Sobre la Superintendencia Nacional Educación Superior Universitaria (Sunedu) pende una espada. Un arma que está enfilada sobre las acciones que esta institución ha ejercido en los últimos años en beneficio de la educación del Perú. El acero lo empuña el Congreso de la República que, en una primera votación, aprobó una ley que afecta de manera significativa la autonomía de este organismo.
Aún no hay fecha para un segundo debate, el cual desencadenaría en una aprobación nefasta para la reforma universitaria iniciada hace ocho años en el Perú. buenapepa conversó con el representante de la Sunedu, Daniel Navarro Reto, quien ofreció detalles del enemigo más letal que enfrenta este organismo en su corta vida.
La historia de nuestra república da cuenta de instituciones que nacen con enemigos; pero, después, estos adversarios desaparecen o mitigan sus arrebatos. Con la Sunedu ocurre lo contrario, sus enemigos se han vuelto más poderosos y numerosos a lo largo del tiempo.
Es una apreciación muy interesante la que usted realiza, pero como representante de la institución no me corresponde calificar como enemigos a las personas que se oponen o que han presentado iniciativas que buscan cambiar algunas exigencias que establece la ley universitaria. Lo que sí es verdadero, es que desde el año 2014, en que se publicó la ley universitaria, ha habido muchas iniciativas desde el Congreso de la República que han buscado el retroceso en lo avanzado o cambiar temas que ya estaban superados.
La reforma universitaria siempre ha incomodado a muchos poderosos.
Efectivamente, siempre ha habido personas que se han opuesto a la reforma universitaria. Se han opuesto a una entidad, como la Sunedu, que evalúe, exija y verifique el cumplimiento de condiciones básicas de calidad educativa, porque esa evaluación nunca se había dado de manera general para todas las universidades y, cuando se dio, muchas no pasaron la evaluación y algunas que sí la pasaron les fue muy costoso.
¿Qué está en juego en esa oposición férrea?
Las personas que se oponen a la Sunedu no tienen como objetivo la calidad universitaria, sino que se basan en la libertad de empresa.
En la línea de tiempo de los embates que ha sufrido la Sunedu, algunos han sido arrebatos, otras escaramuzas y algunos más significativos; pero este que está soportando ahora, con una primera votación del pleno del Congreso, ¿es la amenaza más seria?
Es la que más lejos ha llegado. Con votación en el Congreso, que ciertamente no logró la cantidad de votos para exonerarla de una segunda elección, pero sí nos hace ver el enorme peligro que se cierne sobre la reforma universitaria. Es preocupante.
La Sunedu presentó ante el Poder Judicial una acción de amparo para frenar la acción del Congreso, ¿qué otras estrategias de defensa están aplicando?
La Sunedu presentó esta demanda con la finalidad de que se pueda suspender o analizar la actividad parlamentaria por la vulneración a los derechos constitucionales de educación —sobre todo, de los de los estudiantes— y el derecho a la cosa juzgada porque hay una sentencia del Tribunal Constitucional que señala que la conformación del consejo directivo de la Sunedu no vulnera la autonomía universitaria.
Además del frente judicial, es necesario que otro frente como el Ejecutivo acuda a la defensa de la ley universitaria.
El superintendente de la Sunedu ha solicitado al presidente de la República que tenga en cuenta esta información que Sunedu viene difundiendo en los medios de comunicación y también lo expresado por personas e instituciones que forman la opinión pública para que el Consejo de Ministros observe la ley. Hemos tenido reuniones con el ministro de Educación, a quien le hemos explicado la situación; pero es necesario que tengan una posición firme, como la anterior presidenta del Consejo de Ministros, Mirtha Vázquez, quien respaldó expresamente la reforma universitaria. Sería conveniente y deseable que el Ejecutivo tenga un mensaje así de claro. Esperamos que respalde a la Sunedu.
En comparación a otros consejos de ministros, el de ahora no ha sido claro en su defensa de la reforma universitaria.
No se percibe una defensa clara, contundente y necesaria. Antes del Poder Ejecutivo se notaba un respaldo más directo.
¿Qué pasaría, señor Navarro, si Ejecutivo no observa la ley del Congreso y la acción de amparo no es atendida en el Poder Judicial. ¿Correspondería a la sociedad civil asumir un protagonismo en la defensa de la Sunedu?
Somos respetuosos del marco legal. En ese contexto hemos presentado la demanda de amparo. De igual manera, si se presentara el escenario que usted señala existen otras vías como acciones de inconstitucionalidad que la Sunedu impulsaría. La defensa de la sociedad civil sería muy complicada. Por eso, ahora es el momento de saber las implicaciones de la ley que el Congreso busca aprobar.
Esas implicancias se vinculan con que las universidades podrán formar parte del consejo directivo de la Sunedu. ¿Por qué esto no debería formalizarse?
No es una cuestión menor. No son solamente tres integrantes de las universidades, porque podríamos decir tres de siete no son mayoría; pero, también, se está proponiendo a un representante de los colegios profesionales y creemos que este tipo de representaciones en un órgano tan delicado como es el consejo directivo nos recuerda al Consejo Nacional de la Magistratura. Lamentablemente, no hay garantía de que estos representantes tengan las calificaciones y la experiencia para tomar decisiones relacionadas a los centros de educación superior.
¿Qué otras modificaciones propone el proyecto de ley del Congreso?
La Sunedu tiene la competencia para el licenciamiento institucional, es decir, de toda la universidad; pero, también, tiene competencia para evaluar licenciamiento de carreras, como por ejemplo Medicina. Si se aprueba el proyecto de ley en el Congreso, la Sunedu carecería de esta facultad. En la actualidad hay siete universidades licenciadas en Medicina, pero hay otras tantas que están en evaluación, incluso con planes de adecuación para mejorar su servicio. Si llega esa ley, ya no se les podría exigir. Los más perjudicados son, en primer lugar, los estudiantes y los padres de familia. Quienes quieran estudiar Medicina, ¿tendrán garantía de que el programa o la universidad que eligieron será de calidad? En segundo lugar, la sociedad es la que pierde porque perjudica la solvencia profesional de los médicos que se van a incorporar al servicio de salud en los próximos años.
Usted comentó sobre los resultados del Examen Nacional de Medicina…
Los egresados que han tomado el Examen Nacional de Medicina han obtenido unos resultados muy paupérrimos. La lógica indica que con las evaluaciones que hace la Sunedu propiciará que, en el futuro inmediato, se puede reforzar las competencias de las universidades para formar profesionales de salud. Si se aprueba el proyecto de ley, pues, esto se cae.
¿Que otros cambios propone el Congreso?
Hay otros dos cambios muy preocupantes. El primero de ellos es eliminar el rol rector del Ministerio de Educación de la educación superior. Esto es importante porque el Estado, a través del Ministerio de Educación, es el responsable de garantizar la aprobación y ejecución de las políticas públicas en el sector educación superior y, particularmente, también es el responsable de poder impulsar esta acciones. Lamentablemente, no ha habido una consolidación de la gobernanza en las universidades pública y privadas. Producto de esa dejadez, el propio Tribunal Constitucional señaló que el sistema universitario adolecía de un estado de cosas inconstitucionales por el abandono del estado de su rol rector. En la actual, este rol recae en el Ministerio de Educación. Si se elimina esto el Estado renuncia otra vez a su rol.
La lógica indica que con las evaluaciones que hace la Sunedu propiciará que, en el futuro inmediato, se puede reforzar las competencias de las universidades para formar profesionales de salud.
¿Cuál es el otro cambio?
Otro tema importante es que se cambia la naturaleza de la Sunedu. Actualmente la Sunedu es un ente técnico especializado que goza de autonomía técnica, funcional, presupuestaria etc., adscrita al Ministerio de Educación con el fin de que rinda cuentas a los ciudadanos. Ejemplo de ello, tenemos a Indecopi, que está adscrito al Consejo de Ministros. Este proyecto ley del Congreso pretende convertir a la Sunedu en un ente autónomo. Esto es gravísimo porque los organismos autónomos solo son organismos constitucionales. Si el legislativo quiere convertir a la Sunedu en un organismo constitucional debe ir por el camino de cambiar la Constitución. El proyecto de ley del Congreso es una expresión de cuánta experiencia tienen redactando leyes quienes lo han hecho.
Se ha informado que la comisión encargada ha contado con la asesoría de ‘reconocidos especialistas’.
Insisto no quisiera yo calificar; pero, en realidad, el cambio que pretende del Congreso se encuentra —’entre comillas’— justificado porque, se dice, que se necesita una institución autónoma, ya que actualmente el Ministerio de Educación y el poder político de turno tienen injerencia en la Sunedu; pero eso es falso porque los integrantes del consejo directivo son elegidos por concurso meritocrático, al que se presentan personas que cumplen los requisitos que dice la ley universitaria. El superintendente, si bien es cierto, es designado por el presidente de la república a propuesta del Ministro de Educación, lo que vemos en la realidad es que el actual superintendente ha sobrevivido a dos ministros de la actual administración y a dos ministros anteriores. Entonces, ¿de qué injerencia política estamos hablando?
El Congreso de la República inició el martes 8 de marzo una nueva legislatura. Aún no se ha anunció fecha para la sesión en la cual se discutirá y votará, en segunda instancia, el proyecto de ley que modifica la reforma universitaria.