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Diversidad e inclusión como claves para una cultura organizacional productiva

Según un estudio de la consultora Mercer, solo el 38 % de las empresas peruanas cuenta con una estrategia formal de diversidad e inclusión.

En el dinámico mundo empresarial de hoy, la diversidad y la inclusión han dejado de ser conceptos abstractos para convertirse en pilares fundamentales de una cultura organizacional sólida y productiva.

En Perú, donde la diversidad cultural es una característica intrínseca de nuestra sociedad, es imperativo que las empresas reconozcan y aprovechen el poder de la diversidad e inclusión para construir organizaciones más innovadoras, resilientes y exitosas.

Cultura organizacional: por qué es apuesta ganadora

La diversidad en el contexto empresarial se refiere a la variedad de características demográficas, experiencias y perspectivas presentes en la fuerza laboral. Esto incluye diferencias en género, edad, etnia, orientación sexual, capacidades físicas y mentales, entre otras.

Por otro lado, la inclusión se refiere a la creación de un entorno laboral que valora y aprovecha estas diferencias individuales, permitiendo que cada empleado se sienta respetado, valorado y empoderado para contribuir plenamente a los objetivos de la organización.

Diversidad e inclusión

A pesar de los beneficios comprobados de la diversidad e inclusión, muchas empresas peruanas aún no han adoptado estrategias formales en este sentido. Según un estudio de la consultora Mercer, solo el 38 % de las empresas peruanas cuenta con una estrategia formal de diversidad e inclusión.

Este dato es preocupante, ya que sugiere que muchas organizaciones están perdiendo la oportunidad de aprovechar el potencial de una fuerza laboral diversa y comprometida.

Los beneficios de la diversidad e inclusión en la cultura organizacional son múltiples y significativos. En primer lugar, fomente la innovación y la resolución creativa de problemas al contar con diferentes perspectivas y enfoques.

Según un estudio de la consultora Mercer, solo el 38 % de las empresas peruanas cuenta con una estrategia formal de diversidad e inclusión.

Cuando las personas con diferentes experiencias y antecedentes colaboran, surgen ideas frescas y soluciones innovadoras que pueden impulsar el crecimiento y la competitividad de la empresa. Además, la diversidad mejora la toma de decisiones al considerar una variedad de opiniones y puntos de vista, lo que conduce a decisiones más informadas y equilibradas.

Otro beneficio clave de la diversidad e inclusión es su impacto en la satisfacción y el compromiso de los empleados. Cuando las personas se sienten valoradas, respetadas e incluidas en su lugar de trabajo, están más motivadas y comprometidas con su trabajo.

Perú tiene talento

Un informe de la organización Aequales reveló que las empresas peruanas con políticas de diversidad e inclusión tienen un 30 % más de probabilidades de atraer y retener talento. En un mercado laboral cada vez más competitivo, la capacidad de atraer y retener a los mejores talentos es una ventaja estratégica crucial.

Pero los beneficios de la diversidad e inclusión van más allá de la satisfacción de los empleados. También tienen un impacto directo en la productividad y los resultados empresariales.

Equipos diversos e inclusivos tienden a ser más eficientes y productivos, ya que aprovechan las fortalezas y habilidades únicas de cada miembro. Además, un ambiente de trabajo inclusivo reduce el ausentismo y la rotación de personal, lo que se traduce en menores costos y una mayor continuidad en las operaciones.

Un informe de la organización Aequales reveló que las empresas peruanas con políticas de diversidad e inclusión tienen un 30 % más de probabilidades de atraer y retener talento.

Según un estudio de McKinsey & Company, las empresas peruanas con mayor diversidad de género en sus equipos directivos tienen un 21 % más de probabilidades de lograr una rentabilidad superior a la media nacional.

A pesar de los beneficios evidentes, implementar estrategias de diversidad e inclusión no está exento de desafíos. Uno de los principales obstáculos es superar sesgos inconscientes y estereotipos arraigados que pueden influir en las decisiones de contratación, promoción y asignación de tareas.

Para abordar este desafío, es fundamental que las empresas inviertan en capacitación y sensibilización en todos los niveles de la organización, desde los líderes hasta los empleados de primera línea. Solo a través de un esfuerzo continuo y deliberado se pueden desmantelar las barreras que impiden la diversidad y la inclusión.

Las empresas peruanas con mayor diversidad de género en sus equipos directivos tienen un 21 % más de probabilidades de lograr una rentabilidad superior a la media nacional.

Otro desafío es la falta de datos y métricas para medir el progreso y el impacto de las iniciativas de diversidad e inclusión. Las empresas deben establecer objetivos claros, recopilar datos demográficos y de opinión de los empleados, y monitorear periódicamente los indicadores clave para evaluar la efectividad de sus esfuerzos.

Solo a través de un enfoque basado en datos se pueden identificar áreas de mejora y ajustar las estrategias según sea necesario.

A pesar de estos desafíos, las empresas peruanas tienen una oportunidad única de aprovechar la diversidad e inclusión para mejorar su reputación, atraer talento diverso y posicionarse como líderes en sus industrias.

Al crear culturas organizacionales que celebran y aprovechen las diferencias, las empresas pueden desbloquear el potencial de innovación, creatividad y productividad que reside en una fuerza laboral diversa y comprometida.

En conclusión, la diversidad e inclusión son pilares fundamentales para una cultura organizacional sólida y productiva en las empresas peruanas. Los beneficios son claros: mayor innovación, mejor toma de decisiones, mayor satisfacción y compromiso de los empleados, y un impacto positivo en la productividad y los resultados empresariales.

Si bien los desafíos son reales, el costo de no abordar la diversidad y la inclusión es demasiado alto. Es hora de que las empresas peruanas abracen plenamente estos principios y los convertirán en una prioridad estratégica para su éxito a largo plazo.

Al hacerlo, no solo construirán organizaciones más fuertes y resilientes, sino que también contribuirán a crear una sociedad más justa, equitativa y próspera para todos los peruanos.