En un operativo desplegado la noche del martes 10 de diciembre, personal policial logró la detención de Edvin Danilo Ticlia Esquivel, alias Loco, de 21 años, en el distrito de Alto Trujillo.
Ticlia Esquivel, presunto integrante de la banda criminal Los Malditos del K-taclismo, es acusado de cometer delitos de extorsión y tenencia ilegal de materiales peligrosos y explosivos.
Alto Trujillo: blanco de extorsionador sería una bodega
El hecho se produjo en la losa deportiva conocida como Medallita, ubicada en el Barrio 3A de Alto Trujillo. Según información policial, agentes de inteligencia del Escuadrón Verde y Terna tomaron conocimiento de que alias Loco se encontraba en la zona con materiales utilizados para amedrentar y extorsionar a comerciantes y vecinos.
A las 11:00 p.m., los efectivos intervinieron a Ticlia Esquivel, quien durante el registro personal portaba un sticker extorsivo con las iniciales LSC, decorado con la imagen de un puma rojo sobre fondo gris.
También se le halló en su poder dos cartuchos de dinamita de color rojo y un celular de la marca ZTE, modelo azul oscuro.
El sujeto fue trasladado a la Unidad de Flagrancia Delictiva en el distrito de El Porvenir, donde quedó bajo custodia para realizar las investigaciones correspondientes.
Alias Loco no es un desconocido para las autoridades. Según registros policiales, fue detenido en mayo de 2022 y enero de 2024 por el delito de receptación. Además, es vinculado a la banda criminal Los Malditos del K-taclismo, conocida por extorsionar a bodegas, farmacias y colegios en los barrios 3, 4 y 5 de Alto Trujillo.
La información preliminar sugiere que los explosivos y stickers encontrados en posesión de Ticlia Esquivel habrían sido entregados por un individuo conocido como Pichón, otro presunto integrante de esta organización criminal. Estas herramientas serían utilizadas para generar miedo entre las víctimas y asegurar el pago de extorsiones.
El distrito de Alto Trujillo, como muchas otras zonas en La Libertad, enfrenta una creciente ola de extorsiones que afecta tanto a pequeños comerciantes como a grandes empresas. Los delincuentes emplean métodos que van desde el envío de notas amenazantes, representadas en este caso por stickers con símbolos identificativos, hasta el uso de explosivos para intimidar y garantizar sus demandas económicas.
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