Por estos días, Lima es más salvaje y gris. Un grupo de civiles ha tomado medidas directas en contra de extranjeros, supuestamente, vinculados al crimen organizado que cobra cupos a transportistas y comerciantes del populoso distrito de La Victoria, particularmente, en La Parada y Gamarra.
En las primeras arremetidas, los peruanos incendiaron y destruyeron las motocicletas y mototaxis de los venezolanos, con el objetivo de que estos abandonen la jurisdicción. “Lárguense” o “les implantaremos a lo salvaje”, es el grito de guerra en tiempos del cólera por la inseguridad.
“Si no hay paz para los venezolanos trabajadores, no habrá paz para los peruanos que apoyen la xenofobia. Comenzaremos a matar a todos los motorizados peruanos que estén en los paraderos de La Victoria, Gamarra 28 y cualquier otro distrito que se preste”.
A 570 kilómetros de la capital, Trujillo no es ajeno a la criminalidad extranjera; por lo que, este incidente, ha generado un fuerte impacto en la opinión pública. Algunos trujillanos aplauden la valentía de los trabajadores de La Victoria; mientras que otros creen que la violencia no es la solución.
Jhon Cárdenas, un vendedor que fue sufrió robo a mano armada, por parte de venezolanos, considera que “ninguna forma de agresión es buena, ya que lo último que queremos es empeorar la situación”; en contraste, Sofía Espinoza señala que “las autoridades no han cumplido su trabajo adecuadamente, lo que hace que nosotros (los peruanos civiles) asumamos la responsabilidad por nuestra propia seguridad, similar a lo que ha ocurrido en Lima”.
En el otro bando también reaccionaron. Como respuesta a estas acciones, la temible organización criminal venezolana conocida como Los Gallegos, ha difundido un video a través de la red social X (Twitter) con un mensaje amenazante: “Si no hay paz para los venezolanos trabajadores, no habrá paz para los peruanos que apoyen la xenofobia. Comenzaremos a matar a todos los motorizados peruanos que estén en los paraderos de La Victoria, Gamarra 28 y cualquier otro distrito que se preste”.
Extranjeros: Chapa tu choro
Este incidente recuerda al movimiento “Chapa tu choro y déjalo paralítico”, que nació, en 2015, del hartazgo de la ciudadanía a la ola de violencia delictiva y que, desde Huancayo, convocó a los peruanos a tomar al toro por los cuernos y hacer justicia con sus propias. manos.
El delito arrastraba a otro delito y la autora intelectual de esta tendencia fue Cecilia García, una empresaria y periodista huancaína que creó una página de Facebook llamada “Chapa Tu Choro Perú” para publicar fotos de carteles que promovían la captura y el castigo de ladrones y delincuentes.
Este movimiento obtuvo el respaldo del 72 % de la población, se viralizó en diferentes ciudades del Perú y en pocos días dio como resultado la captura, tortura y asesinato de presuntos delincuentes. En el balneario trujillano de Huanchaquito – sin comisaría y sin gentes de seguridad ciudadana – los vecinos colgaron un afiche: de poste a poste y con el mar como testigo.
En 2022, el movimiento “Chapa tu choro” resurgió en la provincia liberteña de Otuzco bajo el nombre “Chapa tu choro y entrégalo a la ronda”, respaldado por ronderos locales debido al aumento de la delincuencia.
Ahora, en 2023, en Lima, se difunden advertencias que indican que peruanos tomarán medidas directas contra los delincuentes que operan en el distrito de La Victoria.
“A todos los venezolanos cobradores de cupo, extorsionadores, mototaxistas que creen causar temor a nuestros vecinos les damos el plazo de tres días para que se larguen de La Victoria; de lo contrario, les implantamos a lo salvaje”, se lee en los volantes.
Estadísticas y preocupaciones
Una encuesta desarrollada por BuenaPepa revela que el 92,3 % de los trujillanos ha sido víctima de la delincuencia, destacándose robos (61,5 %) y asaltos (57,7 %), echos criminales que sazonan el pan de cada día.
Más sorprendente, aún, es que 61,5 % de los encuestados manifestó que fueron venezolanos los autores de los ultrajes. Además, el 92,6 % de los encuestados perciben que la delincuencia aumentó en Trujillo, desde la llegada de migrantes venezolanos: el gerente de Seguridad Ciudadana, Eduardo Liu, lo confirma.
Ahora bien, el 81,5 % considera que los venezolanos que cometen fechorías en Trujillo deben ser expulsados, en respaldo a la drástica medida que han tomado los ciudadanos en Lima.
Con los indicadores en contra, el gerente de Seguridad Ciudadana enfatiza que “eso sucede en las ciudades donde se les permite, acá, en Trujillo, no se les permitirá. Porque no le damos ni un milímetro para que hagan algún acto vandálico, como hacen en Lima”. con contraste, los vecinos cuestionan la nula presencia de seguridad ciudadana en las calles.
Con lo expuesto, es innegable que Perú enfrenta desafíos en materia de seguridad, y la comunidad trujillana se encuentra dividida en cuanto a cómo abordarlos. Según la Policía Nacional del Perú, entre enero y marzo del presente año, en Lima, se registraron 125 robos al día.
Y si un grupo de destacados escolares del colegio Francisco Lizarzaburu, del distrito El Porvenir, ha creado el “zapato antisecuestro”, con el cual ganaron el concurso de ciencias latinoamericano; el Estado, a través de sus instituciones tutelares, también debería de reaccionar desde la educación y prevención para evitar, lo que algunos expertos han considerado, el inicio de una guerra civil con legión extranjera.
Escribe Carla Liñán