Ataques extorsivos, robos a mano armada, venta de drogas y abuso sexual, son los delitos más cometidos por menores de edad, según la Policía de La Libertad. El rango de edades oscila entre los 11 y 17. 30 fueron detenidos, entre los meses de abril y mayo, por su participación en ataques, con dinamita, a viviendas y centros educativos.
El caso más reciente es la retención de tres adolescentes en el distrito de Moche. La noche del jueves 6 de junio, robaron las pertenencias de una transeúnte. Tras la denuncia, agentes policiales del sector montaron un operativo. Cayeron en poder de los artículos robados y del cuchillo que usaron para amedrentar a la víctima.
Según Policía, pertenecen a la banda ‘Los Pitufos de Moche’. Estos menores son la manifestación de un problema complejo, explica la especialista en trabajo social Jenifer Tapia Julco, en su investigación “Percepción de la delincuencia Juvenil”.
Los padres son parte del problema
Enfatiza en la familia. “Entre los factores familiares que pueden ejercer una influencia negativa, se incluyen los siguientes: el nivel de supervisión por parte de los padres, el método de disciplina aplicado por los padres hacia sus hijos, conflictos o separación entre los padres, antecedentes criminales de padres o hermanos, experiencias de abuso o negligencia por parte de los padres, la calidad de la relación padre-hijo”.
La retención de un menor infractor de la ley penal es la materialización de la desconexión entre padres e hijos, con potenciales conductas delictivas. La especialista en derecho, Helena Morales, explica: “Cuando los padres desconocen las actividades y las amistades de sus hijos, estos tienden a ausentarse de la escuela y asociarse con compañeros delincuentes, lo que contribuye a sus comportamientos delictivos”.
“La falta de supervisión se relaciona estrechamente con relaciones disfuncionales entre padres e hijos, ya que aquellos que enfrentan conflictos frecuentes con sus padres son menos propensos a compartir sus actividades con ellos. En consecuencia, los jóvenes con un vínculo débil con sus padres presentan una mayor probabilidad de involucrarse en actividades delictivas”.
Por el contrario, “la comunicación abierta y fluida, con intercambios de puntos de vista de forma clara y empática entre padres e hijos, constituye un factor de protección frente a la implicación en conductas delictivas y la ruptura de normas sociales y escolares”, concluye la investigación “Familia y Conducta Delictiva y Violenta en la Adolescencia”.
Para saber
A un menor de edad que ha cometido un delito no se le cataloga como delincuente, la ley peruana lo califica como un infractor de la ley penal: persona que no cuenta con la edad penal establecida por la legislación de que se trate y que infringe las leyes penales o bien que manifiesta una conducta nociva para su familia y/o la sociedad.
El Código de los Niños y Adolescentes, define al menor infractor como “aquel cuya responsabilidad ha sido determinada como autor o partícipe de un hecho punible tipificado como delito o falta en la ley penal”.
