Tuna
Si comparamos el debut de Juan Reynoso con una fruta sería con la tuna. Este fruto, 100% peruano, tiene el placer de contar con varias presentaciones: verde, rojo y anaranjado. Así de colorido fue el equipo de Juan Máximo cuando Cueva jugó como Christian. Si el trujillano anda bien, el equipo es de primera, con abundante pulpa dulce y un arsenal de semillas para sembrar el gol; pero si el ‘Aladino’ no reparte magia, como gran parte del duelo de anoche ante México, la selección resulta ser un elenco espinoso, como lo es la cascara de la tuna, una fruta de la familia del cactus.
Volvieron Santamaría, Ruidíaz y Reyna, quienes desaparecieron del radar de Gareca, pero que para Reynoso —como buen agricultor que es— son productos que conoce bien y que, de seguro, los sacará todo el jugo. Aún es temprano para brindar conclusiones de la ‘era Reynoso’. La Blanquirroja es un equipo herido por su ausencia en Qatar 2022. La herida está fresca, pero como la tuna, el nuevo estratega goza de antioxidantes como para olvidar el pasado e ilusionarnos con este nuevo proceso. (Henry Chávez Morales).
¡Qué piña!
Ser piña en el Perú es ser una persona con mala suerte. Y ayer el equipo de todos tuvo mala suerte. Una desatención en el minuto 85 nos costó la derrota, así Juan Reynoso abandonó el estadio Rose Bowl sin disfrutar el estreno soñado.
¿Cómo esta fruta dulce puede asociarse con la poca fortuna? Martha Hildebrandt explica que su significado deriva de la época en que se comparó la piña de sal con el ‘trozo de sal gema’. Luego a las comidas muy saladas se les llamó ‘piña de sal’, hasta asociarse salado con lo desafortunado, por lo que la palabra piña terminó con este significado.
Anoche Perú no tuvo ese chocolate que le devolvió Gareca imponiendo el toque a ras del piso. Un cabezazo de Carrillo al minuto 29 pasó cerca del vertical derecho del Memo Ochoa. Pudo ser el primero, pero la fortuna no lo quiso así. ¡Qué piña!
“Merecimos más, pero esto es fútbol. En una pelota parada ellos aprovecharon. Nos vamos con sensaciones positivas”, dijo el ‘Cabezón’ en rueda de prensa. Así es, Reynoso. Ya habrá tiempo para que demuestres tu mano en el terreno de juego. (Ricardo Urquiaga Yturrizaga)
Naranja Huando
La naranja Huando era la única que no tenía pepa, pero sí apellido. Es una fruta exquisita y fue un orgullo nacional; pero ahora está en vías de extinción porque los árboles fueron atacados por una plaga conocida como el virus de la tristeza. Esa misma nostalgia es la impresión que dejaron los futbolistas que ayer regresaron a vestir la Bicolor: Anderson Santa María, Raúl Ruidíaz y Jordy Reyna.
El primero solo jugó 45 minutos y cada vez que tocó el balón siempre brotó el recuerdo de que juega un deporte de aventura: siempre al límite, siempre arriesgando. Ruidíaz confirmó que es héroe fuera de las fronteras y un soldado raso con la blanquirroja. Gracias a Dios, Reyna luce una melena dadivosa, solo por eso se le notó en el campo.
Los dos últimos ingresaron el segundo tiempo, pero nunca se evidenció que mejoraron el equipo, por el contrario.
Solo es un partido. Solo fueron unos minutos. Solo es el estreno de un nuevo proceso. Como tantas cosas en la vida, a ellos tres —y a los tantos que volverán— debemos tenerles paciencia, que es amarga, pero su fruto es dulce. (César Clavijo Arraiza).