En la última jornada en Gaza, al menos 172 palestinos perdieron la vida y 326 resultaron heridos a causa de los bombardeos israelíes, según informó el Ministerio de Sanidad del enclave, controlado por Hamás. Este trágico suceso ocurre en el día 104 de los enfrentamientos entre Israel y el grupo islamista.
“La ocupación israelí perpetra 15 masacres contra familias en Gaza, con un saldo de 172 fallecidos y 326 heridos en las últimas 24 horas“, declaró Ashraf Al Qudra, portavoz de Sanidad, en un comunicado sobre los recientes ataques de Israel. Mientras tanto, las tropas israelíes continúan combatiendo con milicianos palestinos e intentan avanzar hacia el área sur.
Gaza: dolor y más dolor
Con estos nuevos acontecimientos, el balance de la agresión israelí asciende a 24.620 muertos y 61.830 heridos desde el inicio de la guerra el 7 de octubre. Ese día, Hamás lanzó un ataque sorpresa a Israel, resultando en 1.200 muertos en territorio israelí y al menos 240 personas tomadas como rehenes en la Franja.
Desde entonces, la ofensiva israelí ha dejado una gran devastación en el enclave y ha generado una crisis humanitaria sin precedentes. Se estima que unas 8.000 personas desaparecidas están sepultadas y muertas entre los escombros de edificios derrumbados.
Además, el rígido cerco impuesto por Israel ha reducido drásticamente la entrada de asistencia humanitaria, provocando una escasez aguda de alimentos, agua potable, suministros básicos y combustible. La falta de este último recurso ha dejado a gran parte de los hospitales sin funcionar o al límite de su capacidad.
“La ocupación israelí atacó deliberadamente 150 centros de salud, dejando fuera de servicio 30 hospitales y 53 centros médicos”, reiteró el Ministerio de Sanidad.
La comunidad internacional, a través de varios representantes de la ONU, ha denunciado la situación de extrema necesidad de la población civil en Gaza, con al menos 1,9 millones de desplazados, escasez de alimentos y niños enfermos. Mientras tanto, numerosos habitantes se aglomeran en Rafah, el área más meridional del enclave, donde improvisadas tiendas de plástico albergan a varias personas cada una, evidenciando la precaria situación humanitaria que requiere una acción urgente a nivel internacional.
