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Secuelas de la guerra: alza de precios, negocios al borde de la quiebra y se agudiza la pobreza

El conflicto desatado, a más de 14 mil kilómetros del Perú, entre Rusia y Ucrania, y la persistente inestabilidad política interna han puesto en jaque a nuestra economía, esa que hasta hace poco —presumíamos— era la de mayor crecimiento en Latinoamérica.

Muchas cosas pueden generar descontento social, pero pocas son tan preocupantes como la inflación. En una economía de libre mercado como la peruana, los costos de los productos y servicios siempre quedan sujetos a variaciones. La inflación es esa elevación generalizada de los costos que la mayoría de familias temen, y que a la mala entienden.  

En las últimas semanas, los precios de los productos de primera necesidad se han incrementado sostenidamente afectando el bolsillo de todos. La leche, el pollo, los huevos y, recientemente, el pan y el azúcar han puesto en jaque la economía familiar de los más pobres, que según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), representa al 30.1 % de la población del país, es decir, cerca de 10 millones de personas.

El precio del pan, ese alimento infaltable en los desayunos y lonches, ya se ha estandarizado en la mayoría de panaderías de Trujillo. En estas se ofrecen entre cuatro y cinco panes por un sol.

El panorama inmediato es desalentador. Diana Flores Torres, integrante de la junta directiva y expresidenta de la Asociación de Empresarios de Panaderías y Pastelerías de Trujillo ­ —que agrupa a unas ochenta panificadoras—, sostuvo que en abril habrá escasez de insumos con los que se preparan los panes, lo que podría generar un nuevo incremento en el precio de este producto.

“Nuestros proveedores nos han comunicado que en abril habrá escasez de insumos. En cuestión de costos esta crisis nos ha afectado mucho, la problemática no es tanto ahora, sino en lo que pasará en unos meses. Estamos vendiendo cuatro panes por un sol. Si sigue subiendo los precios es probable que el pan cueste tres por un sol, dos por un sol o hasta un solo pan a un sol”, estima preocupada.

Agrega que la guerra iniciada por Rusia, en febrero, ha desatado otra guerra: la del desabastecimiento de insumos. “Las grandes empresas compiten por comprar trigo. Hay muchas empresas grandes como Alicorp, que no tienen inconvenientes; pero hay otras empresas medianas como Cogorno y Grano de Oro que también proveen de harinas, aunque el mayor negociador es Alicorp. Ellos suben los precios”, sostiene.

Desde hace un tiempo, las panificadoras han reducido el peso del pan para mitigar el impacto del encarecimiento de insumos. Cada unidad antes pesaba 30 gramos, pero desde el año pasado, durante la segunda ola de la pandemia, se redujo a 25 gramos. Pese a ello, las ventas se mantienen.

El precio del pan se ha estandarizado. Ahora cuesta cuatro por un sol.

Impacto nos tambalea
Esta vez la situación es más difícil por el conflicto en Europa. Los conglomerados que comercializan harina en el país importan el trigo de Canadá, Ucrania y Rusia. Ambos naciones europeas representan alrededor del 30 % de las exportaciones mundiales de trigo, y la invasión ordenada por Vladimir Putin ha provocado el cierre de los puertos de Ucrania y sanciones financieras occidentales sin precedentes contra el régimen ruso, lo cual desencadenó en el aumento del precio del trigo a escala mundial.

Para preparar pan se necesitan harina, manteca, azúcar, agua y sal. De estos insumos indispensables, los tres primeros subieron de forma excesiva sus precios. “Nosotros como productores tenemos que subir los precios. La harina sirve no solo para el pan sino para muchas otras cosas. Si siguen subiendo los costos la situación va a ser insostenible. ¿Pagarías un sol por un pan? Sería como comer un pastel. El consumidor no se va acostumbrar a pagar eso”, continúa Diana Flores.

Aunque la Asociación de Empresarios de Panaderías y Pastelerías de Trujillo agrupa a unos ochenta negocios locales, se estima que en la provincia hay unos dos mil. Durante el primer año de la pandemia aparecieron muchos emprendimientos familiares, panaderos artesanales que se ganaban la vida de esta manera. A decir de la expresidenta de este gremio de panaderos, son ellos los más afectados con esta crisis, y unos 600 negocios podrían quebrar.

“Las panaderías pequeñas son informales. Las pequeñas panaderías van a cerrar. Los panaderos que compran insumos del día a día son los que se ven más afectados. Esta crisis los obligará a cerrar. Mínimo el 30 % de panaderías pequeñas van a quebrar. Estas surgieron con la pandemia y con esta crisis van a quebrar”, comenta Diana Flores.

Rusia y Ucrania son exportadores de trigo. La guerra y las sanciones que la comunidad internacional le ha impuesto a Rusia ha impactado en las cadenas de suministros, los precios de muchos productos se han disparado.

Lo que viene para La Libertad
Dependiendo del curso de la guerra, los precios de varios productos de primera necesidad van a seguir elevados. Ángel Polo Campos, gerente del Centro Regional de Planeamiento Estratégico (Cerplan) del Gobierno Regional La Libertad, explica que la inflación registrada en el Perú ha sido de más del seis por ciento en el 2021, la mayor de los últimos trece años.

“Hemos estado acostumbrados a tener una inflación del dos por ciento y ahora superamos el seis por ciento, eso es bastante. A eso se suma la especulación. El impacto ha sido muy fuerte en fertilizantes, el trigo y la energía. Si la energía sube, los combustibles suben y, también, el transporte”, indica.

Y si los salarios no suben al mismo ritmo, la capacidad de compra de la población se estanca. “Con el salario que se mantiene rígido cada vez estás comprando menos cosas. La gente está muy preocupada. Ya muchos gobiernos están pensando cómo compensar este impacto. Seguro se vienen más subsidios temporales o programas sociales para ayudar a los más vulnerables. No pueden comprar lo mismo que compraban antes. No alcanza ni para los alimentos”, prosigue Polo Campos.

Los más pobres son los más golpeados con la inflación. Para determinar si una persona es pobre se considera el costo promedio mensual de una canasta de bienes y servicios básicos. En La Libertad, esta canasta alcanza los S/ 340, si una persona no puede cubrir los costos de una canasta familiar se considera pobre.

Según el Cerplan, en La Libertad, la población pobre antes de la pandemia bordeaba el 25 %, actualmente llega al 31 %, lo que equivale a más de 589 000 liberteños en condición de pobreza. Ellos viven con menos de S/ 340 al mes y no pueden cubrir sus necesidades básicas. Para ellos, comprar un sol de pan se ha vuelto un lujo.

En La Libertad, cerca de 600 mil liberteños sobreviven cada mes con menos de 340 soles.

Con las familias que viven en extrema pobreza, el panorama es peor. El INEI informó que el 64,5 % de los hogares en extrema pobreza del país accedieron a un programa alimentario, seguido del 52,5 % de los hogares pobres. Además, el 41,6 % de los hogares en extrema pobreza accedió al Programa Qali Warma, seguido del 34,8 % de los hogares pobres.

En La Libertad, la población pobre antes de la pandemia bordeaba el 25 %, actualmente llega al 31 %, lo que equivale a más de 589 000 liberteños en condición de pobreza. Ellos viven con menos de S/ 340 al mes.

Estos son los artículos de la canasta familiar que más subieron en febrero
Entre los víveres de primera necesidad, que conforman la llamada canasta familiar, subieron los precios de leche, quesos y huevos (4,4 %), por el alza en huevos de gallina (12,8 %), leche evaporada (3,2 %), yogurt de leche entera (2,4 %), leche descremada (2,2 %), y mezcla láctea evaporada (1,4 %), reportó el INEI.

Asimismo, las hortalizas y legumbres que incluye papas y otros tubérculos (2,8 %) debido al aumento en el precio de papa color (17,3 %), blanca (17,2 %), huayro (4,5 %), amarilla (3,9 %), poro (11,3 %), zanahoria (6,2 %), tomate italiano (4,3 %) y lenteja (2,6 %).

Igualmente, aumentaron los precios de azúcar, mermelada, miel, chocolate y dulces de azúcar (2,6 %) debido al incremento en helado de crema personal (4,2 %), hielo personal (4,1 %), azúcar rubia (3,4 %), mermelada (1,4 %), y azúcar blanca (1,2 %); aceites y grasas (0,8 %) como aceite de oliva (2,5 %) y mantequilla envasada (1,1 %); panes y cereales (0,6 %) tales como, fideos pasta larga (3,0 %), pasta corta (1,8 %), avena envasada (2,9 %), tostadas (2,6 %), harina de trigo sin preparar (2,6 %), pasteles dulces (1,8 %) y salados (1,0 %) y harina de maíz blanco (1,0 %).

Del mismo modo, aumentaron los precios de aguas minerales, refrescos, jugos de frutas y de legumbres (0,4 %) como refresco envasado (0,6 %), agua mineral sin gas (0,5 %), bebidas gaseosas (0,4 %) y bebida hidratante (0,4 %); y el café, té y cacao (0,4 %) por el alza de productos achocolatados (1,9 %).   

La inflación afecta los bolsillos de todas las familias.

Reacción política
El presidente de la Cámara de Comercio Producción de La Libertad, Guillermo Benavides Zavaleta, pidió al gobierno de Pedro Castillo ejecutar medidas para frenar la inflación. Sugiere que el Banco Central de Reserva (BCR) tenga la autonomía técnica y la política fiscal neutral para tomar acciones que mitiguen el impacto en la economía familiar.

“Se tiene que frenar la inflación. La política fiscal debe ser neutral, las familias deben ser más racionales en sus gastos, no se debe recurrir en el endeudamiento fácil, la utilización de los recursos en las familias debe prever situaciones más adversas. Las empresas deben tener una política mucho más austera con la finalidad de tener una sostenibilidad en tanto el escenario interno se estabilice”, declara.

En tanto, el Congreso de la República aprobó el proyecto de ley que tiene la finalidad de exonerar del Impuesto General a las Ventas (IGV) a los alimentos de primera necesidad, como el pollo, huevos, leche, harina de trigo, fideos, azúcar y productos cárnicos. La norma estará vigente hasta el 31 de diciembre del 2022.

De acuerdo con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), esta es una medida con efecto temporal para mitigar el alza de los precios de los alimentos y que debe tener un impacto inmediato en beneficio de los peruanos.