Inconveniencias en su trabajo de campo es lo que afrontó el reportero Manuel Ramos. Ocultó su carnet de periodista y preguntó el precio del uniforme policial. No se imaginaba que la comerciante sospecharía de su anonimato y lo confundiría con un delincuente. Su trabajo de campo quedó frustrado. Cinco policías lo trasladaron a la División de Investigación Criminal (Divincri) de La Libertad.
“El señor ha llegado a la tienda sin ninguna identificación policial. Le pregunté ‘¿eres policía?’ y me respondió que era postulante. Es ahí cuando le dije que no puedo vender los chalecos porque no estaba autorizada para hacerlo. Lo veía sospechoso merodeando mi tienda. Me asusté. Llamé a la Policía y expliqué lo que había pasado”, comentó la vendedora.
Por otro lado, el reportero Manuel Ramos desmintió a la comerciante, pues aseguró que nunca fingió ser postulante de la Policía. “Estas son las situaciones típicas que afronta un periodista. No es la primera vez. Entiendo que la señora está preocupada y asustada por lo que pasó. Pero sí quiero dejar en claro que mi actitud fue con fines informativos. Estaba merodeando el local para tomar fotos y anotar los datos que me faltaban. Lamento que lo hayan malinterpretado”, expresó.
El abogado y político Roberth de la Cruz aclaró que el comunicador del medio Polémica nunca estuvo en calidad de detenido y que no estaba cometiendo ningún delito. “A veces los ciudadanos desconocemos que la labor de la prensa es de investigación. El accionar de Manuel es estrictamente legal. Lo que no es legal es tratar de no prestar información y que la persona investigada insista en culpabilizar a alguien y criminalizarlo por su labor de periodista”, recalcó su defensor de Manuel.
No es la primera vez
Son innumerables las ocasiones en la que los reporteros afrontan el malestar ciudadano y policial. En huelgas, paros de transportes y visitas de autoridades, los comunicadores corren el riesgo de ser trasladados a una comisaría; en especial, cuando su accionar no es de agrado a la población.