Toda la literatura consiste en un
esfuerzo por tornar real a la vida.
Fernando Pessoa
Son diversas las ocasiones en que volteamos a ver el pasado y percibimos la inevitable nostalgia del recorrido; sin embargo, son aún más los momentos en que convertimos el pasado en historias tiernas y cautivantes. La juventud es, ciertamente, una profusa fuente de relatos por contar que de tanto volver a ellos se convierten en parte esencial de nuestra identidad.
La vida toma forma gracias al arte y la literatura. Esta es una premisa que Mauricio Sebastián (Trujillo, 1999) entiende a la perfección cuando narra el encuentro de un primer amor bastante particular: dos jóvenes talentos que disponen su vida alrededor de la industria musical. Que no nos sorprenda que un par de carreras realmente exitosas escondan sentimientos universales como el amor o la confianza.
La protagonista será Minako Honda, una joven cantante de city pop japonés bastante popular en los años 90. Del otro lado, estará Harry Ledgard, asistente y productor del mismísimo Brian May, guitarrista legendario de Queen. Sorprenderá al lector comprobar que Honda y May colaboraron musicalmente en la vida real. Es posible encontrar en la red el registro de este acontecimiento.
Rápidamente identificamos una característica fundamental de la prosa de Mauricio Sebastián: el interés por los acontecimientos reales. En el primero de sus relatos conocidos, Metanarrativa ideológica en el Estadio San Martín de Porres, ganador de los Juegos Florales de la Universidad Nacional de Trujillo en 2019, la ficción se combina con la realidad al tomar una anécdota del fútbol peruano como punto de partida.
El trabajo de escritor en la revista Taquicardia y otros medios culturales le ha permitido acercarse a una realidad bastante rica en momentos y circunstancias. El autor demuestra ser bastante ingenioso al convertir una situación real en una historia de ficción. En sus dos relatos publicados hasta la fecha es posible percibir un estilo metanarrativo muy poco explorado en la literatura local.
Dentro de una narración así de particular, el escenario no puede pasar desapercibido: Tokio, la ciudad que no duerme, que deja ver sus contrastes como evidencia de un característico esplendor: «Los árboles sacrificaban sus hojas en un intento desesperado por neutralizar los embates fluorescentes de Sony o Nintendo y la estridente publicidad de una nueva idol japonesa» (p. 18).
Vemos que Mauricio Sebastián conserva una grandiosa habilidad para describir acciones y escenarios donde cada situación se siente tan cercana como real; la imaginación del lector se enriquece hasta sentirse parte del relato. Son estos escenarios, aparentemente dispares, el punto de partida para un viaje de descubrimiento. «Jamás conocerás todo Japón, pero siempre puedes conocer un poco más» (p. 72), suele decir Minako, una frase que expresa la solidaridad de Japón con ambos jóvenes, pues ofrece la posibilidad de ser descubierta; mientras tanto, ellos van conociéndose a sí mismos: sus reacciones, sus temores, el lenguaje de su cariño. El viaje será la excusa perfecta para el descubrimiento interior.
Lo que inicia con un misterioso plan pronto se convertirá en un viaje hacia Nikko, un pequeño pueblo a las afueras de Tokio que Minako solía visitar de niña. Este será el comienzo de la aventura que habían esperado: tanto para Harry, quien aguarda un acontecimiento que lo saque de su rutina, como para Minako, quien desea que un espacio propio fuera de la industria musical le recuerde que sigue siendo un ser humano. En este punto, Harry se convierte en un confidente inesperado para la cantante japonesa. La actitud prudente y tímida del muchacho genera en Minako cierta confianza que hasta el momento no había encontrado (alejada de su familia por mucho tiempo, la cantante, aparentemente, solo recibe la constante presión de su mánager).
Ante esta nueva posibilidad, Minako parece mostrar señales de que necesita a alguien que la escuche, que esté cerca de ella y que la comprenda más allá de su faceta de pop idol (una de sus primeras canciones se llama Help). Harry es un confidente confundido en búsqueda de un sentido vital propio de los veinteañeros. Para él, Minako se convierte en aquella chica que lo salva del hartazgo y que le permite disfrutar de un tiempo que transcurre con más lentitud: «El tiempo, cuando va de la mano con Minako, es más leve» (p. 76).
Es interesante apreciar la resignificación de la infancia de Minako durante el último encuentro: es ahí cuando los protagonistas superan finalmente cualquier barrera en aras de su libertad personal. La liberación es aún mayor en Minako, pues existen para ella las exigencias de una industria musical indolente que reemplaza el aura de inspiración artística por una producción impersonal, plástica, sujeta a las exigencias comerciales. Ha pasado tanto para que Minako pueda, por fin, huir de esa realidad. Desde ese instante, el relato no solo se comprende desde el amor, sino desde el descubrimiento personal. La pareja encuentra en el viaje la oportunidad de escribir un destino propio.
Finalmente, será Harry quien dé sentido a lo que escribió Pessoa: toda la historia es un recuento de la memoria, de la experiencia juvenil a la que se recurre en el presente. De esta manera, el tono optimista se vuelve hacia la nostalgia. Hay, entonces, un personaje que, por alguna razón desconocida, viaja al pasado y visita lo que probablemente fue el momento más feliz de su vida.
¿Cuáles son las razones del recuerdo? ¿Recordamos para volver a ser felices porque en el presente la felicidad se ha diluido? En un mundo invadido por la tecnología como un presente continuo en el que la información se renueva a cada segundo, la vuelta al pasado parece una forma de resistencia, una forma de decir que existimos a partir de las historias que contamos.
No queda más que disfrutar de esta novela breve que ofrece un viaje hacia los mejores años de la juventud, donde los descubrimientos se viven a flor de piel y las memorias dejan huella a lo largo del tiempo. La habilidad de Mauricio Sebastián para construir una historia de rápida identificación gracias a personajes entrañables, sus precisas descripciones y un estilo que vuelve a las emociones bastante comprensibles y honestas lo convierten en uno de los prosistas más prometedores de la región y no hacen más que evidenciar los motivos por los que este relato viene siendo uno de los más comentados y destacados de las letras trujillanas.
Los interesados pueden obtener el libro, a través, del autor o en las redes sociales de Paloma Ajena Editores, que, también, participa en la Feria Internacional del Libro de La Libertad (hasta el 12 de marzo): Stand 35B. En Lima, lo encuentran en Librería Desdémona, y en Arequipa, Libería Fabla Salvaje (av. Cayma 514-B)