Escribe Rodrigo Montañez*
Hay temas que no se hablan en casa. Hay padres que cuchichean cómo darle la ‘charla’ al hijo o a la hija. Esos miedos son comunes a pesar de los tiempos, porque se tratan, entre otros aspectos, de la sexualidad, una zona oscura y silenciosa, que es preferible no nombrar en casa.
Es indispensable que exista esta conversación sobre la mesa y eso es lo busca la Ley de la Obstetra Escolar, la cual incorpora al profesional obstetra en las instituciones educativas para la prevención del embarazo de adolescentes en el marco de la educación sexual integral.
No, no, se busca imponer nada, se intenta actuar como una medida de prevención.
El congresista de Perú Libre Alex Paredes presentó el proyecto de ley N° 989/2021-CR que propone incorporar a los profesionales obstetras dentro de las instituciones educativas del Perú. Para no salirse de la costumbre, esta ley sigue en comisión desde el 2021.
Siempre se ha escuchado frases como “la escuela es el segundo hogar, la segunda casa”, pues, ¿qué malo puede existir si tu segunda casa quiere instruirse a cómo tener una vida sexual saludable, cuidadosa y segura? Eso debería ser lo más común.
La necesidad de hablar sobre métodos anticonceptivos, genitales, planificación familiar y sexo es indispensable y no solo para una disminución de la taza de embarazos adolescentes, sino para empezar un sistema que incentive a la responsabilidad de la salud sexual, tema tan poco tocado en la vida diaria.
Según el Ministerio de Salud (Minsa) se han reportado un total de 29 892 embarazos en menores de 19 años en el 2022. Esto supera a lo registrado años previos: en 2021 sumaron 49 556; en 2020, 48 578, y en 2019, 53 308.
Deberíamos decir que la incorporación de un profesional de Obstetricia debería ser una inclusión totalmente estratégica y no quedar como un departamento más.
Ahora en las escuelas peruanas tenemos un departamento de psicología que “trata” de buscar una mejor salud mental en los estudiantes. ¿Qué tan efectivo son los psicólogos en los colegios en los que has estado o en los que están tus hijos e hijas? La respuesta, en la mayoría de los casos, de seguro, será: nula o baja.
Hablemos de lo necesario de que nos hablen de sexo, de nuestros genitales, sobre nuestros deseos de una familia. ¿Cuál es el proceso?, ¿cómo se hace?, ¿qué pasa si es que no deseo tener hijos, pero si tener sexo?, ¿hay algún método?
Pongamos en una medición de importancia dos puntos claves: que mis hijos aprendan por sí solos en un sistema que no es responsable sobre educación sexual a un sistema responsable y verificado por uno, en las escuelas.
La educación sexual integral es una necesidad para todos los seres humanos, independientemente si ya vivimos en un país sexista, machista, heteronormativo y binario. Este contexto condiciona a que todos vivamos de la misma forma, y si solo volteamos a ver alguna vez de manera profunda podrá darse cuenta que hay miles de formas de vivir, pero la seguridad no es la misma.
La empatía de esta complejidad ayuda de manera intensa a expulsar estereotipos y prejuicios que son asociados de historia sobre historia.
Deberíamos seguir lo que dice Irene Bedmar Martí, psicóloga y educadora sexual: “Hacer de nuestro cuerpo un aliado y no un enemigo”. Esto condiciona a obtener un nivel educativo sexual apto lleno de información con herramientas, soluciones y definiciones que sepamos, sobre todo, en la escuela que es un lugar de aprendizaje con nosotros mismos.
*Estudiante de Ciencias de la Comunicación de UPAO. Actor en formación. Creador y presentador de @rozamiento___ (cuenta de Instagram sobre temas de educación sexual, comunidad LGBT, arte y cultura). Activista social. Me encanta bailar, ir al teatro, reír y viajar. Amo conversar y cuestionar todo lo que pasa a mi alrededor.