Paco Moreno enfatiza: ¡terrorismo nunca más! Lo dice con la fuerza de quien ha sufrido en carne propia este flagelo: huyó con su familia de Cangallo (Ayacucho) cuando las hordas senderistas y el Ejército arrasaban con todo. Lo dice, también, con la sabiduría de quien ha estudiado el tema desde el periodismo y la literatura. Y lo indica, ahora, que el sustantivo se ha convertido en verbo: terruquear.
Es tan fácil terruquear en el Perú, reconoce Paco, el domingo 5 de marzo, en la plaza mayor de Trujillo, donde se desarrolla la Feria Internacional del Libro de La Libertad, minutos antes de la presentación de su novela El jinete en la hora cero, una obra que oscila en la década de los ochenta —en plena violencia terrorista— y la pandemia de la covid-19.
¿Qué vasos comunicantes existen entre estos dos fenómenos? “La violencia política y la covid han golpea con dureza a la población civil, esa población que trabaja día a día para sostenerse. Los que han tenido poder y dinero no han sufrido mucho en la violencia política ni, tampoco, en la pandemia. Recordemos que las clínicas buitres cobraban lo que se les ocurría. Quienes han muerto en grandes cantidades son los que no han tenido dinero”, responde.
Escribía con paciencia una novela cuyos personajes habían sido expulsados de sus pueblos por la violencia de los soldados y de los encapuchados y pasaban penurias y alegrías en la capital. Confiesa que la novela avanzaba a paso lento, y de pronto, el mundo empezó a desmoronarse por la pandemia, y esos mismos personajes que escaparon de la muerte empezaron a morirse. “Entonces, confiando en mi biblioteca de Pueblo Libre, empecé a liberarme más de los demonios de la tristeza por tanta muerte por la pandemia”, añade.
Apegado a la realidad
Moreno reconoce que los críticos lo señalan como un escritor realista, es decir, es un novelista cuyos personajes y sus acciones pertenecen a este mundo. “Mi principal problema es pasar nuestra realidad alucinante al papel que no lo aguanta todo. Noto que si empiezo a contar con exactitud cómo sucedieron las cosas, sin cambiarle absolutamente nada, el lector no me va a creer y dejará el libro para siempre. Por esto, sazono la realidad con elementos de ficción para que la historia sea creíble”, confiesa.
Moreno nació en la provincia ayacuchana de Cangallo (1977). Cuando tenía seis años, llegó a Lima. Estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Ha publicado dos libros de periodismo literario, Gente como uno (2011) y el perfil del periodista César Lévano, Rebelde sin pausa(2016). También, incursionó en el cuento con El otro amor de mamá (2012). El jinete en la hora cero es su primera novela.
Borges y lo autobiográfico
“Mi escritor de cuentos fantásticos se llama Jorge Luis Borges. Este argentino que murió sabio y ciego dijo: ‘Todo lo que yo escribo es autobiográfico, es decir, todo cuento mío, aunque sea fantástico, corresponde a una experiencia personal, sobre todo, a una pasión personal. Yo no concibo que se escriba sin emoción’. Creo que a los escritores realistas nos pasa lo mismo. Lo que está en El jinete en la hora cero es autobiográfico. Está basado en experiencias personales.
Paco Moreno: estilo, escritura y protesta
“Parece una crónica, sin llegar a serlo. Y parece una novela sin llegar a serlo. Es un híbrido, con un manejo del lenguaje limpio, directo, transparente, con una intención de hacer entender al lector todo lo que se está contando”, dirá, sobre El jinete en la hora cero, el escritor Luis Eduardo García, quien acompañó a Moreno en la presentación.
Moreno suma que, tal vez, su escritura sea una reacción, una respuesta, a nuestra cruda realidad. Entonces, su intervención en el auditorio principal de la feria del libro se convirtió en un manifiesto necesario para caracterizar a la violencia que, en la actualidad, azota al Perú.
“En estos tiempos recios en que se va confirmando que 12 de los 18 civiles asesinados en Puno no intervinieron en actos de violencia ni pretendieron tomar el aeropuerto de Juliaca, en estos tiempos, en que los ayacuchanos Josué Sañudo, Edgar Prado, Clemer Rojas, Cristofer Ramos, José Luis Aguilar y Leonardo Hancco fueron asesinados por militares, en estos tiempos también me encierro a pelear junto a las palabras para que puedan decir la verdad, me encierro a escribir tratando de que nuestra realidad no nos sea tan indiferente y no nos creamos el cuentazo de que los peruanos han muerto por el impacto de un arma artesanal denominado Dum-Dum”.