Para los que vivimos la década de los noventa, el básquetbol fue un deporte de bastante importancia y trascendencia. Espero que las nuevas generaciones también disfruten de esta actividad; pero ¿cómo este deporte llego a ser un espectáculo?
Lakers: Tiempo de ganar (Max Borenstein y Jim Hecht, 2022) nos cuenta cómo los Ángeles Lakers de la mano de su nuevo dueño Jerry Buss y del novato Magic Johnson van transformando el baloncesto de un deporte casi insulso en el gran entretenimiento que hoy disfrutamos.
La historia va presentándonos a una serie de individuos complejos y desarrollándolos de manera muy particular. Desde el veterano capitán, quien dejo de disfrutar el juego hace mucho; los entrenadores, quienes apuestan por una nueva forma de tratar al equipo; a cada uno de los secundarios (hija del dueño, la madre del mismo, algunos jugadores con sus temores y vicios); todo ello suma de forma muy positiva a lo largo de los diez capítulos, porque causan tensión y emoción. Nos conducen por diferentes instantes de finales de una era (años 70) e inicios de otra con los cambios significativos que implican una mejora sustantiva, sobre todo, en la manera de buscar la visualización o participación en el espectáculo.
Nos sumergirnos en las historias que, por momentos, parecen de pérdida o caída; pero conociendo algo del pasado de los principales personajes (pues la serie está basada en hechos reales) sabemos que saldrán de ese tropiezo; pero la forma en que logran superar sus limitaciones hasta alcanzar la notoriedad con la que llegamos a conocer por ejemplo a personajes como Magic u otros jugadores históricos de la NBA.
Tiempo para ganar va midiendo su ritmo y lo mezcla muy bien, llevándonos en una especie de montaña rusa de emociones con los que transcurren los eventos. Puede que hasta cierto punto se pueda deducir el trámite de la serie, aunque si nos dejamos llevar por la misma lograremos un disfrute más que adecuado.
La serie cuenta con capítulos adaptivos, personajes interesantes, un entorno cautivador y que nos provoca conocer; sumándose a ello tenemos el arte, la producción en cuanto a lo que corresponde a la recreación de los juegos, eventos, fechas, vuelos, están muy bien planteados. Todo esto nos envuelve en una serie de muy buena factura que se deja ver, cautivándonos de principio a fin, dejándonos con ganas de más. Solo nos queda esperar por la próxima temporada.