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Día Internacional de la Mujer: ¿ser madre? Hoy no, joven

En el Perú, cada vez es más frecuentes que mujeres se sometan a procedimientos para conservas sus óvulos, a fin de usarlos cuando deciden ser madres.

La evolución ha sido cruel, en especial, con las mujeres. Dejar de andar en cuatro patas para transitar recto fue una ardua empresa que desarrollaron durante millones de años los primates.Y las madres lo pagaron caro.  

En Sapiens, de animales a dioses, Yuval Noah Harari, escribe que caminar erguido demandaba caderas más estrechas, lo que redujo el canal del parto, en los tiempos cuando la cabeza de los bebés crecía cada vez más.  

“La muerte en el parto se convirtió en un riesgo importante para las hembras humanas. A las mujeres que parían antes, cuando el cerebro y la cabeza del niño eran todavía relativamente pequeños y flexibles, les fue mejor y vivieron para tener más hijos. Por consiguiente, la selección natural favoreció los nacimientos más tempranos. Y, en efecto, en comparación con otros animales, los humanos nacen prematuramente”, sostiene.

“Los bebés humanos” —continúa— “son desvalidos, y dependientes durante muchos años para su sustento, protección y educación”.  

La selección natural favoreció los nacimientos más tempranos. Y, en efecto, en comparación con otros animales, los humanos nacen prematuramente.

Duele ser madre, pero más duele criar al hijo hasta que sea independiente. “El padre y el hijo son dos. La madre y el hijo son uno”, apuntó Lao-Tsé. Asistir al vástago demanda esfuerzo, dedicación, compromiso, y hay mujeres que ya no están dispuesta a esos sacrificios, al menos, no cuando jóvenes. Tal vez, por ello, en nuestros tiempos, cada vez más mujeres peruanas prorrogan su maternidad para crecer en el ámbito laboral y académico.

Camino se hace al andar

No es una negación a la concepción, sino un intervalo. Y la ciencia abre caminos para estas mujeres, quienes planifican concebir a una edad más tardía, en un país, donde, entre 2020 y 2021, el número de partos en niñas menores de 15 años creció de 1158 a 1438. 

Las mujeres que postergan traer hijos, en su mayoría, son menores de 30 años. “Muchas mujeres profesionales prefieren estudiar una maestría o doctorado, conseguir un trabajo estable o tener una buena condición económica antes de ser madres. Todo eso hace que ya no piensen en tener hijos a una temprana edad, sino después de los 35 o 40 años”, dijo a la agencia Andina, Elder Benites, ginecólogo infertólogo de la Clínica NiuVida, centro especializado de reproducción asistida en el Perú.

Ser madre significa una gran responsabilidad y esfuerzo, por eso muchas mujeres prefieren aplazar esa condición.
Ser madre significa una gran responsabilidad y esfuerzo, por eso muchas mujeres prefieren aplazar esa condición. (Imagen: Pixabay).

La American Society for Reproductive Medicine, sostiene que, en general, la fertilidad empieza a mermar entre los 26 a 34 años y se acelera después de los 35 años. “Las mujeres que deciden postergar el embarazo hasta después de los 35 años de edad deben obtener información sobre las pruebas y los tratamientos adecuados, y deben ser realistas en cuanto a las posibilidades de éxito con la terapia de la infertilidad”, sostiene la organización. 

Por ello es pertinente que las mujeres que han decidido planificar su reproducción conozcan las opciones que los avances tecnológicos ofrecen. 

Ser madre: la era de hielo

Uno de los métodos predilectos para aplazar el inicio de la maternidad es la criopreservación de ovocitos, un plan que permite congelar uno o más óvulos no fecundados a fin de guardarlos para su uso en el futuro.

El procedimiento es ambulatorio y no tarda más de diez minutos, además de no presentar efectos secundarios, porque solo existe un riesgo de 0.1 % de que la paciente pueda sufrir de un sangrado tras la incisión o punción. 

De acuerdo al doctor Elder Benites, antes de empezar la criopreservación, la interesada debe someterse a una evaluación de su nivel de fertilidad, así como la cantidad y la calidad de sus ovocitos. En esta instancia, se le informa sobre los momentos adecuados para empezar el proceso de embarazo.

Muchas mujeres profesionales prefieren estudiar una maestría o doctorado, conseguir un trabajo estable o tener una buena condición económica antes de ser madres.

“Luego se procede a realizar la estimulación hormonal, la cual hará que los folículos —pequeños espacios de líquido que contienen al óvulo— crezcan y comiencen a madurar. Esta técnica dura aproximadamente entre 10 o 12 días”, explica. 

Entonces, en una sala de operaciones, se anestesia a la paciente y, por vía vaginal, se interna una aguja delgada en el ovario para sustraer cada uno de los óvulos que serán guardados a muy bajas temperaturas (- 196 °C) y por tiempo indefinido.

El tiempo como juez

Benites sugiere someterse a este procedimiento antes de los treinta años, ya que después de esa edad los óvulos envejecen y disminuyen, en especial, cuando se acercan a los cuarenta años, cuando la salud reproductiva no es tan óptima como lo era en la primera juventud.

“La calidad de los ovocitos es ideal entre los 20 y 30 años de edad; después de eso hay un declive, por lo que los ovarios ya no generan buenos óvulos tan fácilmente, es decir, empiezan a producir ovocitos con alguna alteración que imposibilita formar un buen embrión y, por consecuencia, tener un embarazo saludable”, recomienda.

Las jóvenes peruanas tienen opciones para decidir aplazar su maternidad.
Las jóvenes peruanas tienen opciones para decidir aplazar su maternidad. (Imagen: Pixabay)

Es relevante que las mujeres se sometan a un examen para valorar su reserva ovárica por medio de una ecografía transvaginal y un análisis de sangre que anticipe su capacidad reproductiva futura.

Otros caminos

La ciencia recomienda que las mujeres deben empezar la maternidad antes de los 40 años, con el objetivo de evitar complicaciones médicas durante la gestación. Sin embargo, la ciencia ha avanzado a tal punto que ofrece un abanico de posibilidades para embarazos exitosos. 

Como es el caso de la congelación de la corteza del ovario, a través de la cual se aspira con microagujas los ovocitos sin necesidad de estimular. Estos se guardan a bajas temperaturas a fin de que, cuando se requiera, se realice la maduración in vitro.

“Este método es para mujeres jóvenes o adolescentes que no menstrúan o padecen de cáncer y deben llevar quimioterapia, y no saben si ese tratamiento causará un daño reversible en sus ovarios en el futuro”, explica Benites. 

Mandato social 

La socióloga Omaira Bencomo López señala que la maternidad es la gran meta que se le atribuye a la mujer como experiencia vital por el simple hecho de estar capacitada para la reproducción. 

Silvia Tubert complementa, que las mujeres desaparecen tras la función materna, y el indio Rajneesh que cuando nace un niño, es el momento en que nace una madre. “La mujer existió, pero la madre nunca”, apuntala. 

La ciencia recomienda que las mujeres deben empezar la maternidad antes de los 40 años, con el objetivo de evitar complicaciones médicas durante la gestación.

Yuval Noah Harari explica que cuando el hombre empezaba a ser hombre, criar a los niños requería la ayuda constante de otros miembros de la familia y de los vecinos. “Para criar a un humano hace falta una tribu”, resalta. De esta forma, la evolución benefició a quienes eran aptos para crear lazos sociales vigorosos. “Además, y puesto que los humanos nacen subdesarrollados, pueden ser educados y socializados en una medida mucho mayor que cualquier otro animal”, concluye.

Educación y maternidad. Dos conceptos que coinciden en la intención de las mujeres de aplazar las posibilidades de fecundar. ¡Viva su libertad! ¡Viva su decisión!

César Clavijo Arraiza
César Clavijo Arraiza
Nació en un desierto frente al mar, donde solo crecen árboles de algarrobos. Dice que le gustan todas las frutas, pero en los últimos meses se ha decantado por el pepino, de origen andino; pero con una mala fama: se cree que si se consume después de beber licor puede causar la muerte. Periodista, escritor, docente, padre y esposo. Es torpe con la pelota, pero ama jugar fútbol. En el 2018 publicó "Tercera persona" y ahora está a punto de terminar un doctorado en comunicaciones.