Escribe Sandy Valeria Crespo Carrasco*
No hay remedio para una enfermedad histórica. La violencia escolar sigue infectando a los colegios y no existe cura completa, solo paliativos que, por momentos, frenan su avance. Esto se concluye del reporte del 2022 de SíseVe, del Ministerio de Educación (Minedu), sobre casos de agresiones físicas, sicológicas y sexuales en las escuelas del Perú.
En el 2022 se denunciaron 12 083 casos de violencia en las instituciones educativas. La causa principal de la mayoría de estos hechos es el lacónico “solo por molestar o burlarse”.
En el portal SíseVe, donde, por mandato legal, se deben registrar los hechos violentos ocurridos en las instituciones educativas del Perú, se consiga, que el motivo superior de las agresiones que sufrieron los estudiantes se vincula con el provocar el ridículo a la víctima.
En el 2022 se denunciaron 12 083 casos de violencia en las instituciones educativas del Perú. La causa principal de la mayoría de estos hechos es el lacónico “solo por molestar o burlarse”.
En segundo lugar, los estudiantes sufrieron violencia debido a sus características físicas, seguido de por su carácter callado y tímido. Aprender de manera distinta también fue motivo de atentados contra estudiantes peruanos.
A la baja, pero
Los 12 083 casos de violencia en los colegios el año pasado son una cifra menor a la contabilizada en el 2019, antes de la pandemia: 13 006 denuncias. Son casi mil sucesos menos. Sin embargo, esta merma no representa un retroceso significativo de esta enfermedad, que espanta los aires de convivencia pacífica, la cual debe reinar en todos los colegios del mundo.
Durante los años de pandemia el comportamiento de los casos reportados de violencia en los fue el siguiente: 2020 (756) y 2021 (768).
Para comprender el tema es fundamental establecer la diferencia entre violencia escolar y bullying o acoso escolar. La plataforma SíseVe, creada en el 2013 por el Minedu, establece los límites de estas dos categorías.
La violencia escolar abarca la agresión física o psicológica, lesiones y abuso, abandono o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, que ocurre entre escolares, entre adultos y escolares y contra la propiedad, tanto dentro de la escuela como también en sus inmediaciones, entre la escuela y el hogar, y a través de las nuevas tecnologías de información y comunicación (Facebook, YouTube, mensajes de texto, por ejemplo).
Mientras que el bullying se refiere a las agresiones que ocurren entre escolares, de manera intencional y sistemática. Estas agresiones, las cuales se amparan en el secreto y la impunidad, demuestran que el agresor cuenta con más poder (social, físico, emocional y/o intelectual) que la víctima.
El lugar con más casos
De las 26 regiones del territorio peruano, Lima Metropolitana, con 4318, es la jurisdicción que más casos de violencia escolar ha reportado durante el 2022, seguido de Piura con 868 y Arequipa con 599 casos. Por otro lado, se encuentran los departamentos con menos estudiantes afectados: Apurímac (65), Madre de Dios (71) y Moquegua (87).
Según el docente y sicólogo Orlando Balarezo Aliaga, la densidad poblacional establece una relación directa con el número de casos reportados por región; pero le llama la atención la cantidad de denuncias reportadas en Piura. “Hay que analizar las regiones, qué características específicas socioculturales tienen, qué costumbres practican que han provocado estas estadísticas”, recomendó.
Además, expuso que una de los motivos por los cuales se presenten estas cifras en las regiones más “grandes y céntricas” se debe a que “hay más posibilidad de denunciar, de poner en manifiesto estas situaciones. En cambio, en las poblaciones alejadas no hay tanto conocimiento, no está bien establecido el cómo pueden realizar las denuncias y, tal vez, solo quedan en una queja y nada más”.
Todo se transforma
El portal SíseVe revela, además, que “el bullying es más frecuente en el nivel primario; pero es más grave en secundaria”. ¿Cuál es el motivo? “En la adolescencia existe más gravedad de los actos por la revolución de emociones de los estudiantes debido al cambio hormonal. Esto hace que la persona se enfrente de modo emocional, y muchas veces se ven sobrepasados”, declaró Balarezo.
La violencia escolar abarca la agresión física o psicológica, lesiones y abuso, abandono o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, que ocurre entre escolares, entre adultos y escolares.
Por otro lado, resaltó que la conducta de un adolescente tiene que ver con la acumulación de aprendizajes en el ámbito familiar y social. “En la primaria hay más control o se le expresa más respeto al profesor. Ya en secundaria, con la polidocencia y el encuentro con compañeros de mayor diversidad, se agrandan las diferencias y ahí se tiene un punto conflictivo en el Perú, ya que existe poca tolerancia hacia los demás”, explicó.
Causas de la violencia escolar
El especialista en convivencia escolar de la Gerencia Regional de Educación de La Libertad (Grell), Javier Cavero Alba, señaló que para entender la violencia en las escuelas es necesario hacer hincapié en los factores de riesgo de los estudiantes, quienes son personas en desarrollo, cuyas capacidades cognitivas, actitudinales están todavía en formación.
“El ser humano termina su maduración, recién, a los 21 años”, reveló.
En esa línea, el especialista explicó que debido a que crecen en un entorno familiar y social violento, los estudiantes están propensos a sufrir de violencia, más aún cuando un niño de la primera infancia observa estos actos y tiende a interiorizarlos como algo normal porque no hay nadie que le diga que están mal. “Más adelante, en primaria y secundaria, si tampoco lo corrigen, seguirá normalizando la violencia”, avizoró.
Otro factor, según Cavero, se explica en los roles de género. “Las mujeres tienden a ser más víctimas de violencia que los varones. Esto se explica por la existencia de esa clase de pensamientos que ubican a la mujer como un ente sumiso”, lamentó.
Otros actos violentos son motivados por las desigualdades en torno a la masculinidad, en la que se suele violentar al estudiante que se le ve más débil, callado, poco participativo. También se considera como otro de los factores dentro de la violencia a la carencia de oportunidades y de participación para y con los estudiantes.
Casos y motivos de violencia escolar
En las denuncias registradas en la plataforma SíseVe los casos, según la relación víctima-agresor, se consideran dos tipos: violencia entre escolares (7604 casos) y violencia entre personal de la institución (docentes, auxiliares, administrativos) a estudiantes (4479 casos).
El docente y sicólogo Orlando Balarezo Aliaga consideró que de los dos tipos, la cometida por el personal de la escuela contra los estudiantes es la más grave. “Se supone que estas personas están preparadas para combatir este fenómeno. Algo está pasando con la gente del entorno educativo”, señaló.
Por su parte, Javier Cavero sentenció que el aumento del reporte de casos que involucra al personal de la escuela se debe a que ahora los estudiantes y padres de familia tienen conocimiento sobre los actos que se configuran como atentados a su integridad y el procedimiento para denunciarlos. “Antes el adulto (personal de la I. E.) se aprovechaba del de ese desconocimiento”, compara.
Tipo y subtipo de violencia
En relación con el tipo de violencia, la física (5123 casos) lidera el reporte. Sigue la sicológica (4514 casos) y, finalmente, la sexual (2446 casos). Mientras que en los subtipos es más frecuente la agresión sin lesiones (2573), la violencia verbal (1714), la agresión con lesiones (1636) y los actos de connotación sexual (1377).
Para Orlando Balarezo, los casos de violencia sexual se denuncian menos porque son complejos. “Existen luchas actitudinales de personas que tienen vergüenza o temor a verse involucrados en estos casos y prefieren manejarlo de otra manera”, señaló.
De los tipos de violencia, según Javier Cavero, los casos más graves son los de violación sexual porque hay un daño a la integridad física, sexual y sicológica de la víctima.
Cifra oscura
Luego de puntualizar que este 2022, los reportes de casos de violencias en las escuelas disminuyeron con relación a la prepandemia, el especialista en convivencia escolar de la Gerencia Regional de Educación de La Libertad (Grell) reconoce que aún existen agresiones que no se publican. “La cifra oscura debe estar entre 20 % o 25 %”, aseguró.
Explicó que de acuerdo a las tasas de violencia que examinaron a lo largo de los años, identificaron que en los años 2017, 2018 y 2019 los reportes incrementaron, pero no porque los actos de violencia aumentaron, sino, porque los docentes, los estudiantes y padres ahora pueden reportar estos actos. “Cosa que no sucedía antes. Así, hemos logrado que se visibilicen los casos de violencia”, valoró.
Los reportes incrementaron, pero no porque los actos de violencia aumentaron, sino, porque los docentes, los estudiantes y padres ahora pueden reportar estos actos.
Por otro lado, Balarezo sentenció que la violencia escolar no es un problema de un solo individuo, sino, tiene que ver con el entorno, con los sistemas educativos y por supuesto, esto se ve influenciado por los sistemas más grandes, como el político y el sistema social.
Javier Cavero explicó que el objetivo de las estrategias que se aplican en los colegios desde el Ministerio de Educación es visibilizar un problema que antes no era atendido.
Para ello usa la siguiente analogía: “Cuando se crearon los cascos para soldados, disminuyeron las muertes, pero aumentaron los heridos. Si bien, podemos decir que hay tocamientos indebidos y son preocupantes, podemos analizar que un estudiante o un padre de familia que se entera de los tocamientos indebidos de inmediato los reporta. En años anteriores, un estudiante reclamaba que sufría tocamiento y no se le prestaba atención porque lo habíamos normalizado. Ahora, cuando un estudiante se siente vulnerado, de inmediato es atendido”.
Sistema inteligente para detectar bullying
El innovador sistema web Mind Power utiliza un algoritmo de análisis de videos para detectar casos de violencia escolar, y fue creado por tres estudiantes de la universidad Continental; Kevin Arbe Gutiérrez Yojahida Arroyo Gómez, Daniel Charapaqui Esplana y Jhonny Ramos Porta.
Para obtener resultados del software, se deben implementar cámaras de seguridad en las escuelas, para recopilar las imágenes e identificar el perfil del estudiante como un potencial agresor o víctima. Posteriormente, las autoridades y el psicólogo del plantel serán los encargados de analizar el historial de incidentes detectados por las cámaras para tomar decisiones ante los casos presentados con el fin de prevenir futuros casos de violencia escolar.
Problema complejo
En octubre de 2022, Luis Arias, del Colegio de Psicólogos del Perú, señaló a El Comercio que no hay suficientes psicólogos para atender a más de los 200 000 centros educativos del país. “Lo que queda es la capacitación del personal docente por psicólogos y la supervisión de su trabajo. El bullying debe abordarse desde tres perspectivas: la promoción, prevención y mediación”.
Existe un protocolo, establecido bajo decreto supremo, para la atención de violencia contra niños y adolescentes. Este consiste en que las instituciones educativas entreguen un boletín contra el acoso escolar al inicio del año. “Los colegios deben contar con al menos un psicólogo profesional, brindar un libro para registrar cualquier incidente de violencia y contar con un plan de convivencia democrática”, detalló Ana Peña, directora de Protección al Consumidor Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi).
El incumplimiento de la norma puede ser sancionado hasta con 450 UIT, es decir, S/2 070 000. Sin embargo, contar con el protocolo en papel no necesariamente evita que sucedan estos casos, motivo por el cual “se tiene que evaluar de qué modalidad se da el bullying, porque muchas veces solo se ponen de acuerdo en aislar a un alumno, hacerlo sentir mal”, finalizó.
De acuerdo A Matilde Cobeña, adjunta para los Derechos de la Niñez y Adolescencia de la Defensoría del Pueblo, el problema central de la violencia escolar es que algunas escuelas desconocen los protocolos. “Algunos colegios privados creen que pueden aplicar sus propias reglas”, denunció.
Por ello, sostuvo que, “los directores deben capacitarse con la autoridad respectiva: las direcciones regionales de educación y las UGEL”, y que además, la participación activa de los padres de familia es importante para enfrentar el problema.
Víctima y agresor
La psiquiatra Katherine Arias Gutiérrez describió que en la etapa escolar, el niño o adolescente que es víctima de acoso es introvertido, dependiente, se siente solo y tiene miedo a compartir, lo cual repercute en su calidad de vida y está expuesto a desarrollar algún trastorno mental como la ansiedad y la depresión, y, al momento de convertirse en adulto, esto puede alterar su relación con los demás, en situaciones extremas intentar el suicidio.
Por otra parte, los estudiantes que despliegan la violencia no solo serán violentos con sus compañeros de clase, en un futuro también lo serán con su pareja e hijos. “Puede, incluso, desarrollar conductas que infrinjan la ley, como robar, extorsionar o secuestrar. Si no se toman medidas, este puede ser el camino de un niño que está ejerciendo bullying”, explicó a la Agencia de Noticias Andina.
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*Este reportaje contó con el apoyo de Julisa Rodríguez Guio.
