En una villa nació.
Un pie izquierdo.
Un pie izquierdo pegado a una pelota.
Una melena inconfundible.
Una melena que cubrió el laboratorio del mejor gol de los mundiales.
Barrilete cósmico.
De qué planeta viniste.
Un verbo sin control.
Peleó con todos.
Amó tanto.
La mano de Dios.
La pelota no se mancha.
Diego
Maradona
D10S
Diego Armando Maradona nació en un ring o en una pista de combate o en un coliseo romano. Llegó al mundo en Villa Fiorito, zona sur de Buenos Aires, un barrio marca Latinoamérica: empobrecido, sin luz y de calles de tierra y de barro.
“Si debo definir con una sola palabra Villa Fiorito digo ‘lucha’”, dijo el Pelusa.
Vivía con sus padres y sus 7 hermanos en una pequeña casa de dos habitaciones y un comedor. “Si se podía comer, se comía; y si no, no”, recordó en el libro Yo soy El Diego de la gente.
A los 3 años, su primo Beto le regaló una pelota, un obsequio que quedaría marcado en su corazón.

Cuando no tenía un balón, se lo inventaba. Cuando ayudaba a su mamá la Tota en los recados, iba pateando objetos redondos como una naranja, bolitas de papel o de trapo.
El Diego era muy chiquito, flaco, pelo hasta largo los ojos y su mirada de viejo cuando debía cumplir las indicaciones del entrenador. Nadie podía creer que, con esa estatura, jugara tan bien.
El inicio de su carrera
Maradona comenzó su trayectoria de futbolista con 9 años en el equipo de los Cebollitas del club Argentinos Juniors.
Con este equipo llegó a conseguir 136 partidos invictos, tanto en torneo argentino como en certámenes disputados en Perú y Uruguay.
Era una promesa que iba apareciendo de a pocos. Cuando cumplió 14 años, el club de la paternal ya podía ficharlo.
Diego Armando Maradona nació en un ring o en una pista de combate o en un coliseo romano. Llegó al mundo en Villa Fiorito, zona sur de Buenos Aires, un barrio marca Latinoamérica: humilde, sin luz y de calles de tierra y de barro.
El 20 de octubre de 1976, Diego Armando Maradona, con la camiseta número 16 y con 15 años, debutó frente a Talleres de Córdoba, por la octava fecha del torneo nacional, partido que perdería Argentinos Juniors por 0-1.
Cuenta el mismo Maradona que cuando recibió su primer sueldo, que era muy poco, pasó con su mamá, la Tota, por la Pizzería La Rumba. Diego no dudó en acabarse todo su sueldo en pizzas y bebidas.
“Me gasté todo el sueldo con mi vieja, los dos solos, nos comimos todo y tomamos todo, ja”, recordó.
Su fidelidad a Boca Juniors
El amor verdadero y fiel es el sentimiento del hincha al club de su corazón. Es un amor que llega por la familia o amigos. Dejas todo por tener una parte de tu equipo. Se viven buenos y malos momentos; igual siguen apoyando.
El Pibe de Oro había recibido varias ofertas del extranjero como de América de Cali de Colombia y el Sheffield United de Inglaterra; pero hubo una megaoferta que presentó River Plate.
Se dice que pudo tener el mismo sueldo que el mejor jugador del plantel Millonario: Ubaldo Filliol. El Pelusa, al saber esa posibilidad, se negó, de manera rotunda, aceptar esa oferta y jugar por el club de la banda, ya que toda su familia era de Boca.

El 20 de febrero de 1981 firmó contrato con el Club Atlético Boca Juniors. Dos días después debutó contra Talleres de Córdoba y marcó dos goles. El partido lo ganó Boca 4-2.
Ese mismo año, los xenienses salieron campeones del Torneo Metropolitano 81 de la mano de Maradona.
Pasó por grandes clubes como el Barcelona de España, se fue al Napoli de Italia donde lograría muchos títulos y alcanzó la divinidad. En esta ciudad lo adoran sobremanera porque los ubicó en el mundo. Antes del argentino, el Napoli no había ganado ningún título.
Se dice que pudo tener el mismo sueldo que el mejor jugador del plantel Millonario: Ubaldo Filliol. El Pelusa, al saber esa posibilidad, se negó, de manera rotunda, aceptar esa oferta y jugar por el club de la banda.
Luego, volvió a España fichando por el Sevilla y regresaría al fútbol argentino para incorporarse al Newell’s Old Boys de Rosario.
En 1995 vistió, por segunda vez, la camiseta xeneize. Estuvo hasta 1997, año en el que se retiró del fútbol profesional. Lamentablemente, no ganó nada, pero siempre quedará ese recuerdo de que el D10S volvió a su casa.
Después, Diego seguía yendo a la Bombonera a ver los partidos de su amado Boca Juniors en su palco donde llevaba a sus hijas, familiares y amigos.
Maradona: la pasión argentina
Cuando Maradona tenía 10 años, le preguntaron en una entrevista, ¿cuál era su sueño? “Jugar un mundial”, contestó.
En 1977, Luis Menotti lo convocó para participar en la selección argentina. Diego debutó el 27 de febrero de ese año contra Hungría, partido que ganarían los gauchos por 5-1.

Pelusa había intervenido en varios partidos con la albiceleste en 1978, año de la copa del mundo, que se disputó en su país. A pesar de tener muchas participaciones, Menotti no lo convocó debido a que era muy joven. Argentina se consagró campeón del mundo.
Revancha en otra cancha
Ocho años después, en México 86 sería el mundial de Diego Armando Maradona.
El partido de Argentina contra Inglaterra fue un encuentro muy tenso, tanto afuera de la cancha como adentro, ya que 4 años atrás había terminado la guerra de Las Malvinas, donde muchos jóvenes argentinos murieron defendiendo a su patria.
El Tata Brown, compañero de equipo, confesó que la noche antes del partido, Maradona no habló; solo cenó y se fue a su cuarto, no escuchó música, como era lo habitual.
El día del encuentro fue el primero en estar listo, todo el trayecto al estadio alentó a sus compañeros.

Ya en la cancha, cuando terminaron de entonar el himno, se escuchó el grito de Maradona: “¡Vamos, eh, vamos, que estos hijos de p&$* nos mataron a nuestros pibes, amigos, vecinos… ¡No podemos perder!
Jugó ese partido como su venganza.
Maradona anotó el mejor gol de los mundiales. Dejó a muchos ingleses atrás desde mitad de cancha. “Barrilete Cósmico”, lo llamó un relator.
En ese mismo partido, además, marcó con la mano. Perdón, con la Mano de Dios.
El encuentro lo terminó ganando 2-1, la venganza de Maradona se consumó. Ese mundial Argentina salió campeón del mundo, lo que representó la segunda estrella en su historia.
Datos escondidos de D10S
-Diego Armando Maradona fue el primer jugador argentino en ganar un mundial sub-20 en 1979 en Japón y luego conseguir el mundial con la selección mayor en 1986 en México.
-A pesar de que Maradona era el mejor jugador del mundo, nunca pudo ganar un Balón de Oro en su historia.
– Pelusa hizo, en 1986, que la Ferrari le fabricara un auto de color negro, cuando solo lanzaba vehículos rojos. El pedido impresionó hasta el mismo don Enzo Ferrari, creador de la empresa.
– D10S tiene su propia religión, fundada en 1998 en Rosario-Argentina. El credo alaba y adora a Maradona, sus acciones y también palabras. Cuenta con más de cien mil fieles.
– El día que falleció, el estadio del Napoli pasó a llamarse Diego Armando Maradona en recuerdo al argentino que le dio grandeza a los napolitanos.
El Diego de Argentina
En Argentina, al Diego se le respeta y quiere. Es un Dios para todos sus compatriotas.
Hay muchos murales de él, tanto en calles como en los estadios. La mayoría de los equipos tienen banderas dedicadas a él.
Si se trata de defender a Diego, todo el país sale a dar cara por él. Los padres enseñan a los hijos a querer a Maradona, a pesar de que ya no esté entre nosotros. Es como una religión que todo argentino tiene que heredar.
Hay muchos murales de él, tanto en calles como en los estadios. La mayoría de los equipos tienen banderas dedicadas a él.
Hoy, 30 de octubre, en el día de su cumpleaños, desde arriba, debe estar celebrando y acá en Argentina es un día festivo y el mundo del fútbol lo evoca con admiración y alegría. La pelota no se mancha y el amor por el Diego tampoco.
Escribe Mateo Sandoval Villanueva
Buenos Aires, Argentina.