Escribe Yordy Villajulca Carrión*
En el Perú se come para celebrar y se celebra comiendo. Y, tal vez, este rito es más sabroso y profundo en lugares llenos de historia, de amplia y generosa cultura, como lo es Virú, ubicado al sur de Trujillo, que hoy cumple un aniversario más como provincia de La Libertad.
Y para festejar esta fecha hay comida. Buenos platos. Uno de ellos, la emblemática boda viruñera. Este plato típico, como lo bueno en la vida, no tiene fecha de creación, no se sabe con exactitud quién fue su creador y en qué circunstancias lo hizo. Lo que sí se conoce es que es un platillo delicioso, con historia y un propósito: rendir homenaje a los santos que cuidan y protegen la provincia.
La tradición de la preparación de la boda va de generación en generación. Doña Rosa Blas Zavaleta es el claro ejemplo de la enseñanza en la cocina que ha traspasado la barrera del tiempo. Tiene 56 años y desde la adolescencia fue instruida para que en las fiestas patronales sea quien dé la cara en la cocina, además, del fervor y devoción hacia los santos.
Doña Rosita es buscada siempre por los mayordomos para que lidere en la preparación del plato, ya que ella tiene ese gusto y el punto exacto de cocción. Ojo, no cualquiera puede elaborar la boda viruñera, a pesar de los buenos cocineros que ha nacido en estas tierras.
El rico Virú
En Virú se cultivan los mejores productos agroindustriales de consumo y exportación. Además, posee una cultura muy rica, llena de celebraciones, una de ellas la Feria Internacional de la Ciruela, en la cual se resalta las cualidades y variedad del uso de este fruto.
Virú es tierra del cañán, un reptil representativo de la provincia, además, es un plato exótico con una variedad de presentaciones para el gusto de los visitantes. En este lugar existe vestigios de cultura incaica, como el castillo de Tomabal, y de la cultura Gallinazo. En baile destacan los incaicos y la diablada.
Doña Rosita es buscada siempre por los mayordomos para que lidere en la preparación del plato, ya que ella tiene ese gusto y el punto exacto de cocción. Ojo, no cualquiera la puede elaborar la boda viruñera.
Lo más representativo de la riqueza cultural de Virú, sin duda, son las grandes fiestas patronales, en las cuales los fieles católicos acompañan a los patrones de la provincia: el Señor de la Sangre y la Virgen de los Dolores. En estos acontecimientos es un mandato divino consumir la boda viruñera.
Cómo se prepara
Este potaje está, prácticamente, conformado por dos platos: boda roja y la boda verde. La boda roja es el platillo más sencillo de preparar. Consta de arroz, ají rojo y la carne. Caso contrario es la boda verde, un platillo laborioso y de preparación prolongada. Dicen que lo bueno se hace esperar.
El ingrediente básico de la boda verde es el pan. No cualquier pan. Debe ser uno elaborado sin sal ni levadura. Este componente de la boda verde se tiene que estrujar con las manos, remojarlo por un par de horas, luego, se cocina.
Pero aquí no acaba el proceso. La boda verde tiene un mito que hasta el día de hoy se profesa: durante su preparación no puede estar cerca una mujer embarazada. La señora Rosa no cree que sea de todo cierto, pero: “A mí nunca me ha pasado que se me corte la boda, lo único parecido es que una vez una señora embarazada se acercó a donde yo cocinaba y se cortó”.
Para decorar el platillo se fríe trozos de chancho, un maravilloso acompañante. Adicionalmente se ofrecen empanadas viruñeras rellenas con pedazos de plátano de seda frito con la misma grasa que deja el chancho. Puede leerse extraño, pero, créanme, son sabrosas.
Durante fiestas, se preparan alrededor de mil platos por día, que son servidos para los invitados, mayordomos y músicos. Se compra millares de platos descartables, aunque, anteriormente, se servía en platos de loza, según cuenta la señora Rosa.
Boda viruñera en peligro
Muy pocas son las familias que, en la actualidad, preparan la boda viruñera. Se ha dejado de lado el aprendizaje. Ya no quieren elaborarla por devoción; sino por el lado económico. Incluso son pocas los establecimientos que la ofrecen como plato a la carta.
Sin embargo, sí existen restaurantes que dan lucha a favor de la tradición, como el local de señor Bruce y El Sazón de Ynesita, donde se degustan platos como boda y empanadas viruñeras, cañanes y otros platos criollos.
Visite la provincia de Virú, ya que, es muy rica en cultura, muchas huacas para explorar, una catarata Condornada, ubicado en las alturas de la provincia, y la gran feria de la ciruela entre otros atractivos. En especial, engolosínese con la boda viruñera, un plato único en su especie.
Texto elaborado en el Taller de Redacción Periodística I del programa de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Privada Antenor Orrego (UPAO).