La Plaza de Armas de Trujillo, Patrimonio Cultural de la Nación desde el 28 de diciembre de 1972 y cuna de la proclamación de la Independencia de Trujillo en diciembre de 1820, hoy se encuentra transformada en un bullicioso escenario de comercio.
La gestión del alcalde Arturo Fernández ha promovido la instalación de unos 40 estands para este sábado 18 y domingo 19 de noviembre, lo que ha añadido un colorido mercado de artesanías, souvenirs, chifles y chicha de jora al histórico escenario.
Trujillo: convierten Plaza de Armas en mercado
La avidez culinaria de la región es atendida con chancho al palo, que se prepara en pleno corazón de la ciudad y se oferta desde 30 soles. Abriendo camino entre el frenesí, se pueden ver camillas dispuestas para la atención de masajes y la feria es, además, flanqueada por la presencia de una estatua incongruente: la figura gigante de un tiburón construido de fibra de vidrio que generó peleas entre los vecinos de la urbanización El Recreo y funcionarios de la municipalidad provincial.

Sin embargo, esta fiebre mercantil se desarrolla en medio de controversia. A pesar de que hay normas municipales que prohíben actividades de este tipo en esta monumental zona de la ciudad, la gestión de Arturo Fernández ha continuado con el desarrollo de la feria.
Aprovechando el tumulto, varios ambulantes han ingresado a la zona para expender sus productos, añadiendo más desorden a la escena. La Dirección Desconcentrada de Cultural La Libertad ha expresado su preocupación y crítica constante hacia la gestión de Fernández por lo que considera un uso inapropiado de la Plaza de Armas de Trujillo.
«Lo que quiere el alcalde es provocar. Él sabe que está de salida. Estoy indignado como trujillano porque estas acciones afectan la imagen de la ciudad. El mismo alcalde se trajo abajo otro tipo de actividades, como la feria Educa, en Mansiche, y ahora permite y promueve este tipo de ferias lamentables», declaro a BuenaPepa el regidor Luis González Rosell.

Gestión de Arturo Fernández incita a la violencia
Efectivos de la Policía Nacional, en compañía de la Prefectura Regional intervinieron en horas de la tarde de este sábado la feria organizada por la municipalidad. Durante la fiscalización, Ricardo Apolaya Tafur, locador municipal, incentivó a la violencia contra dos periodistas que cubrían la actividad.
Desde el escenario, el hombre cercano a Arturo Fernández gritó y les recriminó a los reporteros y pidió su salida de la feria, a lo que simpatizantes del alcalde respondieron sacándolos a empujones.
Los hechos han sido reportados al Ministerio Público, que ya habría iniciado investigaciones. Por el momento, la Plaza de Armas de Trujillo se transforma cada día en una pulsante mezcla de historia y comercio, un reflejo potente, aunque controvertido, de la propia vibrante identidad de la ciudad.