Fue ultimado a balazos a pocos metros de su casa y a solo dos cuadras de la plaza de armas. La noche del sábado 20, volvieron a resonar los ecos violentos de la delincuencia en Pacasmayo.
Dos semanas después del primer homicidio en lo que va del año en esta provincia de La Libertad, un segundo asesinato irrumpió la tranquilidad de los vecinos, repitiendo la brutal técnica de muerte: balas dirigidas a sangre fría.
Así fue el crimen en Guadalupe
Gean Carlos Pisfil Sirlupú, un joven mecánico fue la víctima fatal de este último suceso. Alrededor de las 7:00 pm, mientras Pisfil Sirlupú caminaba a pie cerca de su vivienda, en la avenida 5 de diciembre, unos sicarios lo siguieron, lo alcanzaron y ejecutaron una despiadada agresión con disparos que acabó con su vida sobre el pavimento.
Las investigaciones policiales preliminares apuntan a que el joven se percató que era seguido por los delincuentes. Corrió aterrorizado, buscando refugio en su hogar, pero la velocidad de las balas superó la de su desesperación.
Como resultado, la víctima recibió doce proyectiles en la espalda y cabeza que, inevitablemente, le ocasionaron la muerte. Acorde a los informes, los sonidos de los disparos alarmaron a los vecinos, quienes, al salir, se toparon con la horrenda escena: Pisfil Sirlupú tendido en suelo, envuelto en un charco de su propia sangre.
Pacasmayo exige más seguridad
Esta escalada violenta ha desatado un clima de temor y preocupación entre los ciudadanos del distrito de Guadalupe, quienes vienen sufriendo un incremento de la incidencia criminal en los últimos meses. Pisfil Sirlupú residía a tan solo dos cuadras de la Plaza de Armas de Guadalupe y cercano al Cerro de La Virgen.
La responsabilidad para esclarecer este episodio de sangre recae ahora sobre el Departamento de Investigación Criminal de Pacasmayo y el Ministerio Público.