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Luisa Astudillo: la negra que bailó y luchó por las danzas afroperuanas

La Dirección Desconcentrada de Cultura de La Libertad rindió homenaje, en el mes de la Cultura Afroperuana, a Luisa Astudillo González. En el 2019, luego de recibir, en vida, el reconocimiento de Personalidad Meritoria de la Cultura, ofreció esta entrevista que reproducimos en su totalidad.

Todas las guerras son derrotas, menos la que libra Luisa Astudillo González. Desde hace más de 62 años, batalla para preservar y difundir los ritmos y danzas afroperuanas en La Libertad, región que se jacta de respirar marinera, ese baile tan costero y, actualmente, con meneos elitistas. 

Luisa Astudillo baila para pelear contra una sociedad que ha mirado con desdén los ritmos que los peruanos heredamos de África. Y ganó. “Cualquier problema del mundo puede resolverse bailando”, cantó el genio del soul James Brown, un negro como Luisa, quien, por estos días, celebra el reconocimiento de Personalidad Meritoria de la Cultura, que el Estado peruano le concedió.

En el local de la Dirección Desconcentra de Cultura de La Libertad, Luisa recibe la felicitación de sus compañeros. En la puerta de una oficina, una mujer la abraza y le habla al oído. Ella sonríe y agradece. Minutos después, se sienta en una banca. Con una mano en la frente protegiéndose del molesto sol otoñal —“soy negra, pero de piel bien delicada”—, confiesa que el reconocimiento, el más importante que otorga el Ministerio de Cultura, llegó después de una treta que armaron sus colegas. 

“No sabía si reírme, llorar, enojarme con ellos o conmigo”, evoca con locuacidad. Luego recuerda su viaje a Lima para recibir la distinción. Su discurso, su lengua torpe. “Soy muy ‘laracha’, pero cuando voy hablar en público, uy…”, admite. 

¿Dónde están los negros?
Piura, Lambayeque y Lima tienen sus asentamientos de negros. Es decir, cuando los esclavos alcanzaron la libertad fundaron pueblos que con el paso de los años se han convertido en escenario que dimensionan la cultura afro en el país. Está Yapatera (Piura), Zaña (Lambayeque) y El Carmen (Ica). ¿Por qué La Libertad no tiene una ciudad similar? Luisa Astudillo tiene la respuesta. 

El artista Héctor Suárez realizó esta hermosa pintura que fue entregada a los familiares de Luisa Astudillo. (Foto: DDC La Libertad).
El artista Héctor Suárez realizó esta hermosa pintura que fue entregada a los familiares de Luisa Astudillo. (Foto: DDC La Libertad).

“Cuando los negros se enteraron que acabó la esclavitud, se reunieron en el valle Chicama y vinieron a Trujillo para exigir al prefecto que firme el acta de su libertad. Se apostaron en las afueras de la ciudad, que, en ese entonces, era amurallada. La autoridad salió para insultarlos. Los negros se molestaron, lo subieron a un caballo y lo desbocaron. El prefecto se rompió la pierna. El ejército, en represalia, los masacró. Los que lograron salvarse huyeron por la orilla de la playa hasta Ica. Los que fueron protegidos por sus amos, en especial los de Chiclín, se salvaron. De allí desciendo”. 

Estudió Educación Física en un instituto de la Universidad Mayor de San Marcos. Trabajó 15 años en el colegio Santa Rosa, de donde salió porque se peleó con las religiosas de ese plantel. Llegó, entonces, a la Casa de la Cultura un año después de que se fundó. Le propuso al director Virgilio Rodríguez Nache enseñar danza. Empezó con los ritmos negros. La enseñanza de la marinera saturaba Trujillo. “¿Por qué hacer los mismo?”, se preguntó.

Pero decidir transmitir los bailes afroperuanos fue difícil. Es una expresión sagrada, un ritual que no todos podían representar, pensaba Luisa. Además, la cólera la invadía —la sigue invadiendo— por cómo se bailaban esos ritmos. Parecen grillos aplastados, se burla. El origen de los bailes negros es el trabajo. Ellos ni si quiera recibían diez minutos de descanso. Entonces, le robaban tiempo al tiempo. Para relajarse, animarse, estimularse movían el cuerpo a escondidas de sus amos. Entonces, no podían hacer una danza frenética, como se ha popularizado. “¡Jamás!, ¡jamás!”, exclama la maestra. Todo era lento. 

Negra soy
Sus hijos le dicen que ella no es negra, sino fanática de los negros, una africana. Luisa ríe genuina cuando reproduce lo que escucha en casa. Es el mejor de los elogios. 

Trabaja 32 años en la dirección de Trujillo Mío, “el grupo oficial de danza” de la Dirección Desconcentrada de Cultura de La Libertad. “Nadie me paga un centavo. Lo único que me da la institución es el ambiente para ensayar y un rinconcito para guardar los instrumentos de percusión”, aclara. 

El origen de los bailes negros es el trabajo. Ellos ni si quiera recibían diez minutos de descanso. Entonces, le robaban tiempo al tiempo. Para relajarse, animarse, estimularse movían el cuerpo a escondidas de sus amos.

Han pasado varios días desde que recibió el reconocimiento del Ministerio de Cultura y dice que anoche ha empezado a darse cuenta de la trascendencia del mismo. “Tengo ganas de llorar, de gritar, de hacer un estadillo”.

También tiene claro que la distinción servirá para seguir luchando. Su próximo ‘trofeo’ de guerra será lograr que Trujillo cuente con una escuela de danza negra. “Voy a luchar con garras, con uñas, con todo lo que tenga a mi alcance para conseguir esa escuela”, promete. 

La institución educativa será, a su juicio, un resarcimiento. “Como hicieron que ellos (los negros) fuguen, les corresponde a Trujillo tener esa escuela”, concluye y se escucha como un grito de guerra. La mujer, cuyo nombre es de origen germánico y significa ‘luchadora’, seguirá bailando, que en ella, es lo mismo que luchar. 

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Homenaje póstumo
El Ministerio de Cultura, a través de la Dirección Desconcentrada de Cultura de La Libertad, rindió, el martes 21,  homenaje póstumo a la maestra Luisa Astudillo González, quien en vida fue investigadora y promotora de danzas afroperuanas en la región La Libertad. En el 2021, Luisa dejó esta vida terrenal. 

Cabe señalar que, desde el 2006, cada 4 de junio se celebra el Día de la Cultura Afroperuana, en homenaje al nacimiento de Nicomedes Santa Cruz, el más importante investigador, decimista, poeta y fundamental representante del pensamiento social afroperuano. La finalidad es sensibilizar e informar a la ciudadanía sobre la historia y grandes aportes culturales, sociales y académicos de la población afrodescendiente al Perú.

Durante la ceremonia de homenaje póstumo a la maestra Luisa Astudillo, participaron distinguidas personalidades quienes destacaron el valioso aporte y el legado que nos dejó.

“Celebramos la fecha del nacimiento de nuestra apreciada e inolvidable, Luisa Astudillo González, la misma que fue reconocida como Personalidad Meritoria de la Cultura 2019. Su trabajo puso en valor el Patrimonio Cultural Inmaterial Afroperuano”, destacó la directora de la Dirección de Políticas de la Población Afroperuana del Ministerio de Cultura, Susana Matute Charún.

La Agrupación de Danzas Afroperuanas Andinas y Mestizas Trujillo Mío deleitó a los presentes con una estampa artística. (Foto: DCC-La Libertad).
La Agrupación de Danzas Afroperuanas Andinas y Mestizas Trujillo Mío deleitó a los presentes con una estampa artística. (Foto: DCC-La Libertad).

A su turno, el director (e) de la Dirección Desconcentrada de Cultura de La Libertad, César Gálvez Mora señaló que, “este homenaje póstumo que se ha desarrollado, a través del área de Interculturalidad, tiene una intención inconmensurable que va más allá del mero reconocimiento, porque el cariño no se puede plasmar en una fecha, en un momento”.

Seguidamente, el funcionario del Ministerio de Cultura destacó el rol de los afroperuanos en la gesta de la independencia del Perú. “Nosotros no seriamos libres de no haber sido por el aporte de los soldados afroargentinos, afrochilenos, afroperuanos y afrovenezolanos”, agregó.

También participó del homenaje, el decimista Nacho Saavedra, quien interpretó la décima de Nicomedes Santa Cruz, De ser cómo soy, me alegro y pronunció el discurso Yo tengo un sueño de Martin Luther King. A su turno, la Agrupación de Danzas Afroperuanas Andinas y Mestizas Trujillo Mío, ofreció bailes afroperuanas.

Uno de los momentos más emotivos del homenaje póstumo fue la donación de una pintura del artista Héctor Suárez a Belcka Varias Astudillo, hija de la maestra Luisa Astudillo. La imagen eterniza el rostro de la recordada y apreciada maestra.

César Clavijo Arraiza
César Clavijo Arraiza
Nació en un desierto frente al mar, donde solo crecen árboles de algarrobos. Dice que le gustan todas las frutas, pero en los últimos meses se ha decantado por el pepino, de origen andino; pero con una mala fama: se cree que si se consume después de beber licor puede causar la muerte. Periodista, escritor, docente, padre y esposo. Es torpe con la pelota, pero ama jugar fútbol. En el 2018 publicó "Tercera persona"; en el 2023, "No todo se queda en la cancha". Terminó un doctorado en comunicaciones.