Lionel Messi no necesitaba ganar un Mundial para demostrar que es el mejor del planeta. Él siempre demostró sobre el rectángulo verde lo que es: un genio del fútbol. Pero para acabar con cualquier perplejidad, como para demostrarle al mundo entero, ganó el único título que se le había resistido en 17 años de carrera. La Copa del Mundo ya no será un debe en la trayectoria de ‘La Pulga’, que alcanzó la gloria en el estadio de Lusail, no sin agonía.
Messi ha jugado cinco Mundiales y en ninguno ha podido ser campeón. El de Qatar 2022 se le presentó como el último tren. En el primer Mundial tras la muerte de Maradona, el destino quiso que le sucediera. A sus 35 años, brilló en cada una de sus siete presentaciones en los estadios de Doha, con un desempeño que evocó la mejor versión de la leyenda Maradona en el Mundial de México 1986, el último que había obtenido el país sudamericano.
El paso de los años y la exposición mediática ha hecho que quede poco de aquel niño rosarino que llegó a Barcelona con 13 años y se sometió a un tratamiento con hormonas de crecimiento en España, ya que ni su club Newell’s Old Boys ni otros en Argentina se lo costeaban. En Cataluña y en la emblemática escuela de formación de La Masía, la ‘Pulga’ se hizo grande en el Barza.
Desde el 16 de junio en Alemania 2006, pasaron 4.568 días persiguiendo el sueño. Aquel día debutó frente a Serbia y Montenegro hasta el 18 de diciembre de 2022 en el que ganó a Francia (3-3 y 4-2 en penales) para poner la tercera estrella en el pecho de la camiseta albiceleste en el que, seguramente será su último Mundial. Al de 2026, en Canadá, México y Estados Unidos, llegaría con 38 años y cumpliría 39 durante el mismo, el 24 de junio.
Con sus dos goles en la noche final, uno de penal, Messi anotó por primera vez en las seis finales que disputó con su selección, entre mundiales y Copa América. Entre los muchos récords que quebró en Qatar, el Diez también se convirtió en el primer jugador en la historia del certamen en inflar las redes en primera ronda, instancia decisiva y final.
El ‘¿qué mirás, bobo?’
Luego del tenso partido contra Países Bajos, en el que se llevó las manos a las orejas delante del banquillo neerlandés, pasará a la historia de los Mundiales y de la carrera de Leo Messi. Este domingo ya se veían camisetas con la frase y la cara del argentino en el centro de Doha cuando aficionados albicelestes vivían la previa de la final.
De récord en récord
El ‘10’ de Argentina ha sido la figura en torno a la que se ha vivido Qatar 2022 en las calles del país árabe. Aficionados locales y de todas partes del mundo, sin haber tenido una relación directa con Argentina, llevaban su camiseta. Paquistaníes, indios, saudíes, japoneses, turcos, congoleños… todos, con el ’10’ a la espalda, coincidían en la razón que les hacía apoyar a Argentina: “Leo Messi”.
En total, sumó siete goles y dio tres asistencias y en un solo torneo estableciendo dos nuevas marcas: jugador con más presencias en mundiales (26) y máximo goleador argentino en la historia de la competencia con 13 dianas.
Clave para llevar a Argentina a su sexta final mundialista, la segunda en la carrera de Messi, con cinco goles y tres asistencias. Curiosamente, hasta Qatar 2022 el ‘10’ no había marcado ningún tanto en una eliminatoria de este torneo. Pues Messi marcó en todas en este Mundial, convirtiéndose en el único jugador de la historia en lograrlo. Otro hito inédito que llevará su nombre.
En Catar, fue un hombre con una sola misión: levantar el título. Cuando su carrera parecía dar sus últimos coletazos, criticado por un bajón en sus números estratosféricos a los que tenía acostumbrados a todos, apareció el líder que tanto demandaba Argentina. Ese que aparece en los momentos clave.
El ‘10’ dejó su nombre para la historia, aunque se le escapó la victoria para igualar al alemán Miroslav Klose como el jugador con más partidos ganados en Mundiales (17). Sí pudo ampliar contra Francia su renta como máximo goleador argentino en este torneo, sumando 17 tantos, tres más que Gabriel Batistuta (10).