“¡Capibara, capibara, ca-pi-bara, ca-pi-bara!”
¿Quién no escuchó el pegajoso coro de la canción rusa Capybara, que cruzó fronteras y se convirtió en un fenómeno viral gracias al poder de internet?
Los memes, perfiles de redes sociales, vídeos, stickers e imágenes llevaron a los capibaras a cada rincón digital. Su simpatía natural encontró un lugar perfecto en el vasto mundo de los clics.
La apariencia de estos animales, destacada por una expresión apacible y una actitud amigable, se transformó en una maravilla que alcanzó amplia difusión en plataformas como TikTok.
Es así que, la tendencia, alimentada por la efervescencia de las redes sociales, trascendió las pantallas y se materializó en el ámbito físico, lo que motivó la comercialización de una amplia variedad de accesorios inspirados en estas criaturas.
El rey de los roedores
Lejos de ser un guerrero dispuesto a enfrentarse a la batalla y amedrentar con agresiones para calmar el conflicto, el capibara es un estratega que prefiere la paz. Su reacción ante una posible amenaza es una mezcla de cautela y sabiduría instintiva.

Los capibaras, conocidos también como ronsocos en las comunidades cercanas de su hábitat natural, particularmente en la región amazónica de Perú, son considerados el roedor más grande del mundo.
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), los ronsocos pueden alcanzar un peso aproximado de 50 kilos, equivalente al de un lobo adulto.
Esta singular especie se caracteriza por ser semiacuática, lo que significa que comparte su tiempo entre la tierra y el agua. Tal adaptación les permite no solo alimentarse de plantas acuáticas; sino, también, mantenerse frescos en su hábitat.
Aunque su apariencia pudiera sugerir cierta hostilidad, esta percepción resulta completamente errónea, ya que los capibaras destacan por su disposición natural para interactuar de manera armoniosa con otras especies.
¿Heces como desayuno? Al despuntar el día, cuando el sol apenas comienza a dar luz a las aguas tranquilas, los grandes roedores se despiertan de su descanso nocturno.
Los capibaras, conocidos también como ronsocos en las comunidades cercanas de su hábitat natural, particularmente en la región amazónica de Perú, son considerados el roedor más grande del mundo.
Con movimientos lentos y deliberados, se incorporan, estirando sus cuerpos robustos, para luego llevar a cabo una práctica que, aunque desconcertante para los ojos inexpertos, es vital para su existencia: la coprofagia.
En un acto que desafía los preconceptos humanos sobre la alimentación, los capibaras consumen parte de sus propias heces.
No se trata de un hábito fortuito, sino de un complejo proceso biológico que subraya la eficiencia con la que aprovechan los recursos de su entorno.
Puesto que, la primera digestión que realiza, aunque minuciosa, no logra descomponer completamente los nutrientes de los vegetales que forman la base de su dieta.
Al ingerir nuevamente aquel material, los capibaras permiten que su sistema digestivo extraiga nutrientes esenciales que de otro modo se perderían.
El nuevo animal influencer
Tradicionalmente, se considera al gato como el mayor enemigo natural del roedor. Esta percepción responde a la idea de que el felino, con su agilidad y astucia, ejerce un dominio casi absoluto sobre el pequeño mamífero.

Sin embargo, para el capibara, el roedor más grande del mundo, el felino no representa ningún problema.
Por azares del destino, los carismáticos ronsocos, también conocidos como carpinchos, encontraron su lugar en el corazón de las redes sociales, pues lograron tener una popularidad comparable a la de los gatos, quienes durante años reinaron como los indiscutibles favoritos de internet.
Tras el vídeo que publicó Alexéi Pluzhnikov, un joven productor moscovita de 22 años, recuerda con claridad aquella madrugada cercana de las seis, cuando el insomnio lo mantenía despierto.
Sin un rumbo claro para ocupar el tiempo, optó por sentarse frente al ordenador. Fue en ese momento, según relata para medios de su país, cuando la idea de una canción llegó de manera espontánea.
Los carismáticos ronsocos, también conocidos como carpinchos, encontraron su lugar en el corazón de las redes sociales, pues lograron tener una popularidad comparable a la de los gatos, quienes durante años reinaron como los indiscutibles favoritos de internet.
Inspirado por un personaje de capibara, recientemente incorporado al proyecto de videojuego en el que trabajaba, Alexéi decidió actuar de inmediato.
Adquirió en línea una melodía creada por un beatmaker, y la letra, fruto de la improvisación, fluyó con naturalidad. Todo el proceso, desde la concepción hasta la grabación, le tomó apenas media hora.
Sin darle mucha importancia, publicó el vídeo en TikTok, la cual de forma inesperada se volvió viral, lo que cambió el curso de sus planes.
Antes, no consideraba dedicarse a la música como su ocupación principal, pero el éxito repentino lo llevó a replantearse su futuro profesional.
Capibaras CAPI-talizadas
La figura del capibara trascendió las fronteras de lo digital para consolidarse como un ícono comercial en el mundo físico.
Desde juguetes y peluches hasta útiles escolares como cuadernos y mochilas, el capibara es un símbolo que conquista a niños, adolescentes e incluso adultos, quienes no pueden resistirse a su encanto.
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Más que una moda pasajera, el capibara demuestra cómo un símbolo digital puede evolucionar hasta convertirse en un fenómeno global de consumo.
En lugares como Mesa Redonda y el Mercado Central, los peluches, mochilas y artículos de papelería inspirados en el capibara están entre los productos más populares del momento.
Sin embargo, el registro de la marca por parte de Liao Yue limita la comercialización de artículos con la palabra ‘Capibara’. Esto podría derivar en confiscaciones de mercancía y sanciones legales.

Lo que desató una ola de controversia en el sector comercial, ¿se puede registrar el nombre de un animal como marca?
En un anunció, Indecopi ratificó que es factible inscribir el nombre o la imagen de un animal como elemento de una marca, siempre que se respeten las disposiciones legales correspondientes.
Sin embargo, durante una entrevista concedida a Panorama, Renzo Quispe, portavoz de Mesa Redonda, manifestó su inquietud respecto a las consecuencias de esta disposición.
“Estamos siendo golpeados por algo que no tiene sentido. Este animal es parte de nuestra biodiversidad y cultura. Ahora nos enfrentamos al riesgo de ver nuestros productos incautados o destruidos, lo que afectará directamente nuestras ventas y a cientos de familias que dependen de este comercio”, declaró.
Como respuesta, Indecopi, a través de su cuenta oficial en X, comunicó que no concedió ningún registro de marca que otorgara derechos exclusivos sobre el nombre ‘Capibara’ para identificar productos como mochilas, juguetes o peluches.

“Al momento existen cinco marcas registradas que incluyen en su conformación la denominación Capibara en diferentes rubros y a nombre de diversas personas naturales y jurídicas, entre nacionales y extranjeras, a las cuales se les concedió el registro por haber cumplido con los requisitos establecidos en la ley de la materia», detalla la nota.
Expertos señalan que el registro de Liao Yue para sus productos de la clase 16, como libretas, notas y lapiceros, podría ampliarse a otras áreas, como juguetes y moda, lo que agravaría el conflicto.
Mientras tanto, los consumidores expresan su apoyo a los comerciantes, y algunos organismos consideran tomar acciones legales para impugnar la validez del registro, alegando que el término “capibara” forma parte del patrimonio común de Sudamérica.