El Perú es testigo de una profunda crisis de inseguridad alimentada por una proliferación alarmante de armas de fuego sin registro oficial.
Según cifras reveladas por Víctor Manuel Quinteros, exgerente de política en la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (SUCAMEC), más de 340 000 armas están sin supervisión gubernamental, un aumento significativo desde las 267 000 armas reportadas en 2017 por la empresa Small Arms Survey.
Este incremento en armas sin registro esconde un panorama de criminalidad agravado, sospechas de conexiones con la minería ilegal y organizaciones criminales en Ecuador, y un estado de ilegalidad que sigue desbordándose siete años después de haberse implementado la Ley 30299 de armas de fuego.
Armas sin control en Perú
El problema se agudiza con el flujo de armas de alto calibre, como los fusiles AR-15, registrados para el uso en prácticas deportivas y cacería pero potencialmente desviados hacia actividades delictivas.
El fusil AR-15 es un arma táctica semiautomática, es decir dispara una sola bala cada vez que se jala el gatillo y se recarga la siguiente. Posee cargadores de alta capacidad, lo que permite a quien la usa no perder tiempo en recargar municiones. Cada fusil AR-15 cuesta hasta quince mil soles en armerías autorizadas por la Sucamec.
“Es un arma letal que puede causar la muerte a más de 700 metros si es usada por un francotirador. Traspasa los chalecos balísticos III-A. Es un arma que perfora dos chalecos antibalas y mata a tres personas de un solo tiro”, mencionó el general Augusto Ríos Tiravanti, tras la incautación de estas armas en Pataz, en el 2023.
Desde 2021, la importación de fusiles AR-15 viene experimentando un aumento exponencial, contabilizando casi 2000 unidades. El nuevo ministro de Defensa, Walter Astudillo, tiene ante sí un desafío monumental. A pesar de los esfuerzos, ni el Ejército del Perú ni la Policía Nacional han podido desmantelar las redes de apoyo logístico de las organizaciones criminales que facilitan el traslado y tráfico de armamento.
“El AR-15 es un arma letal que puede causar la muerte a más de 700 metros si es usada por un francotirador. Traspasa los chalecos balísticos III-A. Es un arma que perfora dos chalecos antibalas y mata a tres personas de un solo tiro”
Asimismo, es común que se camuflen cargamentos ilegales entre productos como frutas y legumbres, un método que dificulta aún más la labor de las autoridades. Astudillo junto con el Ministerio del Interior, deberán trabajar para fortalecer los mecanismos de inteligencia y cooperación, tanto a nivel nacional como binacional, a fin de combatir eficazmente el crimen organizado y el tráfico de armas.
Asimismo, es necesario reforzar los sistemas para el registro de usuarios y la vigilancia de sus actividades relacionadas con la compra o comercio de dichos artículos, incluyendo el ámbito estatal. La responsabilidad cae sobre los hombros de Astudillo, después de los cuestionamientos hacia el exministro de Defensa, Jorge Chávez Cresta y el comandante general del Ejército, general EP Cesar Briceño Valdivia, por presuntos trámites de armas al Ecuador y la adquisición dudosa de 10 000 fusiles de asalto para el Ejército del Perú.