InicioFruta frescaTerrorismo urbano: ¿qué dicen la historia y los expertos?

Terrorismo urbano: ¿qué dicen la historia y los expertos?

En las próximas horas, el Congreso debatirá el dictamen que reúne varios proyectos de ley y que propone la ley que modifica el Código Penal, Decreto Legislativo 635, para incorporar el delito de terrorismo urbano para frenar la violencia delictiva en el país.

El tema es controversial desde las ciencias políticas, la realidad marcada por la violencia delictiva y los antecedentes legislativos para combatir el terror como medio para un fin. Sin embargo, para las víctimas de la violencia delictiva no hay otro camino.

“¡Deben matarlos, la cárcel no sirve!”, dice con la voz agitada un taxista longevo en alusión a los sicarios y extorsionadores. Paga cupos todos los días, desde hace seis años. “A mi amigo le fue peor: por negarse a pagar el “chalequeo”, le robaron su auto y le mandaron un video en donde lo quemaban. Da impotencia”, confiesa, mientras frena en seco en la esquina entre las avenidas El Ejército y América, frente al cuartel.

En tiempos en que se cuestiona la decisión del Congreso de tipificar la extorsión como un delito común, vía Ley N° 32108, que ha gatillado el anuncio de un paro nacional de transportistas y el rechazo del Ministerio Público y el Poder Judicial, asoma un mecanismo impulsado por el clamor popular: la figura del terrorismo urbano.

Terrorismo urbano es un término que cobró relevancia en los 90´s, en Colombia, debido a la crisis de seguridad pública desatada por la guerra entre los cárteles de la droga. En la misma época, el Perú sufría por el terrorismo subversivo (desatado por sendero luminoso) y el terrorismo de Estado (ejecutado por el grupo Colina).

El intelectual, historiador y experto en política internacional, Walter Laqueur, judío alemán que huyó del terror de Hitler, explica que el terrorismo urbano lo comenten “grupúsculos que, con fines políticos, practican o amenazan con practicar el secuestro, el asesinato, el atentado contra personas o propiedades”.

Antecedente gris: “terrorismo especial”

En 1998, cuando muchos de los extorsionadores de hoy eran niños o no nacían, mediante el Decreto Legislativo 895 se tipificó el delito de terrorismo agravado, nombre que luego fue cambiado por el de terrorismo especial a través de la Ley 27235.

Se catalogaba como terrorista especial a quien integraba o es cómplice de una banda, asociación o agrupación criminal que portaba o utilizaba armas de guerra, granadas y/o explosivos para perpetrar un robo, secuestro, extorsión u otro delito contra la vida, el cuerpo, la salud, el patrimonio, la libertad individual o la seguridad pública.

Dicha figura surgió como una forma de reprimir – no a la delincuencia organizada – a quienes provocaran caos y muerte al calor de protestas sociales.

“El presente proyecto de Ley pretende cubrir un vacío en la Legislación Penal al tipificar como delito de terrorismo especial, acciones delictivas cometidas por participantes en marchas y manifestaciones públicas, como delitos contra la vida, el cuerpo y la salud, contra la libertad individual o la seguridad pública o contra el patrimonio”, explicaba la autógrafa.

Además, en cuanto a las penas, se aplicaban las establecidas en el artículo 2 del Decreto Legislativo 895, que iban desde los 25 años de privativa de libertad hasta la de cadena perpetua (para el caso de los autores intelectuales)». Planteaba, además, que la pena de cárcel era «no menor de 30 años si el agente emplea armamentos, materias o artefactos explosivos»; asimismo, si es que usaba «armas, municiones o explosivos que pertenezcan a las Fuerzas Armadas o a la Policía Nacional del Perú”.

En 2001, el presidente interino, Valentín Paniagua, derogó la ley, que el Tribunal Constitucional había señalado como disonantes la Constitución.

26 años después, la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso aprobó la incorporación del delito de terrorismo urbano al Código Penal, que plantea entre 23 y 30 años de cárcel para los autores.

Voces encontradas

“Se trata de una iniciativa fundamental para combatir con todas las herramientas que tiene el Estado a su alcance, al flagelo del crimen organizado que golpea a diario a todos los peruanos”, señaló La Sociedad de Comercio Exterior (ComexPerú), a través de un comunicado.

 “Hago un llamado a los congresistas de la República para que atiendan, de forma inmediata, la discusión del proyecto de ley que tipifica el delito de terrorismo urbano para el sicariato, secuestro, extorsión y posesión de armas de fuego de procedencia ilegal”, manifestó desde Piura, otra región golpeada por el hampa, la mandataria Dina Boluarte.

Sin embargo, entrevista con Canal N, la parlamentaria Ruth Luque aseguró que el proyecto de terrorismo urbano «es una excusa para no afrontar el grave problema de la organización criminal».

Francis Allison, alcalde del distrito limeño de Magdalena del mar, asegura que “beneficia a los delincuentes más violentos, ya que elimina la cadena perpetua”. En el siguiente video su explicación.

Voces desde Trujillo

Hasta junio del presente año, las víctimas de extorsiones y secuestros aumentaron en 50% a nivel nacional; es decir, más de 26 mil nuevas, según el INEI, entre 2022 y 2024.

Para el coronel PNP (r) y ex jefe de la III Macro Región Policial Norte, Roger Torres Mendoza, dicha ley es positiva en la lucha contra el crimen organizado ya que “permitiría acumular varios delitos”; aunque, lo negativo, asegura “es que el uso de armas de fuego y explosivos también ocurre en zonas rurales”. En el siguiente podcast, su explicación.

A la sombra de esta polémica propuesta está pendiente la derogatoria de la ley 32108. Según ComexPerú, “favorece al crimen organizado en contra del clamor de los ciudadanos del país”, además, “evitar la derogación de dicha ley es estar a favor de las mafias que operan en el Perú y que vienen desangrando el país”.

Jorge Clavijo Correa
Jorge Clavijo Correa
Nació en el ardiente puerto de Paita y tiene gustos afinados por la música electrónica, el post-punk y el blues. Nunca será un 'mangazo', como se les dice a las varones agraciados; pero tiene un entusiasmo especial por este fruto que descubrió de niño gracias a la complicidad de sus abuelos. De origen indio, el mango metaforiza el proceso de maduración en la vida profesional de Jorge. En el periodismo empezó verde cubriendo y escribiendo historias policiales en horas de la madrugada para un canal de televisión. Creció con su destacada participación en cuatro concursos nacionales de periodismo y está tomando buen aroma como docente universitario. Algún día madurará.