El horizonte energético del Perú podría experimentar un giro histórico desde las costas de La Libertad. En el zócalo continental de esta región, el Lote Z-62 se perfila como uno de los proyectos de exploración petrolera más prometedores del país, con el potencial de convertir a la zona en un nuevo polo de desarrollo hidrocarburífero y fortalecer la matriz energética nacional.
La Libertad: un mar de oportunidades
El Lote Z-62, operado por la estadounidense Anadarko, se ubica entre 40 y 60 millas náuticas mar adentro, frente a las provincias de Ascope y Trujillo. En sus aguas profundas —entre 150 y 250 metros— se concentran las expectativas de una industria ávida de buenas noticias. Según Perupetro, si los resultados de la exploración son positivos, La Libertad podría producir más de 100 mil barriles de petróleo diarios, cifra que la pondría a la par de las principales regiones productoras del país.
El proyecto ya ha superado etapas clave como la investigación sísmica marina 3D y cuenta con una inversión estimada de US$ 100 millones. Anadarko planea perforar cinco pozos exploratorios y diez confirmatorios para determinar la existencia de reservas comerciales de petróleo y gas. De confirmarse el hallazgo, el impacto sería inmediato: más inversión, empleo y recursos para la región.
Aunque los estudios sísmicos han identificado un prometedor potencial geológico, los especialistas advierten que el verdadero valor del Lote Z-62 solo se confirmará con la perforación de pozos exploratorios. «El gran desafío es convertir ese potencial geológico en reservas certificadas», subraya Assaid Bandach, de Perupetro.
La empresa ya cuenta con la autorización ambiental para iniciar la perforación y, de acuerdo con el cronograma, los resultados de la primera fase de exploración estarán listos a finales de 2025. Un descubrimiento exitoso podría marcar un antes y un después en la industria nacional, atrayendo nuevas inversiones y fortaleciendo la seguridad energética del país.
Lote Z-62: barreras regulatorias y la urgencia de modernizar el sector
El optimismo, sin embargo, convive con la preocupación por las trabas burocráticas. Tanto Perupetro como analistas del sector coinciden en que la excesiva demora en la obtención de permisos ambientales y regulatorios ha frenado el desarrollo de la industria en los últimos años. Aunque la ley establece un plazo de poco más de dos años para iniciar actividades tras la presentación del Estudio de Impacto Ambiental, en la práctica el proceso puede extenderse hasta cinco años.
Para revertir esta situación, se trabaja en la modernización del marco regulatorio y en la creación de una ventanilla única que agilice la tramitación de permisos. Además, se evalúa una reforma integral de la Ley de Hidrocarburos, vigente desde 1993, para adaptarla a las nuevas exigencias del mercado global y atraer más inversión privada.
Anadarko ha desarrollado talleres informativos y procesos de consulta con las comunidades costeras de la región, cumpliendo con los requisitos ambientales y sociales del proyecto. La empresa ha asegurado que no existen poblaciones directamente afectadas en el área de influencia inmediata, aunque mantiene un diálogo abierto con las localidades cercanas a los puertos y caletas de la zona.
La Liberad: un futuro energético en juego
La Libertad está a las puertas de convertirse en un actor clave del sector hidrocarburos peruano. El éxito del Lote Z-62 no solo fortalecería la matriz energética nacional, sino que también podría transformar la economía regional y posicionar al Perú como un destino atractivo para la inversión en exploración y producción de petróleo y gas. Todo dependerá de los resultados que arroje el subsuelo marino y de la capacidad del país para modernizar su marco regulatorio y convertir el potencial en realidad.
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