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¿Mujeres peruanas logran sus sueños?: superan a hombres en estudios culminados, pero mantienen bajo salario

Estudio revela que, aunque lideran en culminación escolar y universitaria, ellas ganan en promedio 30% menos que los hombres en el mismo puesto. ¿Qué frena la equidad real?

El Perú ha logrado avances en el acceso educativo femenino durante la última década, con las mujeres superando a los hombres en tasas de culminación de primaria, secundaria y educación superior.

Sin embargo, persisten desafíos que evidencian la complejidad del cierre de brechas de género en educación.

Según el informe titulado Indicadores sobre el cierre de brechas de género en educación: avances y retos, elaborado por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), mientras las mujeres dedican más años a su formación académica y presentan menores índices de atraso y repitencia escolar, enfrentan obstáculos en áreas como matemáticas y ciencias.

Este hecho se refleja posteriormente en el mercado laboral, donde las profesionales mujeres, pese a su mayor preparación académica, acceden en menor proporción a ocupaciones mejor remuneradas.

Los grupos más vulnerables, particularmente las adolescentes embarazadas y las mujeres indígenas, continúan enfrentando barreras que perpetúan ciclos de desigualdad educativa y social.

Revolución silenciosa

Las estadísticas nacionales revelan una transformación en el panorama educativo peruano donde las mujeres han alcanzado y superado a los hombres en múltiples indicadores clave de escolarización.

La esperanza de vida escolar femenina alcanzó 14.5 años en 2023, lo que supera ligeramente los 14.3 años registrados por los hombres. Se consolida así una tendencia que se mantiene desde 2013.

Mientras las mujeres dedican más años a su formación académica y presentan menores índices de atraso y repitencia escolar, enfrentan obstáculos en áreas como matemáticas y ciencias.

Esta diferencia, aunque aparentemente leve, representa un cambio histórico en una sociedad, en la que las mujeres tenían menos años de educación que los hombres, especialmente, en las zonas rurales.

En educación primaria, las niñas han demostrado una capacidad superior para completar sus estudios, ya que han alcanzado una tasa de conclusión del 93.6 % en 2023, comparada con el 91.9 % de los niños.

Esta brecha de 1.7 puntos porcentuales se ha mantenido relativamente estable durante la última década, pero cobra relevancia cuando se considera que las tasas de asistencia son prácticamente equivalentes entre ambos sexos con un 98.1 % para las niñas y 97.6 % para los niños.

La diferencia en finalidad escolar sugiere que las alumnas desarrollan mejores estrategias de permanencia y finalización de sus estudios primarios.

Así mismo, la superioridad femenina en conclusión educativa se intensifica en el nivel secundario donde las mujeres registraron una tasa de conclusión del 82.9 % en 2023; 3.1 puntos porcentuales más arriba que los hombres, quienes alcanzaron el 79.8 %.

Esta brecha representa una mejora respecto a años anteriores y se produce en un contexto donde ambos grupos han experimentado incrementos sustanciales en sus tasas de asistencia y conclusión durante los últimos diez años.

El aumento de diez puntos porcentuales en asistencia secundaria para ambos sexos refleja los esfuerzos del sistema educativo por concretar este nivel.

En educación superior, las mujeres han consolidado su ventaja con una tasa de conclusión del 31.6 % en 2023, comparada con el 27.9 % de los hombres.

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Esta diferencia de 3.7 puntos porcentuales se ha mantenido consistente durante la última década, incluso durante la pandemia de la covid-19 cuando las tasas de asistencia disminuyeron para ambos grupos, pero las mujeres experimentaron una caída menos pronunciada.

La resiliencia femenina durante la crisis sanitaria indica una mayor determinación para continuar y completar sus estudios superiores, independientemente de las circunstancias adversas.

La paradoja matemática

Pese a los avances en indicadores de escolarización, las estudiantes peruanas enfrentan desafíos en matemáticas y ciencias que limitan sus oportunidades futuras.

Las evaluaciones nacionales muestran que solo el 8.5 % de las alumnas de segundo de secundaria alcanzaron los objetivos de aprendizaje esperados en matemáticas en 2023 comparado con el 14.1 % de los estudiantes varones.

Esta brecha de 5.6 puntos porcentuales representa una disparidad que se mantiene consistente en diferentes niveles educativos y evaluaciones.

Pese a los avances en indicadores de escolarización, las estudiantes peruanas enfrentan desafíos en matemáticas y ciencias que limitan sus oportunidades futura.

En cuarto grado de primaria, la diferencia en logros matemáticos es menos pronunciada, pero igualmente preocupante, con un 19.4 % de las niñas alcanzando los objetivos esperados frente al 25.4 % de los niños.

Las evaluaciones internacionales Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) confirman esta tendencia ya que muestran que las estudiantes de 15 años obtienen puntajes promedio de 384 puntos en matemáticas, mientras los estudiantes alcanzan 399 puntos en 2022.

En ciencias, la brecha es similar. Las mujeres obtuvieron 401 puntos frente a los 415 puntos de los hombres.

Por otro lado, la distribución de resultados en las evaluaciones PISA 2022 revela patrones más complejos que los promedios generales. Mientras en los puntajes más bajos la proporción de hombres y mujeres no presenta diferencias en los puntajes más altos la proporción de estudiantes hombres es mayor tanto en matemáticas como en ciencias.

Mujeres

Esta concentración masculina en los niveles superiores de rendimiento apunta que las diferencias no se deben únicamente a un rendimiento promedio inferior, sino a una menor representación femenina en los grupos de alto desempeño.

Las percepciones y actitudes hacia las matemáticas proporcionan claves importantes para entender estas brechas de rendimiento. Entre estudiantes de 15 años, solo el 42.1 % de las mujeres indica tener facilidad para las matemáticas, comparado con el 57.3 % de los hombres.

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Más preocupante aún, las alumnas presentan niveles más altos de ansiedad matemática: el 89.4 % tiene preocupación cuando sacan malas notas en matemáticas y el 84.8 % tiene miedo de reprobar este curso, porcentajes superiores a los estudiantes varones.

Esta ansiedad puede crear un ciclo vicioso que perpetúa el bajo rendimiento y limita las aspiraciones académicas y profesionales futuras.

Chamba con techo de cristal

La mayor preparación académica de las mujeres no se traduce automáticamente en acceso equitativo a las ocupaciones mejor remuneradas.

En la población ocupada más joven, la proporción de mujeres con estudios superiores completos supera a la de los hombres profesionales, pero esta ventaja educativa no se refleja en las profesiones de mayor prestigio y remuneración.

El análisis de ocupaciones revela patrones de segregación que limitan las oportunidades económicas femeninas pese a su superior preparación.

En Ingeniería Civil, una de las carreras mejor remuneradas, se registran 31 446 hombres frente a solo 4223 mujeres.

La mayor preparación académica de las mujeres no se traduce automáticamente en acceso equitativo a las ocupaciones mejor remuneradas.

De esta manera, se establece que existen 7.4 hombres por cada mujer. En Ingeniería Industrial y de Producción, la disparidad es de 3.1 hombres por cada mujer, con 11 436 profesionales masculinos versus 3743 femeninas.

Los analistas de sistemas muestran una ratio de 2.5 a 1 con 20 421 hombres y 8237 mujeres; mientras que en el derecho la diferencia es menor, pero se mantiene con 43 524 abogados frente a 22 481 abogadas.

El sector salud presenta un panorama mixto. Mientras las mujeres dominan en profesionalización de partería con 13 647 profesionales frente a solo 1 986 hombres y en enfermería con 43 958 mujeres versus 5 045 hombres; en las especialidades médicas mejor remuneradas la situación se invierte.

Los médicos generalistas muestran una distribución equilibrada con 13 091 hombres y 10 914 mujeres, pero los médicos especialistas favorecen a las mujeres con 8 510 profesionales femeninas frente a 4 956 masculinos.

En el ámbito educativo, la segregación es evidente. Las profesoras de enseñanza primaria representan 115 331 profesionales frente a 56 772 hombres, estableciendo una ratio de 0.5 hombres por cada mujer.

Así mismo, en los niveles superiores del sistema educativo, los hombres recuperan protagonismo: en educación secundaria la distribución es más equilibrada con 73 693 profesores y 64 516 profesoras, mientras que en educación universitaria los hombres dominan con 28 770 profesores frente a 11 570 profesoras.

Los avances en la educación femenina en el Perú reflejan un progreso importante hacia la igualdad de oportunidades, pero también evidencian que el camino hacia una verdadera equidad parece una utopía.

En el ámbito educativo, la segregación es evidente. Las profesoras de enseñanza primaria representan 115 331 profesionales frente a 56 772 hombres, estableciendo una ratio de 0.5 hombres por cada mujer.

Estos desequilibrios muestran que cerrar la brecha de género en educación no solo implica garantizar el acceso justo, sino también transformar las estructuras sociales y culturales que limitan el desarrollo pleno de las mujeres.

Solo a través de políticas integrales, educación inclusiva y un compromiso decidido de toda la sociedad será posible construir un futuro en el que mujeres y hombres puedan desarrollar todo su potencial en lo que aman hacer.

Johan Fiestas Chunga
Johan Fiestas Chunga
Desde muy chico abrazó su soledad para jugar y crear historias. Dice que el amor es imposible, pero es purito miedo al compromiso. Se enamoró del periodismo cuando le informó a la directora de su colegio sobre el bully del salón. Tiene calle por el barrio de su abuela materna y cultura por embutirse libros en vez de merendar. Se la da de antisocial, pero tonea como cumpleañero. Su fruta selecta es el kiwi de sabor agridulce como su infancia en Paita.