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Cuidados paliativos: una forma de acompañar y cuidar a los enfermos terminales

• ¿Qué son los cuidados paliativos y por qué son necesarios? Todo lo que debes saber sobre esta especialidad médica.

Escribe Fátima Milla Ravines

A sus 80 años de edad, Emilio Rodríguez recibió un diagnóstico de cáncer. En un día nublado por completo, la noticia cae de golpe para sus familiares. El ambiente se infecta de frío y silencio. También, una sensación de impotencia y resignación invade el corazón de su hermana, quien lo ha acompañado durante todos estos años. 

Según el médico que lo atendió, la enfermedad estaba muy avanzada y debido a su edad era peligroso someterlo a una cirugía. En ese momento, la tenue sonrisa de la hermana se convirtió en llanto. Lo que iba a ser un simple control médico pasó a ser el inicio de una guerra.

“Nos dijeron que tenía entre cuatro a seis meses de vida y que nos recomendaban empezar con los cuidados paliativos. Mi madre ni siquiera conocía ese término, solamente quería llevarlo a más hospitales y continuar haciéndole exámenes, con la intención de lograr cambiar el resultado final”, refiere Sandra Caballero Rodríguez, sobrina de Emilio. 

Cuidados paliativos

Según la Real Academia, los cuidados paliativos son el conjunto coordinado de intervenciones del ámbito de la salud dirigido desde un enfoque integral a mejorar la calidad de vida de las personas enfermas y sus familias.

“Es una medicina de control sintomático, que regula principalmente el dolor”, asegura Gustavo Milla Camacho, médico geriatra con maestría en cuidados paliativos. 

Necesidad a la vista

Los cuidados paliativos han obtenido mayor relevancia en el rubro de la geriatría debido al incremento del envejecimiento poblacional y prevalencia de enfermedades crónicas en este grupo etario. 

El adulto mayor debería tener la oportunidad de pasar el tiempo que le quede sin dolor y sufrimiento, he aquí la importancia de este tipo de cuidados.

Muchas veces se suele relacionar a la medicina paliativa con muerte o, de manera directa, con enfermedades como el cáncer. Es importante retirar esa información errónea de nuestras vidas. 

En toda América, las personas que sufren cáncer son parte de la segunda causa más frecuente de mortalidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 4 millones de personas fueron diagnosticadas en el 2020 y 1,4 millones murieron por cáncer. 

Los cuidados paliativos son el conjunto coordinado de intervenciones del ámbito de la salud dirigido desde un enfoque integral a mejorar la calidad de vida de las personas enfermas y sus familias.

Casi el 57 % de los nuevos casos de cáncer y el 47 % de las muertes ocurren en personas de aproximadamente 69 años.

Según el Ministerio de Salud, cada año se reportan más de 69 000 casos de cáncer y en la actualidad alrededor de 170 000 personas viven con esta enfermedad, mientras reciben tratamiento, mas no cuidados paliativos.

De los casos que se reportan al año, cerca de la mitad no logra sobrevivir, lo que convierte al cáncer en la enfermedad más letal del Perú.

La terapia paliativa sirve para tratar cualquier tipo de afecciones crónicas, evolutivas, amenazantes y sin posibilidad de curación en la vida del paciente.

Estos cuidados se deben empezar a ejecutarse a la par de cómo se va desarrollando el diagnóstico de la persona, y no esperar a que la enfermedad se encuentre avanzada.

A luchar, soldado

Ante una situación tan complicada, muchos pacientes deciden luchar contra el dolor de la enfermedad hasta el final, panorama que puede evitarse, si se comienza a priorizar la calidad de vida del paciente, brindándole los cuidados paliativos necesarios.

Esta situación es un debate ético —luchar por vivir o ‘dejarse’ morir—, que acaba con la decisión de cada persona o familia. 

“Muchas veces se terminan las opciones curativas, entonces se busca fijar un camino más confortable para el paciente y sus cercanos. Si bien, la medicina paliativa se centra en controlar síntomas físicos, no deja de lado la importancia de la espiritualidad y emocionalidad en el paciente”, asegura el médico Milla.

“Cuidados paliativos no significa necesariamente muerte, deben ir a la par del diagnóstico”, agrega. Y mucho más, si hablamos del adulto mayor, son pacientes que se dejan vencer fácilmente por los problemas emocionales durante la enfermedad.

Una persona anciana siente más soledad, angustia y agobio que alguien joven, factores que deben ser tomados a consideración por sus parientes.

Las familias, muchas veces, prefieren seguir buscando segundas opiniones de médicos, mientras la persona sufre en el poco tiempo de vida que le queda. 

Un camino inhóspito 

“Yo busqué doctores que me ayudaran a saber cómo brindarle esos cuidados a mi tío, pero parecían tener un conocimiento básico del tema y solamente me decían que debía darle analgésicos para el dolor”, recuerda Sandra Caballero.

El médico Milla lamenta que los cuidados paliativos no sean muy difundidos. “Es una especialidad médica desconocida”, puntualiza. En el Perú, no existe una formación adecuada de atención paliativa en la profesión y, sobre todo, las universidades que brindan esta especialidad son escasas. 

En la Universidad Nacional Mayor de Marcos (UNMSM), esta maestría fue creada recién en el 2019. En la actualidad, solo tiene tres promociones, es decir, 120 egresados. 

Las familias, muchas veces, prefieren seguir buscando segundas opiniones de médicos, mientras la persona sufre en el poco tiempo de vida que le queda.

Según el doctor Luis Podestá, decano de la Facultad de Medicina de la UNMSM, en el Perú, viven aproximadamente 90 mil pacientes que requieren de esta terapia analgésica.

“Solo existen 0.6 servicios asistenciales especializados por millón de habitantes, una cifra baja si se considera que la media en la región es de 2.6 y en países de altos ingresos, como Estados Unidos o Canadá, la disponibilidad es entre 56 y 131 unidades por millón de habitantes”, compara.

“El arte de la medicina es acompañar, estar presente y tener en cuenta el aspecto emocional, algo que, muchas veces, es dejado de lado por algunos colegas”, reconoce el médico Milla.

Aunque suene sensible su declaración, es una realidad que en los establecimientos de salud del Perú no se trata de manera adecuada a los pacientes de la tercera edad con enfermedades crónicas o terminales. 

Carmen Rodríguez fue una de las tantas personas que se encontró en ese gran dilema por el que atraviesan muchas familias: si seguir permitiendo el sufrimiento de su hermano o brindarle calidad de vida por el tiempo restante.

Sufrir o vivir o muerte

Las familias llegan a cegarse por la impresión de la noticia y mostrar conductas egoístas. Sin embargo, se debe entender que el objetivo principal de alguien cercano al paciente es buscar sanarlo a cualquier costo. 

“Mi hermano se moría en esa cama, tenía que verlo todos los días llorar de dolor, por las inyecciones y la enfermedad misma”, recuerda Carmen Rodríguez, hermana de Emilio. 

Según ella fue difícil entender que no había una cura y aceptar que la medicina paliativa era la mejor opción para evitar seguir prolongando la angustia y agonía de su familiar. 

“Los hospitales en Perú no son nada amigables para el adulto mayor; van a sufrir, y esto es lo que los cuidados paliativos buscan evitar”, comenta el médico Milla. 

Y no solo se puede evidenciar la falta de preparación por parte de los profesionales de la salud; sino, también, podemos ver cómo, muchas veces, el abandono de los familiares hace que los pacientes pasen sus últimos días de vida en la absoluta soledad y tristeza. 

“Las familias deciden llevar a una persona mayor al hospital, y lo único que logran es que el desenlace del paciente sea el mismo; pero va a fallecer solo, con frío y miedo”, describió Gustavo Milla.

Ana Estrada: muerte propia

Si bien es cierto, la medicina paliativa se está asentando en nuestro país, sin embargo, en contraposición, existen las opiniones de que los pacientes puedan evitar un desenlace prolongado a través de la eutanasia.  

En el 2022, el Poder Judicial del Perú ratificó, de forma definitiva, el derecho a una muerte digna a través de la eutanasia a Ana Estrada, esto debido a que padecía polimiositis, una enfermedad degenerativa que debilitaba sus músculos. 

Este caso se volvió viral y controversial debido a que fue la primera persona en el Perú que recibió la autorización para ponerle fin a su vida. En este sentido existe un gran debate ético, no solo a nivel nacional, sino también internacional, entre la eutanasia y el tratamiento paliativo.

El Poder Judicial del Perú ratificó, de forma definitiva, el derecho a una muerte digna a través de la eutanasia a Ana Estrada, esto debido a que padecía polimiositis, una enfermedad degenerativa que debilitaba sus músculos. 

“Para los médicos que no hacen uso de este tratamiento de alivio, que se muera un paciente es un pecado, cuando en realidad, la muerte es lo que sigue de la vida”, explica el médico Gustavo Milla.

Cuidados paliativos: lío enquistado

La forma en la que mueren los peruanos está determinada por el sistema de salud mal administrado e inhumano. 

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en La Libertad alrededor del 25 % de la población no cuenta con un seguro de salud, es decir, muchos pacientes no reciben la atención ni el tratamiento adecuado de sus enfermedades, lo que se ve reforzado por las carencias económicas de las familias, quienes no cuentan con los medios para ofrecerle a sus pacientes la calidad de vida que merecen, ni mucho menos la atención humana en los días cercanos a su muerte.

Por lo cual, es crucial resaltar el gran interés que debe primar en la sociedad para insistir a las autoridades a reconocer los principales problemas de ese sector y empezar a trabajar de manera estratégica en el mejoramiento del servicio a la salud y el respeto por la vida.

El adulto mayor es una persona mucho más sensible y propensa a dejarse vencer por sus mismas debilidades emocionales. 

Por lo cual, es necesario que la sociedad reconozca la importancia de la medicina paliativa en todo tipo de paciente, pero brindarles mayor relevancia a los pacientes de la tercera edad, considerando que son sus últimos momentos, entonces merecen recibir una calidad de vida correcta, es decir, sin dolor físico o sufrimiento emocional. 

“Las personas deben entender que muchas veces es mejor soltar a tiempo que retener algo irreparable”, confiesa la sobrina de Emilio Rodríguez, en referencia a evidenciar la capacidad de comprender que, en caso de enfermedades crónicas en adultos mayores, la mejor opción es dejarlos descansar de una forma tranquila y no seguir prolongando su sufrimiento.


Este contenido es resultado del curso Introducción al Periodismo del programa de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Privada Antenor Orrego.