Lima padece en carne propia lo que ya han experimentado otras ciudades del Perú: una escalada de violencia y extorsión que cada día crece más.
Luego del embate de Sendero Luminoso, a finales de los 80 e inicios de los 90, la capital no experimenta tanto pavor por la violencia.
Las recientes protestas de transportistas y dueños de negocios en la Ciudad de los Reyes no son sino el eco de una realidad que Trujillo, capital de La Libertad, enfrentó hace más de dos décadas, cuando las extorsiones y el sicariato comenzaron a controlar la vida de su población.
En el libro El Origen de la Hidra, Charlie Becerra describe cómo Trujillo se convirtió en el epicentro de una ola de extorsión a inicios de la década del 2000.
El escritor trujillano compara el crimen organizado con la hidra mitológica, un monstruo que multiplica sus cabezas cada vez que se le corta una.
Las recientes protestas de transportistas y dueños de negocios en la Ciudad de los Reyes no son sino el eco de una realidad que Trujillo, capital de La Libertad, enfrentó hace más de dos décadas
Esta analogía ilustra cómo las organizaciones criminales en Trujillo y en el norte del Perú, lejos de ser erradicadas, se diversifican y proliferan, adaptándose a nuevas circunstancias y desafíos.
El libro detalla cómo estas redes criminales se extienden y se fortalecen, involucrando a diversos actores y sectores de la sociedad.
Becerra describe la estrecha relación entre el crimen organizado y diferentes instituciones políticas y policiales.
Expone, además, cómo estas conexiones permiten que las actividades ilícitas prosperen, lo cual crea un entorno donde la corrupción y la impunidad son comunes.
Razones de tanta violencia
Trujillo, en ese momento, era conocida no solo por su historia cultural, sino también por la forma en que los extorsionadores se adueñaron del control económico, y sometieron a empresarios y comerciantes bajo amenaza de muerte.
«La Capital de la Eterna Balacera», la empezaron a llamar.
“¿Por qué se da tanta extorsión en Trujillo (y en general, en La Libertad)?”, se pregunta Miguel Palomino, presidente del Instituto Peruano de Economía (IPE).
“La explicación en parte es que la extorsión necesita que se den a la vez dos condiciones: crecimiento económico, para asegurar que haya a quién extorsionar; y debilidad institucional, para que cualquier lucha en contra de la extorsión sea inefectiva, sobre todo en sus inicios, cuando es más vulnerable”, explicó.

La extorsión en la cuna de la marinera comenzó con el robo de taxis y la exigencia de recompensa para devolver la propiedad a sus dueños.
Continuó con el reclamo de pago por seguridad a las unidades de transporte y negocios. Escaló con amenazas telefónicas y se transformó en asesinatos a plena luz del día, similares a los que hoy se ven en las calles de la capital del Perú.
Extorsión: Lima asustada
La violencia siempre ha pululado por la gran Lima, sin embargo, en los últimos meses ha experimentado un aumento alarmante.
Según reportes recientes, unos 40 choferes de transporte público fueron asesinados por negarse a pagar los cupos que exigen las bandas criminales.
En las calles y medios de comunicación, los transportistas, como los dueños de restaurantes, bodegas y otros negocios, protestan no solo por las pérdidas económicas, sino por la creciente sensación de indefensión por un Estado que no parece interesarle luchar contra este tipo de violencia.

Los ciudadanos se enfrentan, además, a una clase política indolente y hasta incapaz de describir la realidad. “El Perú, después de El Salvador, es uno de los países que registra menos incidencia (de homicidios) y es más seguro”, declaró el general Óscar Arriola.
Luego se evidenció que la data que usó el oficial de la Policía Nacional del Perú no es la más apropiada para describir la realidad.
Martín Valeriano, presidente de la Asociación Nacional de Integración de Transportistas (Anitra), no pudo atajar las lágrimas cuando culpó al Gobierno de Dina Boluarte de la muerte de varios de sus colegas, quienes no pagaron los cupos que le exigían los delincuentes.
“No se preocupan por atender a la población que se desangra. ¿En dónde vivimos? Parece tierra de nadie. (…) Lo peor de todo, promete al pueblo peruano que va a hacer una lucha frontal con mecanismos que no (son) de nuestra realidad”, mencionó.
Así actúan los extorsionadores
El patrón es el mismo: los chantajes comienzan con amenazas de muerte y se concretan en ataques violentos si no se paga la suma exigida. Balean o queman las unidades y asesinan a los conductores.
Los transportistas son un blanco fácil, en especial en los distritos de Lima Norte y Lima Este, donde las bandas someten gran parte del transporte informal.
Los ciudadanos se enfrentan, además, a un Ejecutivo indolente y hasta incapaz de describir la realidad. “El Perú, después de El Salvador, es uno de los países que registra menos incidencia (de homicidios) y es más seguro”, declaró el general PNP Óscar Arriola.
El sicariato y la extorsión no solo están ligados a la falta de control policial, sino a la precariedad en la regulación de los servicios.
La informalidad en sectores clave como el transporte público ha facilitado que las bandas criminales se infiltren con mayor facilidad.
En Trujillo, la falta de formalización, permitió que las extorsiones se convirtieran en una herramienta eficaz para los delincuentes, mientras que en Lima ocurre lo mismo.
Como siempre tarde
La violencia en la ciudad del norte alcanzó un punto crítico cuando los asesinatos dejaron de ser una excepción y se convirtieron en una advertencia constante.
El sociólogo José Carlos Reyes, en su estudio “Crimen organizado y extorsión en el norte del Perú”, señala que en Trujillo la respuesta del Estado fue tardía y reactiva, tal cual lo ha sido en Lima.
Los operativos policiales se incrementaron cuando el control del crimen organizado ya era abrumador.

El Gobierno de Boluarte ha declarado el estado de emergencia por 60 días en 13 distritos de Lima y uno del Callao. Una medida cuestionada por su nula eficiencia para frenar a la criminalidad.
El 3 de octubre, el diario El Comercio abrió su edición con el siguiente titular: “Estado de Emergencia en Lima y Callao deja nueve muertos en cinco días”.
Además, el Gobierno envió al Congreso un proyecto de ley que tipifica como delito de terrorismo urbano el sicariato, secuestro, extorsión y posesión de armas de fuego de procedencia ilegal.
Esta iniciativa enfureció aún más a los transportistas, porque consideran que es una acción poco efectiva para acabar con su problema.
Además, la Asociación Nacional de Integración de Transportistas (Anitra) pidió al Parlamento derogar la polémica Ley 32108, llamada “Ley del crimen organizado”, promulgada a inicios de agosto del 2024.
La norma aclara que una organización criminal debe ser un grupo con “estructura compleja y desarrollada y mayor capacidad operativa”conformada por tres o más personas.
Expertos advirtieron que el texto legal favorece a los extorsionadores.

“La Ley 32108 está perjudicando a todos los ciudadanos en materia de inseguridad, dando pie a las organizaciones criminales. Si el Legislativo hace caso omiso, tomaremos acciones de un paro a nivel nacional”, cuestionó el titular de Anitra, Martín Valeriano.
El dispositivo, además, obliga a que los allanamientos judiciales solo se puedan realizar con la presencia del investigado y su abogado.
Jorge Chávez Cotrina, coordinador de las fiscalías contra el crimen organizado, consideró que la nueva norma favorece a los criminales, al eliminar los allanamientos sorpresivos, con lo que se afecta las investigaciones sobre delitos graves.
Comparaciones odiosas
Es innegable que la experiencia de Trujillo ofrece lecciones valiosas para Lima. Los especialistas coinciden que el arma letal contra esta ola de violencia es una estrategia conjunta entre el Estado, las fuerzas de seguridad y la ciudadanía.
Sin embargo, este plan debe incluir una reforma integral del transporte público y la formalización del comercio, para evitar que los criminales sigan explotando la fragilidad del sistema.
@policiaperu 🚨 ¡Atención! 🚨 La nueva #Central111 contra extorsiones, de la Policía Nacional del Perú, es completamente gratuita y confidencial. 🛡️ Disponible 24/7, todos los días del año, para brindarte apoyo inmediato. La PNP pone a tu servicio el Grupo Operativo de Respuesta Inmediata a la Extorsión – #GOREX, junto con la División de Investigación de Secuestros y Extorsiones y todos los departamentos de investigación criminal. Juntos, estamos comprometidos a combatir la criminalidad. 📞 Si necesitas ayuda, no dudes en contactar a Central 111. ¡Tu seguridad es nuestra prioridad! ✊ #perúseguro #PolicíaNacionalDelPerú #seguridad #prevención #gorex #peru #policia #estadodeemergencia #fyp ♬ sonido original – Policía Perú
Hoy, los transportistas de Lima, al igual que sus colegas de Trujillo en el pasado, creen que las calles es el único camino que les queda para alcanzar protección y justicia.
Sus demandas no son solo económicas; están luchando por su vida y su derecho a trabajar en paz.