InicioFruta frescaActualidadThiago Silva, el arte de defender de un veterano de 38 años

Thiago Silva, el arte de defender de un veterano de 38 años

Previo al inicio del Mundial, Thiago Silva recibió una lluvia de críticas por recibir la cinta de capitán. Hoy es una de las figuras en el ‘Scratch’, que avanzó a octavos de final de Qatar 2022 apenas en el segunda partido y sin recibir un gol.

Thiago Silva nació a 50 metros de uno de los barrios más peligrosos y marginales de Río de Janeiro. Tuvo como primera opción, al igual que muchos de amigos de infancia, de unirse a bandas criminales; sin embargo, optó por seguir a Dios y perseguir su sueño de convertirse en futbolista profesional, un anhelo que hoy lo está cristalizando defendiendo los colores de la Selección Brasileña en Qatar 2022.

Dos partidos, tres goles a favor, cero en contra y la clasificación a octavos en mano. Brasil cumple con los pronósticos en Qatar. Y los hace, como nos tiene acostumbrado, con actuaciones individuales sobresalientes, como la de Thiago Silva, capitán del equipo y que tuvo una brillante actuación en el 1-0 sobre Suiza en el Stadium 974 – Ras Abu Aboud.

Casemiro marcó el tanto de la victoria; Vinicius y Rodrygo fueron los que armaron la jugada del tanto; sin Neynar, Antony y Raphinha fueron los protagonistas del fútbol total. Pero el ‘patrón’ del fondo fue Thiago Silva. El zaguero del Chelsea demostró ante los suizos que defender también es un arte, un don que pocos lo tienen. Fue un muro infranqueable que arrojó las siguientes estadísticas: 95 toques, 93% de pases acertados, tres duelos ganados (de tres) por abajo, dos (de dos) por arriba. El capitán demostró que está llevando el barco hacia el objetivo soñado.

Es como el vino
Los años pasan, pero Thiago parece fortalecerse más. En agosto de 2020, PSG lo dio baja por veterano. Ese mismo año se fue a Chelsea y en su primera temporada levantó la Champions League con los ‘Blues’. Tras la victoria en el debut mundialista, en el 2-0 sobre Serbia, se convirtió (con 38 años de edad y 63 días) en el jugador más viejo en disputar un partido mundialista con Brasil. Superó a su compatriota Djalma Santos, 37 años y 138 días, como uno de los referentes más grandes en la historia para el pentacampeón.

A pesar de ser un zaguero, su personalidad no es la de un defensor rudo. Al contrario, es de admiración y devoción, porque siempre se ampara en sus formas deportivas y en ser un ejemplo de superación. Su digna humildad es lo primero. Qatar 2022 es la quinta Copa del Mundo para el futbolista de Chelsea inglés, ya que ha podido estar presente en Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018. 

Los sueños se cumplen
Silva carga consigo el brazalete de capitán. Es titular indiscutible para el técnico Adenor Leonardo Bacchi, ‘Tite’, el mismo que ratificó a su defensa ante las críticas por ser elegido como capitán, pese a su gran edad, y no a la estrella del equipo, Neymar.

Todos saben que Thiago Silva es un defensor completo. El defensor nació el 22 de septiembre de 1984 en Río de Janeiro. Nació de su madre, Angela Maria da Silva, y de su padre, Geraldo Emiliano da Silva. Era el tercer hijo de una humilde familia y experimentó la pobreza durante sus años de formación.  Creció junto a sus hermanos, Erivelton Emiliano da Silva y Danila Emiliano da Silva en una peligrosa favela dentro de la ciudad de Río de Janeiro.

“Cuando era niño extrañaba terriblemente a mi padre. Mis padres se separaron cuando yo era muy joven y eso me afectó psicológicamente; sin embargo, más tarde tuve una figura paterna en forma de padrastro que era temeroso de dios”, declaró Silva tras una pregunta sobre sus inicios previo a la Copa del Mundo en Rusia 2018.

Thiago no logró entrar en los equipos locales brasileños y terminó jugando de mediocampo defensivo en un equipo local de segunda de una zona pobre de Río de Janeiro. Finalmente tuvo la oportunidad de ser visto en Europa, donde fichó por el Porto B por 2.5 millones de euros en 2004. Después de un año en Portugal, fichó por el Dynamo de Moscú en Rusia. Allí se sintió inestable con el frío del invierno ruso, que lo vio contraer una enfermedad bacteriana. Desafortunadamente, le diagnosticaron tuberculosis y estuvo hospitalizada durante seis meses.

Durante su recuperación, Silva decidió retirarse del fútbol y viajar de regreso a Brasil. En lugar de viajar de regreso a Rusia, Silva optó por jugar en su club brasileño natal, el Fluminense. Allí brilló. Lo fichó AC Milan y el resto es historia contada. Hoy tiene a mando a la Selección Brasileña y sueña con la sexta Copa del Mundo para su país.