En un informe emitido hoy con motivo del Día Internacional de la Niña, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) reveló una realidad alarmante en Perú: al menos una vez que las niñas quedan embarazadas y cuatro se convierten en madres cada día. Esta cifra refleja las profundas desigualdades generacionales, socioeconómicas y territoriales arraigadas en la desigualdad de género en el país andino.
El UNFPA destacó que, a pesar de que el Código Penal peruano establece que cualquier relación sexual con una niña hasta los 14 años se considera violación, aún existe una laguna legal que permite el matrimonio de adolescentes a partir de los 14 años si están embarazadas o tienen hijos, siempre y cuando cuenten con el consentimiento de sus padres y un juez.
Niñas embarazadas en Perú
En este contexto, si el embarazo ocurrió cuando la niña tenía menos de 14 años, el matrimonio se convierte en un acto coincidente con un delito de violación según la ley vigente.
De manera preocupante, el 85% de las jóvenes madres proviene de estratos de bajos ingresos económicos, lo que subraya la urgente necesidad de tomar medidas para prevenir el embarazo adolescente, proteger a las niñas de abusos y violencia, y eliminar la figura del matrimonio infantil. en el país.
Niñas en Perú: si te embarazas, te casas
Los efectos de la maternidad temprana son profundos y duraderos, con un impacto negativo en la vida de las niñas y adolescentes. Además de la deserción escolar, estas jóvenes madres enfrentan dificultades para acceder a empleos dignos y viven en condiciones de pobreza. Además, sufrir complicaciones en el embarazo y el parto, así como un acceso limitado a la atención médica.
El informe del UNFPA también revela que más de 56.000 niñas y adolescentes en Perú comienzan a convivir y casarse con parejas cada año, y en la mayoría de los casos, estas parejas son hombres mayores que ellas.
Ante esta alarmante situación, el UNFPA hace un llamado a invertir en la prevención del embarazo adolescente y promover una educación sexual integral progresiva que involucre a los padres, madres y tutores.
También subraya la importancia de involucrar a los hombres desde temprana edad en estos procesos educativos para deconstruir actitudes y prácticas que perpetúan normas discriminatorias de género que afectan la integridad de niñas, adolescentes y mujeres.