A pesar de encontrarnos en pleno año 2023 ya unas escasas cuatro horas de Trujillo, en la provincia de Julcán, la falta de acceso a redes de agua potable continúa siendo una realidad para numerosos habitantes de los caseríos de esta región. La supervivencia de estas comunidades se ve comprometida, obligándolos a recolectar agua de manantiales y ojos de agua turbios con tonos chocolatosos, una fuente que, lamentablemente, está altamente contaminada.

Este desafío se agrava debido a la persistente sequía que afecta a esta parte del territorio, mientras se anticipan pronósticos inusuales para los próximos meses. Se rumorea que el Fenómeno de El Niño Global traerá consigo lluvias en la costa y sequías en la región andina, lo que significa que las precipitaciones de temporada brillarán por su ausencia este año.

A pesar de la incertidumbre en torno a las implicaciones exactas de este fenómeno climático, existe una creciente inquietud entre la población local. Los habitantes temen lo peor y confían en que tanto el gobierno nacional como el regional tomen medidas urgentes. Las municipalidades, lamentablemente, carecen de los recursos necesarios para ejecutar proyectos de infraestructura de agua potable.

El vital elemento líquido es esencial para la vida y la salud, pero para los residentes de estos caseríos, su obtención es una lucha diaria. Deben emprender largos trayectos para adquirir agua de ojos de agua que está lejos de ser segura para el consumo humano, pero es su única opción.

Escasez de agua en Carabamba
Un ejemplo de esta difícil situación se encuentra en el caserío de Yanag, en el distrito de Carabamba, provincia de Julcán. Aquí, los habitantes se ven obligados a recolectar agua de fuentes como puquiales y cantinas, y cargarla en burros y mulas. A pesar de la turbidez del líquido, deben esperar a que se asiente para poder utilizarlo en sus tareas cotidianas, incluido el consumo humano.

Ante esta crisis, los residentes han solicitado que se analicen muestras de su orina para evaluar los efectos del consumo constante de agua contaminada. El alcalde distrital Percy Blas Benítez ha señalado que están en proceso de elaboración de estudios para gestionar fondos destinados a un proyecto de agua potable ante el Ministerio de Vivienda. “Nuestras coordinaciones con la oficina descentralizada en Trujillo están avanzando, y estamos llevando a cabo estudios topográficos”, explicó.

Este proyecto propuesto tiene como objetivo proporcionar agua potable a más de 500 familias en caseríos como Machacala, Sangala, Cachuda, Cambuluara, San Viviano, Santa Rosa y Muchiquín. El cerro Quinga servirá como fuente de abastecimiento, en un esfuerzo por aliviar la escasez hídrica.

Recientemente, el alcalde se reunió con líderes de varios caseríos para abordar este problema y trazar estrategias que permitan atender esta situación apremiante. Aunque su distrito cuenta con 32 caseríos con problemas similares, la limitación de recursos económicos impide afrontar directamente esta tarea. La autoridad debe movilizar los fondos necesarios, lo que solo es posible a través de un perfil técnico sólido.

En relación al caso de Yanag, un estudio realizado en un laboratorio de microbiología reveló resultados desfavorables en el agua que consumen los pobladores, dejando claro que no es apta para el consumo humano. La contaminación del agua está directamente vinculada a la propagación de enfermedades como el cólera, la diarrea, la hepatitis A, la fiebre tifoidea, las lombrices intestinales y la poliomielitis, entre otras, además de agravar el retraso en el crecimiento y promover la resistencia a los antimicrobianos.