El párroco Harley Gonzales Gavidia protagonizó un momento de tensión durante la última sesión del concejo municipal de Guadalupe, provincia de Pacasmayo. ¿El motivo? la decisión de cuatro regidores de votar en contra de la donación del predio La Guayrona al Arzobispado de Trujillo, amparándose en el artículo 64 de la Ley Orgánica de Municipalidades.
La reacción del sacerdote, visiblemente indignado, tomó por sorpresa a los asistentes. El sacerdote tomó el micrófono sin solicitar autorización y, dirigiéndose directamente a los regidores opositores, expresó su rechazo.
“Es una vergüenza para el pueblo de Guadalupe. Así les digo en su cara pelada. Se ve que ustedes no quieren a Guadalupe. Que el pueblo los juzgue; porque se apegan a una ley. Así se apegaran para todas las leyes”.
El sacerdote concluyó su intervención con un agradecimiento al alcalde Juan Castañeda Llanos y a los regidores que votaron a favor, aunque reiteró su crítica a quienes rechazaron la propuesta.
“Es una vergüenza para el pueblo de Guadalupe. Así les digo en su cara pelada. Se ve que ustedes no quieren a Guadalupe. Que el pueblo los juzgue“
Guadalupe: predio divide a la municipalidad y la Iglesia
El predio La Guayrona, un terreno de interés para la comunidad religiosa de Guadalupe, fue objeto de debate en el concejo municipal debido a una propuesta para cederlo en donación al Arzobispado de Trujillo.
La medida buscaba facilitar proyectos religiosos y sociales, pero encontró resistencia en cuatro regidores que argumentaron que la Ley Orgánica de Municipalidades no permite ceder propiedades públicas de manera gratuita.
Esta postura legal provocó un fuerte malestar en el párroco y parte de la comunidad católica, que consideran que el predio tiene un valor simbólico y comunitario que trasciende los aspectos legales.
“Es una sinvergüencería, carajo”
Al concluir la sesión, Gonzales Gavidia se dirigió a los medios locales con declaraciones aún más enérgicas, reflejando su descontento: “Esperamos que el pueblo de Guadalupe tome conciencia, ¿verdad? Es una sinvergüencería, carajo…“.
Sus palabras rápidamente se viralizaron, generando opiniones divididas entre los ciudadanos. Por un lado, algunos respaldan la postura del párroco y consideran que los regidores deben priorizar los intereses comunitarios sobre las restricciones legales.
“Esperamos que el pueblo de Guadalupe tome conciencia, ¿verdad? Es una sinvergüencería, carajo…“.
Por otro lado, hay quienes defienden la decisión de los regidores opositores, señalando que actuar conforme a la ley es fundamental para la gestión pública.
El alcalde Juan Castañeda Llanos, quien apoyó la donación, optó por dar por concluida la sesión tras la intervención del sacerdote. Sin embargo, su administración no ha emitido hasta el momento un pronunciamiento oficial sobre posibles alternativas para resolver el conflicto.
Por su parte, los regidores que votaron en contra se han mantenido firmes en su posición, argumentando que su decisión se basó estrictamente en el cumplimiento de la normativa vigente.
